Los arqueólogos han encontrado una diversidad de piezas en Cerro Palenque.

Por Luisa Agüero

La historia se devela en el Valle de Sula, en sitios como Cerro Palenque,  a sólo 40 kilómetros, al sur de San Pedro Sula, en el municipio de Pimienta, Cortés. Allí, entre los montículos de ese sitio en el cual ha aparecido un aproximado de 500 estructuras, se oculta un tesoro de vestigios de la Cultura Lenca.

En este mágico y milenario lugar que alguna vez fue el centro político y económico más importante de su época,  el tiempo parece haberse detenido; y  los científicos están descubriendo  los secretos de sus primeros pobladores para compartirlos con la humanidad.

Hoy se consolida la esperanza de potenciar este sitio, gracias a una iniciativa que impulsa la Mesa Regional de Turismo en el Valle de Sula, y  la Fundación Cultural Cerro Palenque, para atraer  de nueva cuenta a  las autoridades del Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH). En los últimos años se ha  acrecentado el interés por multiplicar el flujo de turistas al país, como una alternativa estratégica para optimizar  las oportunidades de generación de divisas y capital y, por ende, en busca de un mejoramiento directo e indirecto, de las condiciones sociales, económicas y  ambientales de sus habitantes.

Los visitantes realizan visitas programadas y caminatas de una hora y más.

Palenque es  un lugar de belleza única e inigualable, entre otras cosas, por la gran cantidad árboles que hay. En años anteriores, antropólogos de Estados Unidos  y miembros del IHAH visitaron la reserva para planificar una serie de trabajos que nunca se concretaron.

Recientemente se realizó un recorrido por Cerro Palenque para conocer toda la riqueza histórica que posee y, en un futuro, por qué no,  desarrollar un parque arqueológico que sea reconocido internacionalmente, quizá del nivel de  Copán Ruinas. Hasta el momento, esos han sido sólo sueños sin realizar. Durante la administración de Darío Euraque se manejó que, en el parque, se construiría  un centro de visitantes, señalizarían senderos y realizarían pequeñas publicaciones con  información del parque para entregarlas entre los visitantes, pero no pasó nada.  Los recursos  estaban  aprobados dentro del proyecto Ruta Arqueológica Valle de Copán.

Los rastros

Los vestigios que han sido encontrados en Cerro Palenque son exhibidos en el Museo de Antropología e Historia de San Pedro Sula y datan de entre los años 850 y 1,000 Después de Cristo. Las investigaciones más recientes en Cerro Palenque se realizaron entre 1979 y 1983, fechas en las cuales, además,  se llevaron a cabo estudios arqueológicos en sitios aledaños.

Para llegar a la cúspide de Cerro Palenque se realiza una caminata por estrechos caminos donde el contacto con la naturaleza es una experiencia única. Rodeado de verdes árboles y en compañía del ruido del viento y el canto de las aves, la caminata de una hora resulta inolvidable.   Al llegar hasta  la cumbre se puede apreciar  un centenar de piedras de una cultura que dejó rastro de su paso por este lugar. Desde el pico del cerro es posible admirar la majestuosidad del río Ulúa.

Formas de transporte accesibles están a disposición de los viajeros nacionales y extranjeros que llegan hasta el municipio.

El Valle de Sula es uno de los lugares de Honduras que más riqueza cultural posee, después de Copán. Parques como Currusté, en Ticamaya, San Pedro Sula y Puerto Escondido, en La Lima, están llenos de historia. Según el Instituto Hondureño de Antropología, sólo se ha explotado el 20 por ciento de la riqueza que existe aquí, pues se han encontrado rastros de los lencas en La Lima, San Manuel, San Pedro Sula, Omoa y Santa Cruz de Yojoa. En el Valle de Sula hay evidencia de una relación de los lencas con otras partes de Mesoamérica y el centro de Honduras desde tiempos formativos, 1200 a.C-200 dC.   La relación con el área maya es clara y evidente desde el período clásico temprano, 200-400 d.C, en la forma de cerámica. Durante el clásico medio, 400-700 d.C, extendió sus contactos hasta Costa Rica.

La realidad

Cerro perspectiva puede ir cambiando poco a poco. Desde 1997, el IHAH obtuvo 109  hectáreas y, dentro de éstas,  se  encuentran las estructuras más grandes del sitio, que  no han sido extensamente excavadas ni consolidadas. La extensión que adquirió el IHAH  incluye un 75% del sitio, que se extiende por unos dos kilómetros cuadrados  a través de las crestas de los  cerros.

La parte más alta del sitio está en la cima de una colina, a unos 243 metros.

Su posición  estratégica sobre la confluencia de los Ríos Ulúa y Comayagua les permitió a sus habitantes controlar el comercio y el acceso al valle, convirtiendo así a este sitio en uno de los más  significativos en el Valle de Sula.

Las investigaciones arqueológicas en la zona, comenzaron hacia fines del Siglo XIX y  continuaron durante las primeras cuatro décadas del Siglo XX. Basándose en estos trabajos de  campo previos, aparecieron resúmenes sobre la arqueología de Honduras, con secciones sobre  el Valle de Sula, en 1948 y 1966 para los Handbook of South American Indians y Handbook of  Middle American Indians respectivamente.

Con el auspicio parcial del IHAH, en la década de  los 70´s, surge otra era de trabajo de campo en el Valle de Sula. Las investigaciones más  recientes en Cerro Palenque se realizaron entre 1979 y 1983, fechas en que también se  llevaron a cabo investigaciones arqueológicas en sitios aledaños.

Los restos arqueológicos en Cerro Palenque se pueden dividir en arquitectura mayor, en la  cima del cerro, a unos 60 metros, más elevada, donde existe un centro público pequeño del Clásico (450-850 d. C.), y más específicamente del Clásico Tardío (650-850 d.C.). Las estructuras  y grupos de este centro tienen una orientación constante de 15 grados  al este del norte.

Los otros  sitios o grupos de arquitectura menor, se extienden hacia el norte y representan  construcciones totalmente del Clásico Terminal (850-1050 d.C). Existe una gran plaza de  150 x300 metros, en cuya esquina suroeste se encuentra un campo de pelota, de dimensiones  muy grandes, orientado exactamente norte-sur.

En el Valle de Sula se tiene evidencia de una relación con varias otras partes de Mesoamérica y  el centro de Honduras desde tiempos formativos (1200 a.C-200 d.C). La relación con el área  maya está clara y evidente desde el Clásico Temprano (200-400 d.C.) en la forma de cerámica. Durante el período Clásico Medio (400-700 d.C.), extendió sus contactos hasta Costa Rica, como lo evidencian los policromos y vasijas de mármol de Sula en la Península de Nicoya.  Durante el Clásico Tardío (700-800 d.C), el valle tuvo vínculos con el centro de Honduras y con  el área maya por la costa y por Belice. Esos contactos marítimos se extendieron hacia el este  de Honduras durante el Clásico Terminal (850-1050 d.C.).

El turismo religioso es otra de las propuestas para quienes visitan Pimienta.

Aunque en la actualidad no existe  ninguna infraestructura turística, tanto por sus atractivos arqueológicos como por su bosque  secundario y por su proximidad a San Pedro Sula, Cerro Palenque tiene la posibilidad de atraer a muchos visitantes, plantea una investigación denominada “Parques Arqueológicos de Honduras”.

La zona arqueológica de Cerro Palenque es amplia y compleja, según sus características constructivas y arquitectónicas, así como en su relación con el resto de los vestigios encontrados, a lo largo y ancho, no sólo del predio actual del IHAH, sino de otros predios circunvecinos.

Los reconocimientos efectuados hasta el momento por varios  consultores y, en particular, la cuantiosa información parcial de las excavaciones ya realizadas en el lugar, develan la trascendencia y la monumentalidad del lugar, que bien puede proyectarse como un punto estratégico importante para los fines de aprovechamiento patrimonial, eco turístico y educacional.

Sus atributos principales, por lo tanto, tienen que ver con construcción de estructuras de diferentes topologías y funciones, con rasgos líticos rústicos y acabados minuciosos, de arquitectura residencial y urbana (hoy dispuesta bajo los montículos) y con conectividades entre ellos, que permiten documentar cerramientos y plazas aterrazadas artificialmente, calzadas y caminos, posiblemente enchapados en piedra, muros de contención y basamentos para cimentación, exequias y canales de conducción de agua, escalinatas líticas y otros, lo cual muestra variaciones de materiales y técnicas constructivas que pudieran estar definiendo momentos de evolución diferenciados. Sobresalen, en los sectores más monumentales de la ciudad, rocas con tallas y pulimento y una profusa utilización de cantos rodados, como material principal y estuco.

Los vestigios de la zona arqueológica son aún abundantes y se encuentran más o menos, en  buen estado de conservación, a pesar de algunas prácticas destructivas y del saqueo en el pasado. La guaquearía detectada y documentada en el lugar, desde mucho antes de que el IHAH adquiriera el predio, ocasionó la destrucción y el fraccionamiento de algunas estructuras, monumentos y contextos arqueológicos. Por otra parte, Cerro Palenque ha sido objeto de varias campañas de excavación arqueológica e investigación, lo que permite un acercamiento relativamente adecuado al contexto histórico-cultural del conjunto de sitios.

Por ahora,  el interés  por multiplicar el flujo de turistas al país crece, y Palenque se perfila como una alternativa estratégica para mejorar las oportunidades de generación de divisas y  las condiciones de los habitantes de la zona….lo demás, será cuestión de tiempo.

LA UBICACIÓN

Cerro Palenque (CP) se encuentra ubicado en la parte superior  de la unión de los ríos Comayagua y Ulúa en las proximidades de la cabecera municipal de Pimienta y al asentamiento rural de Santiago, en el fértil valle del río Ulúa y llega a más de 200 metros sobre el nivel del mar, Al norte de la cima se extiende unos cerros y colinas de entre 50 y 300 metros de altura.

  • Geología: La dinámica geológica del municipio de Pimienta, donde se ubica CP, presenta depósitos de sedimentos en diversos grados de granulometría, que han estado sujetos a la influencia que ejercen las grandes corrientes de agua del Chamelecón y Ulúa, por las frecuentes Inundaciones en la zona, que rellenan el piso y lo convierten en una planicie aluvial inestable y altamente activa.
    •Hidrología: La hidrología del área está sujeta a los regímenes de los ríos Ulúa, Humuya o Comayagua y Chamelecón. La parte montañosa está constituida por la Sierra, con un sistema de drenaje que comprende varios ríos y quebradas de corta longitud y alta pendiente.

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