Juan Ramon Martinez
Solo el Mitch se le parece. Debíamos reconstruir el país; y, eso hizo Carlos Flores. Ahora no hay tiempo que perder. Hay que firmar una tregua y consagrarnos a cumplir con el deber de reconstruir Honduras después del paso del “huracán” Mel. La economía esta lesionada, el crédito internacional dañado; y la imagen nacional afectada. La pobreza ha aumentado, los servicios públicos deficitarios; y las exigencias de los más pobres elevadas. Es inevitable firmar una tregua entre las fuerzas políticas para dejar que el gobierno haga sus tareas, ayudándole a dar resultados; y devolverle esperanzas al pueblo.
Los retos: 1. Desbloquear el financiamiento externo para la administración tenga fondos para honrar sus obligaciones; 2. Reformar el manejo financiero eliminando la “caja única”; y buscando la colaboración de los bancos en el manejo de fideicomisos, especialmente el de compra de medicamentos para surtir los hospitales, dándole confianza al pueblo que las cosas mejoraran; 3. Hay que pagar a los constructores para que se reanuden las obras inconclusas; y reactiven el empleo, aumentando el circulante en el bolsillo de las personas para qué compren más. 3. Hay que regresar a la mediación para negociar las demandas provocadas por la eliminación de la legislación sobre las ZEDES. 4. Proyectar una mejor imagen internacional para lo que hay que reconstruir el servicio diplomático, volviéndolo profesional, prescindiendo de activistas y políticos que lo han usado para fines partidarios 4. Renegociar la deuda externa porque es imposible manejarnos con un servicio de la deuda tan elevado y 5. Municipalizar la Policía bajo la dirección de un civil, para que desde el departamento y con el liderazgo de alcaldes y ciudadanos, diseñar planes de seguridad específicos. Hay que considerar un desarme general; y prohibir la portación de armas por particulares.
Para estas tareas y otras que señalare en otros dos artículos, urge crear un nuevo modelo de gobierno, –más pequeño– con menos ministros y más descentralizado. De forma que, en el departamento– bajo el liderazgo del Gobernador Político, los alcaldes y líderes locales– planifiquen las tareas, estableciendo las áreas de productividad en que pueden ser autosuficientes; y reduciendo las que no, para aumentar su contribución al desarrollo nacional. Prohibiendo a los diputados ejecución de proyectos o manejo de fondos, fuentes de corrupción visibles en la administración “zelayista”. Los diputados deben legislar, sin intervenir en las tareas del Poder Ejecutivo.
El Poder Ejecutivo, debe manejarse de otra manera. El Presidente de la Republica, su Consejo Asesor (Político, Económico, Seguridad y Jurídico), y el gabinete – 15 ministros—deben rebajarse los sueldos; y dejar de usar vehículos blindados, obligándolos a que utilicen los propios. Hay que dar un ejemplo de austeridad, humildad y honradez, gobernando con los mejores de forma que liberales, nacionalistas e incluso del PLR den resultados porque el pueblo quiere satisfacer sus urgentes necesidades.
El país no puede seguir a la deriva, sin planes y sin capitán en el puente de mando. El Presidente debe tener un plan elaborado desde las propuestas de los dos partidos; y para su dirección y evaluación debe crearse un Consejo de Planificación con participación de empresarios, trabajadores y expertos. Esta unidad revisara el presupuesto y su ejecución de forma que el gobernante, tenga información inmediata de lo hecho; y lo pendiente.
El Consejo de Planificación debe revisar las relaciones económicas con Estados Unidos y China, para conocer avances del Tratado de Libre Comercio con esta y rescatar con USA la posibilidad de revisar el TLC que Trump ha dañado. Conseguir que ambos gobiernos nos den tiempo, para lograr resolver lo urgente es ideal.
Los partidos mayoritarios, deben firmar un pacto poniendo a disposición del gobernante sus mejores cuadros, dando sugerencias para resolver los problemas y volver al país a la normalidad. Suspendiendo las actividades políticas por dos años.
Es urgente parar las invasiones de tierras en el Bajo Aguan e iniciar allí un proceso industrialización y crear empleo inmediato. Hay que acelerar la reconstrucción de las carreteras de la Costa Norte. Y concluir los 7 hospitales.
Al final, hay que enfrentar el tema de la energía eléctrica y las aguas para consumo humano y riego, preferentemente en las Costa Norte y Sur. Concluir R—Nacaome; y construir un muro en el Goascorán para defender la Costa de los Amates. Además, hay que dragar Ulúa y el Chamelecón. La ENEE, no puede seguir operando deficitariamente, consumiendo recursos necesarios para otros fines. La ciudadanía debe participar en el manejo de la ENEE, sacándola del comercio político.
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