Fotografías y texto Elsa de Ramírez

Un grupo de jóvenes apasionados del centro de Tegucigalpa se reúnen para tratar de rescatar la historia y lo invaluable de su patrimonio que a pesar de su riqueza es desconocido por algunos hondureños cuya misión fundamental es “proveer herramientas efectivas para el conocimiento y valorización de la riqueza del centro. De igual manera crear un portal digital evolutivo y con contenido de alta calidad en lo que se refiera a temas culturas, turísticos, sociales y urbanísticos… que forma la base de la riqueza histórica de Tegucigalpa y Comayagüela,generando espacios de participación para que los pobladores sean los principales gestores de cambio y recuperación del centro capitalino”.

Son plausibles las ideas y los buenos deseos de estos grupos que se han formado con el fin de que todos los capitalinos volvamos al centro, pero, el corazón de Tegucigalpa no es solo el paseo liquidámbar ni la Plaza Central, tampoco la artística Catedral Metropolitana, el Correo Nacional, el MIN, el Parque Herrera, la Iglesia El Calvario, el Teatro Nacional Manuel Bonilla o el edificio Midence Soto, etc.

Casa a punto de derrumbarse

Nuestra antañona Tegucigalpa se desprende hipotéticamente desde el barrio El Guanacaste hasta el barrio Abajo y demás poblados circunvecinos como:La Plazuela, La Ronda, La Hoya, Los Dolores, La Concordia, El Olvido, El Jazmín, La Leona y si cruzamos los puentes llegamos a su gemela Comayagüela, que desde siempre ha necesitado la mano bondadosa de sus alcaldes y demás autoridades encargadas de embellecer esta ciudad que por supuesto ahora constituye este casco histórico, una especie de barrio de la nueva Tegucigalpa que airosamente se yergue por las diferentes ahora llamadas colonias, residenciales o villas que circundan el tantas veces mencionado centro.

Pero ese centro, nostálgico, lleno de misterio, de leyendas, anécdotas y tantas cosas bellas de que nos hablaron: Guadalupe Ferrari de Hartling, Rafael Heliodoro Valle, Marco Antonio Rosa, Guillermo Bustillo Reina, Víctor Cáceres Lara, Filadelfo Suazo, Óscar Acosta, Armando Cerrato Valenzuela,el poeta Juan Ramón Molina y más acá en el tiempo Raúl Lanza Valeriano, Nahúm Valladares y Valladares, Carlos Arturo Matute Ochoa, Mario Orlando Henríquez Girón, Mario Hernán Ramírez y otros prestigiados hombres de letras que han amado y siguen amando a su entrañable cuna que también fue de Morazán yCabañas, se encuentra prácticamente en ruinas, pues sus calles y avenidas solo son baches y agujeros de donde salen aguas pestilentes, pues lo antiguo del pavimento ha destruido materialmente estas arterias, pero, lo más deplorable son sus aceras, destruidas completamente y llenas de gigantescos hoyos que ameritan una inspección rápida de parte de quienes están interesados en la restauración de nuestra siempre bien amada Tegucigalpa, antes de que lleguemos al año 2021, en que todas las capitales de la región vestirán sus mejores galas recibiendo jubilosamente el Segundo Centenario de su Emancipación Política de España.

Catedral de Tegucigalpa

Aquí también tenemos que señalar el colapso de alguna gran cantidad de viviendas construidas de bahareque y otras de adobe que se encuentran materialmente a punto de caerle a cualquier peatón que ingenuamente intente pasar por sus inmediaciones.

Así que, por favor, no me inviten a volver al centro, ya que de momento, da mucho que desear en cuanto a su infraestructura, aunque todo es bello, pero lamentablemente su situación se encuentra en estado deplorable.

Loading

¿De cuánta utilidad te ha parecido este contenido?

¡Haz clic en una estrella para puntuar!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here