Gaspar Vallecillo Molina

El Heraldo

Honduras es un paraíso para los corruptos. Son intocables, inmutables, imperturbables y económicamente poderosos para garantizarse impunidad que la justicia por corrupta, otorga en su máxima expresión. Contubernio.

Hay infinidad de escritos para documentarnos de los corruptos poco conocidos porque los reconocidos son los que relucen en la pasarela social haciéndola deshonrosa. Dicen que los ‘buenos somos más’, pero los malos siempre activos controlan a la mayoría pasiva. Cobarde. Hace 28 años comento en EL HERALDO sobre temas álgidos que nos abaten por inoperancia, indolencia, incapacidad y tolerancia de los políticos hechos gobiernos, que nos han marcado como país atrasado y corrupto. Militares y civiles han desgobernado a su manera de acuerdo a su discapacidad mental, nivel educacional y delincuencial.

El Poder Legislativo y el Judicial son reflejo del que escoge afines sin selección que demuestren su equívoco comportamiento. Antipatriótico. Los ungidos son prolijos innecesariamente en todos los temas que no dominan y luego olvidan. Sobre corrupción se destapan prometiendo cárcel para a todos los atrevidos. Delincuentes. JOH en su primera toma de posesión, 24 enero de 2014, dijo textualmente:’A los delincuentes se les acabó la fiesta… ¿Quién dijo miedo?… En consecuencia cero tolerancia… Así como lo escuchan y punto… Me comprometí con un Estado eficaz y un gobierno pequeño, honrado, eficiente y austero, con servidores públicos honestos, activos y capaces de producir resultados… Me comprometí a combatir la corrupción en todas sus formas, de frente, sin cuartel, dando la cara, en todo momento y se encuentre donde se encuentre… Dignidad y honestidad arriba, para exigirlas en igual medida de los servidores públicos de todos los niveles y reclamarla de todos los actores sociales, económicos y políticos… Daremos el ejemplo desde el gobierno y asumimos actitudes proactivas y decisiones inquebrantables para combatir la corrupción y construir una transparencia activa, efectiva y contundente’.

El 28 enero de 2018, reelecto JOH dijo: ‘No descansaremos para erradicar la criminalidad y corrupción en Honduras, este sigue siendo mi compromiso para los próximos cuatro años’. ¡Qué duende, qué sentimiento, pero qué estilo, qué voz! Creo que se nos saltaron las lágrimas…’. Me conmovió. Del dicho al hecho hay mucho trecho porque rápido encuentran el lecho donde la impunidad cohabita con la justicia para su provecho. ‘De la cohabitación a la convivencia’. Los corruptos aprenden con santo y seña como ser bandido sin cubrirse la cara. Saben ‘ganarse’ a la justicia. Colusión sin trabas.

El ‘fiscal cinco estrellas’ aplaudido por su amañada reelección en un sesgado discurso omitió sus fracasos y no mencionó los corruptos conocidos -políticos y empresarios- que han sido señalados: Alcaldía, Salud Pública. IHSS, Trans-corrupción y muchos más. El colmo, los incapaces y corruptos ya destapados se proporcionan como candidatos a gobernarnos. De Mel en peor. La corrupción es patrimonio nacional. Qué nos falta. La política sucia, como la nuestra, es negocio rentable, no se declara la inversión menos la ganancia que puede ser en efectivo o en especies, chambas y poder. Por eso hay tanto calculador politiqueando desde ahora. Ayer anodinos, hoy son millonarios que no pueden justificar su enriquecimiento.

Corruptos impunes. Nos mienten a mansalva. La delincuencia oficial y de los poderosos se ejerce libremente porque corrupción sin juicio es corrupción judicial.

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