Mario Hernán Ramírez

Estamos a las puertas de cuatro grandes acontecimientos que tendrán por escenario el año 2021. Nos referimos a los Doscientos Años de la firma del Acta de Independencia de Centroamérica  el 15  de septiembre de 1821; a la solemne inauguración de ese coloso conocido como el puente Mallol; al Primer Centenario de la erección del Obelisco, en  1921, durante el gobierno del último presidente unionista hondureño, General Rafael López Gutiérrez (Pacán) y el asesinato del Prócer Unionista General Morazán, en Costa Rica, el 15 de septiembre de 1842.

Hasta el momento, el actual gobierno, por intermedio del Congreso Nacional, parece haber tomado la decisión mediante decreto legislativo de celebrar a partir del 2021, las sesiones de ese poder del estado en la augusta, noble y señorial Sultana del Sur, la ardiente Choluteca, pues fue en esa noble ciudad donde nació el autor del Acta de Independencia de la región, el Sabio don José Cecilio del Valle.

Sin embargo, estamos prácticamente a tres años para que sucedan estos grandes acontecimientos históricos y no se ve por ningún lado movimiento alguno que hable del Bicentenario de la Independencia Patria, puente Mallol, Obelisco y asesinato del General Francisco Morazán Quezada, por lo que es bueno recordar a las actuales autoridades el deber ineludible que tienen con la comunidad hondureña de fomentar la cultura y la historia, dándole protagonismo a los  sucesos más sobresalientes que a lo largo del tiempo transcurrido se han escenificado en nuestro país.

De manera pues, lanzamos la iniciativa desde ahora, para que alguien con un ápice de patriotismo influya en el actual gobierno para que desde ya se comiencen los preparativos de estos cuatro sucesos y se les brinde la solemnidad que los mismos ameritan.

A propósito de lo anterior, se me ocurre que para tan solemne efeméride, la comisión creada por el Gobierno de la República, pueda realizar de acuerdo con su pensamiento y la capacidad de cada uno de sus integrantes, actos especiales  para todo el año 2021.

Por ejemplo: Una total remodelación del puente Mallol, decorándolo adecuadamente por constituir el principal legado de estas dos centurias, por supuesto con la anticipación debida.

Enseguida, ese Obelisco en el parque del mismo nombre en Comayagüela debe ser debidamente acondicionado y embellecido, para darle el esplendor que sus cien años de vida amerita.

En alguno de los cerros, El Picacho, El Berrinche o Juana Laínez, pueden colocarse en relieve, los rostros de los próceres que participaron activamente en este suceso centro americanista, para lo cual se deberá convocar a poetas, escultores e historiadores, para que cada quien aporte su granito de arena.

En el cerro Juana Laínez, existe el llamado Monumento a la Paz, en cuya cima se puede colocar una estatua en bronce o mármol del primer defensor de la soberanía nacional, nuestro indómito Cacique Lempira.

Algunas obras de gran envergadura, como ser universidades, hospitales, puentes, represas, colegios, etc. pueden ser bautizados con el nombre de Bicentenario.

La emisión de una serie de sellos postales para tan magnífica oportunidad no puede faltar, resaltando posiblemente el antiguo escudo de la Federación Centroamericana, la vera efigie de Morazán, Valle, Herrera y algún otro personaje de importancia en aquella época.

Tegucigalpa al igual que las demás capitales de Centroamérica, no cabe duda que vestirá las mejores galas para tan magno acontecimiento, pero también habrá que extender esta conmemoración hasta las ciudades de Trujillo, departamento de Colón, Primera Capital de Honduras; Gracias, Lempira, Segunda Capital del país; Comayagua,  la siempre hospitalaria Ciudad de los Obispos, Tercera Capital de Honduras, las que merecen un tratamiento muy especial para esa celebración; de igual forma el Municipio de Cedros tiene que participar forzosamente en estos eventos, ya que debe recordarse que allí se instaló la Primera Asamblea Nacional Constituyente, de cuyo seno surgió el Primer Jefe de Estado de Honduras.

En fin, Choluteca tampoco puede quedarse atrás ya que es la cuna, nada más ni nada menos que del sabio Valle y del ínclito Dionisio de Herrera. Lógicamente que San Pedro Sula, como segunda ciudad en importancia de Honduras, va a reclamar su derecho en esta participación cívico histórica, por lo que habrá que convocar a las autoridades desde ya, a participar con algunos planes que ellos conciban.

 

Hay también dos lugares estratégicos que de alguna manera habrá que incluirlos en esta efeméride, como son El Trifinio, Guatemala, El Salvador y Honduras en el Departamento de Ocotepeque y el Golfo de Fonseca que cubre a Nicaragua, El Salvador y Honduras.

Con lo anterior, creemos poner nuestro grano de arena con esta magna comisión que sin duda alguna editará una obra del más alto valor histórico-cultural, como un legado para las presentes y futuras generaciones.

Por lo expresado, no debemos olvidar que organismos centroamericanos como el BCIE, Parlacen, Corte Centroamericana de Justicia, SIECA y algún otro organismo regional, tienen que involucrarse y para ello, desde ahora deben realizarse los contactos respectivos.

A oídos del Señor Presidente

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