Radio Progreso y el ERIC-SJ

Los medios de comunicación se hacían eco del Acuerdo firmado entre Salvador Nasralla y Juan O. Hernández. Sobre todo, subrayan la defección causada por la actitud cambiante del líder la Alianza de la Oposición contra la Dictadura. Así nos dicen: “piden a Nasralla respetar el Acuerdo. A instancias de la OEA, SN y JOH, firmaron un documento comprometiéndose a respetar los datos del TSE y llamar a la calma a sus partidarios. Horas después, Nasralla desconocía el Acuerdo. La OEA se pronunció lamentando que Salvador se retracte del compromiso con el pueblo, mientras diversos sectores piden al candidato de la Alianza respetar lo acordado”.

Estos titulares no son verdaderos puesto que no dicen la verdad, dicen la verdad a medias o falsean la realidad. Tanto los organismos internacionales, como la empresa privada, iglesias y otros sectores sociales se unieron al reclamo.

Mejor escuchamos al propio Salvador Nasralla para que nos diga por qué dio marcha atrás: “nos han visto la cara de tontos y nos quieren robar el triunfo. Yo firmé un documento sin pensar que al firmarlo representaría que se caería el sistema. Solamente respetaré el resultado de actas físicas. Informó que no tiene una validez el documento con la OEA”. Y añadía: “propongo una auditoría internacional para evitar la manipulación en las actas. Estamos frente a un robo, ellos saben que el cinco por ciento es irreversible. No reconocemos los resultados del sistema tramposo del Tribunal Supremo Electoral”.

La denuncia de SN y la Alianza Opositora contra la Dictadura está diciendo que hay un “fraude electoral” “porque a las tres de la tarde coincidiendo con la firma de este documento se cayó el sistema, se cayó el servidor y empezaron a entrar cosas que no podemos permitir”. Lo que se está instaurando con el “continuismo” de JOH y este proceso electoral es una especie de CLEPTOCRACIA POLÍTICA, es decir, la instauración de un sistema político basado en el robo sistemático de todos los instrumentos de un sistema político basado en el robo sistemático de todos los instrumentos jurídico-legales que se instrumentalizan y ponen a su servicio. En este caso concreto, la supeditación del TSE, las Fuerzas de Seguridad que las utiliza para, ilegal y anticonstitucionalmente, ganar unas elecciones que le perpetúen en el poder.

Y otra razón poderosa de los “acuerdos incumplido” es su negativa a firmar pactos y acuerdos de “cúpulas políticas” que se hacen sin contar con la base social que lo ha elegido. El que por primera vez en la historia política sea posible romper con el “bipartidismo monopólico y golpista” es gracias a una ciudadanía que ha ido creciendo y madurando en búsqueda de una sociedad que termine con la desigualdad, la corrupción y la pobreza. Es lo que está detrás de la Alianza de la Oposición contra la Dictadura, los partidos emergentes, el movimiento social alternativo y los distintos sectores sociales que se oponen a la reelección y el continuismo.

Esto explica el porqué de la negativa de la Alianza a traicionar a sus bases y echar por tierra una coyuntura favorable para iniciar una andadura en que esto fuera posible. Y, al mismo tiempo, la sintonía con una masa de electores jóvenes que ya están cansados de soportar un sistema político que no responde a los intereses y necesidades de un país cautivo de unas élites ambiciosas, corruptas amparadas en el robo y el fraude.

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