Por Juan Ramón Martínez

Como a casi todo el mundo, la portada de la revista estadounidense “Time”, me ha impresionado. No importa que sea un montaje logrado con la fotografía de la niña hondureña que llora y la del presidente Trump que le ve con indiferencia y enfado, con la expresión: “Bienvenida a los Estados Unidos”. Lo interesante es el mensaje implícito: la falta de compasión ante una niña que llora y la voluntad de separarla de su madre. Y el mensaje no le ha caído bien a la población estadounidense, muy sensible ante los niños; muy celosa de la unidad de la familia y muy incómoda que, lo políticamente incorrecto, se ha vuelto tema de campaña negativa. Trump, que cuando frena su apasionamiento, tiene olfato para descubrir hacia donde se orienta el viento, ha descubierto que el tema anti inmigratorio no es tan rentable como venía creyendo. Por ello, la reacción en favor de una rectificación y la embestida que ha iniciado, reuniéndose con familiares de personas que, aparentemente han perdido familiares suyos a manos de criminales inmigrantes, así lo confirma. Después pretende hacerle creer a los votantes, que sus medidas en la frontera con México, son en aplicación de protocolos aprobados por Obama y lo más extraño, incita a los republicanos, para la obligación de movilizarse de cara a las elecciones intermedias que se celebrarán en el próximo mes de noviembre. Sin reconocer del todo que el tema migratorio, el reclamo de las mujeres y la protesta de los estudiantes contra las facilidades en la adquisición de armas, serán las tres cuestiones que determinarán los resultados electorales.

La estrategia de Trump, de hacer del odio a los inmigrantes un tema con el cual movilizar a su electorado, parte de una visión equivocada: los resultados que lo favorecieron, tuvieron que ver más con el desplazamiento de una mano de obra sustituida por la modernización tecnológica de la actividad fabril, que con la inmigración. Y además, se confunde cuando cree que ahora, después que solo ha logrado conseguir una medida real y efectiva, en contra de los inmigrantes, ha imaginado que este tema le permitirá un respaldo efectivo entre los blancos que quieren un Estados Unidos mejor que el que tienen ahora. Esto es tan cierto que, incluso la buena salud de la economía, pese a lo que se ha dicho que los estadounidenses y en general todos los electores votan en favor del gobierno cuando este le asegura una buena situación económica, parece que no será cierta esta vez. Además, la guerra comercial que ha iniciado con sus principales aliados y con el competidor llamado a sustituir a los Estados Unidos como la primera potencia mundial, en lo económico especialmente, le cobrará a Estados Unidos una alta cuota de su influencia económica.

Pero volvamos a nuestro asunto. Pese a los esfuerzos realizados, la inmigración del Triángulo Norte y ahora desde Nicaragua que ha entrado en ebullición, no ha disminuido. Ni la amenaza de construir un muro en la frontera con México, el refuerzo de la Guardia Nacional en la extensa frontera y ni siquiera la tolerancia cero, le ha permitido a Trump tener éxito en la búsqueda de un blindaje que les permita a los inmigrantes latinos, ingresar ilegalmente a los Estados Unidos.

Y sí, como en efecto, López Obrador gana las elecciones de México el próximo mes de julio, Trump tendrá en el nuevo gobernante un hueso duro que roer. Populista como él, sabe jugar a las promesas, invocando el logro de milagros imposibles. Y hombre tranquilo, acostumbrado al ataque, caudillo lento y de impredecibles reacciones, Trump tendrá que vérsela con un gobernante mucho más fuerte que Peña Nieto.

Trump, si quiere ganar las elecciones de noviembre tiene que abandonar el discurso anti inmigrante y reconciliarse con México y Canadá. Para negociar con los países del Triángulo Norte –a cuyos gobernantes no ha recibido en la Casa Blanca siquiera– otra estrategia para abordar el problema. La madre de la niña que llora frente a Trump en “Time”, no es desempleada; ni huye de la violencia. Se fue atraída por la prosperidad de los Estados Unidos. De allí, la necesidad de un nuevo discurso para desalentar a los inmigrantes que se van atraídos por el bienestar que, se supone hay allá. Y que es imposible aquí.

 

Loading

¿De cuánta utilidad te ha parecido este contenido?

¡Haz clic en una estrella para puntuar!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here