Ha llegado el día de asumir la presidencia del Consejo Nacional Electoral, el único ente estatal que el usurpador de turno no controla, ni debe controlar, porque su responsabilidad es velar por que la voluntad popular expresada en las urnas sea consultada, escrutada y hecha valer. Usted tiene entre manos el destino de nuestra nación, no como gobernante, sino como garante de la imparcialidad y transparencia del proceso electoral que va a definir si nuestra incipiente democracia sobrevive para poder crecer, desarrollarse y llenar las aspiraciones de paz, justicia, libertad y progreso para nuestra nación. O sí; por el contrario, nos hundimos como sociedad en el totalitarismo, la represión y el continuismo de la narcodictadura que hoy amenaza con perpetuarse en el poder mediante procedimientos amañados y opacos destinados a torcer la voluntad popular que, a todas luces no les favorece. De su desempeño, depende la diferencia.
Es el momento de que las irregularidades se subsanen, que cesen las interrupciones y los caprichos y se trabaje con profesionalismo en función del propósito con que la institución fue creada. Para ello, cuenta Ud. con los mejores ejemplos de lo que se debe hacer y de lo que no se debe hacer. El primero es su compañera y colega, la Abogada Cossette López: quien con su apego irrestricto a la Ley cumple su deber en la función que le ha encomendado la patria y su partido, se defiende de las indebidas agresiones que recibe de quienes equivocadamente creen estar por encima de la Constitución, las leyes y el decoro. Además, vela por los intereses de todos los ciudadanos, no necesita de argucias o triquiñuelas en la seguridad de que la mayoría de los votantes que ejercen su derecho, pertenecen a su agrupación política.
El otro, muestra ante propios y extraños ignorancia en materia legal; la errónea creencia que las cosas se imponen por la fuerza del capricho, el pataleo y el berrinche, desplegando prepotencia y falta de cortesía a manos llenas, en la creencia que sus actos no tendrán consecuencias porque las ampara meligno; como cualquier cipote malcriado explorando los límites que marcan hasta dónde puede llegar su conducta abusiva. Es Ud. precisamente quien debe recordar donde está el límite, sus conocimientos legales son infinitamente superiores y debe remarcarlos en cada ocasión en que alguien pretenda pasar por encima de las reglas establecidas. A partir de hoy debe dejar atrás la timidez, el aspecto modosito de “no rompo un plato”, de ignorar las presiones e imposiciones en que ha escudado su errático comportamiento de nefastas semanas previas.
Es el momento de presidir la justicia en las decisiones de la nación, con firmeza, con carácter, haciendo a un lado todo lo reñido con la ley escrita, con los principios morales que le fueron inculcados desde la infancia y, sobre todo, con la voluntad popular de la cual es principal árbitro. Sea fiel al Creador, a la nación y al partido que representa, es Ud. la llamada a dar confianza a todos aquellos que prefieren abstenerse debido a la desconfianza al debido respeto que sus votos merecen. Es el momento de rectificar, de inspirar confianza en vez de sospecha –como se percibe entre sus correligionarios— es su deber reflejar la seguridad que la ley y la voluntad mayoritaria le confieren, es el momento de velar por Honduras, por la libertad que se ve amenazada por los afanes continuistas a cualquier precio que muestra la actual administración.
En el aire se percibe la fragilidad del tejido llamado a sostener el autoritarismo progresivo de los últimos años, sería poco inteligente apegarse a semejante tendencia, rechazada masivamente. Tampoco hay ánimo de volver a las andadas del reciente pasado; es el momento de tomar un nuevo rumbo sin la sombra de sospecha de más de lo mismo, su partido representa esperanza para quienes estamos y también para quienes están por retornar. Esos que han sostenido con su ausencia nuestra economía y que han sido traicionados por la hostilidad y mentiras de la gobernante que nos avergüenza a todos con su ignorancia, arrogancia e improductivo interés por gobiernos extranjeros antes que por sus propios nacionales.
La nación entera ora por Ud. y suplica porque su mente sea iluminada para que sea coherente con su deber, para que piense, hable, calle, decida y actúe conforme a lo que se espera de quien debe situarse del lado de los intereses nacionales, de la creación de oportunidades y riqueza, de la convivencia pacífica y del progreso material, intelectual y espiritual de Honduras. Amén.