El principio de la “Cerca de Chesterton”
Oscar .O. Hendrix E.
Para explicarlo, el escritor y filósofo inglés Gilberth Keith Chesterton recurrió a un ejemplo: dos individuos se encuentran con una cerca erigida en medio de un camino. Uno de ellos, sin saber para qué sirve, sugiere que la derriben, mientras que el otro le responde: “Si no le ves la utilidad, ciertamente no dejaré que la elimines. Vete y piensa. Luego, cuando puedas regresar y decirme que ves su utilidad, puedo permitirte que lo destruyas”[1].
Reformas y un posible laberinto administrativo en San Pedro Sula
Varias de las sesiones de Corporación Municipal de San Pedro Sula durante el 2024 dejaron más dudas y asombro negativo que otra cosa después de las modificaciones al organigrama municipal. Vamos a comentar sobre la posible coherencia o aparentes contradicciones de algunos de esos cambios realizados en la gestión administrativa municipal. Uno de los cambios resonados ha sido el del organigrama o estructura municipal en la municipalidad de San Pedro Sula.
Legalidad
La autonomía municipal[2] permite a las municipalidades crear, suprimir y modificar su propia estructura administrativa con la aprobación de la Corporación Municipal[3], por lo que las reformas propuestas por el alcalde y aprobadas por la mayoría de la Corporación Municipal son legales. Estas entraron en vigor el 1 de enero del 2025.
¿Por qué es importante el organigrama municipal o estructura organizativa?
El organigrama de una municipalidad y de cualquier entidad pública nos dice mucho sobre su administración. Nos revela bastante de la forma en que ejercen su función pública, de la integralidad y coherencia institucional con la que realizan su labor.
Los nombres de las diferentes gerencias o unidades administrativas nos dan luces sobre qué tan desfasada o actualizada pueden estar las municipalidades en diferentes áreas, nos manifiestan la forma en que se organizan y cuáles son las oficinas que priorizan. Por ejemplo, una municipalidad que no tiene oficina de la juventud o de la niñez nos anticipa como ven a esos grupos vulnerables, el nivel de importancia en su administración.
La filosofía de la gestión municipal en buena parte se expresa en cómo se organiza, su organigrama es prácticamente nuestra primera impresión y acercamiento a su identidad institucional.
¿Cuáles fueron los cambios?
Se hicieron dieciséis (16) cambios a la estructura municipal que pueden resumirse de la siguiente forma[1]:
- Se trasladaron siete (7) unidades o departamentos dentro de la estructura organizacional.
- Se hicieron dos (2) fusiones. El resultado final fue dejar dos (2) unidades de cuatro (4) que existían. Una de estas fusiones también será trasladada.
- Se hizo una (1) unificación en la que de dos (2) unidades quedó una sola.
- Se eliminaron cinco (5) unidades, departamentos o Gerencias entre las que destaca la eliminación de la Gerencia de Competitividad por lo que de trece (13) Gerencias ahora habrá doce (12).
- Se modifica el nombre de la Gerencia de Apoyo a la Prestación de Servicios Sociales (GAPS), se llamará Gerencia de Desarrollo Económico.
[1] Elaboración propia conforme al Acuerdo contenido en el Punto No. 9 “Moción para modificar el organigrama municipal” del Acta 108 de la Sesión Ordinaria celebrada por la Corporación Municipal el Dieciséis de Julio del Dos Mil Veinticuatro (2024). Certificación del 31 de Julio del 2024 extendido por la Secretaría Municipal de San Pedro Sula.

NOTA: La diferencia de la información de elaboración con la información socializada oficialmente por SIELHO es de mera forma. Por ejemplo, en el punto 13 del Acta en mención salen en conjunto Tecnología Smart City y Core Smart City. Asimismo, en el Acta solo se menciona dos veces la palabra “fusionar” y en el cuadro sale tres veces. Fueron traslados, pero en esencia son “fusiones”. El cuadro ilustra un poco más, es más amigable.
¿Problema de la estructura organizativa municipal o del administrador?
El Alcalde, es el Administrador General de la Municipalidad[6], y de acuerdo a Ley tiene el poder de realizar “la readecuación de la organización y funcionamiento de la Municipalidad”. En otras palabras, es el Gerente General.
En nuestro país tenemos estructuras municipales tradicionales que tienden a priorizar la concentración del poder, descansan más en personas que en procesos, esto sucede un poco más en las pequeñas municipalidades. Otras municipalidades, gracias a la cantidad de ingresos que perciben, tienen apariencia de una estructura un poco más ordenada o gerencial y con mayor claridad de procesos. Y a veces, por las debilidades de nuestras democracias locales hay estructuras y procesos que en la práctica pasan desapercibidos porque hay un organigrama subterráneo que es el que realmente controla la gestión municipal sin importarles procesos o jerarquías dentro de la municipalidad, importa más una llamada telefónica o conocer a fulano para agilizar algún servicio o gestión municipal.
Por otra parte, cada alcalde, como todo líder y administrador, tiene su propia inclinación hacia algún modelo de estilo de administración y particular estilo de liderazgo. Esto se puede ver reflejado en el clima laboral por el respeto y empoderamiento de los empleados municipales y en cuales son los servicios públicos que mejoran o empeoran, que virtudes y que vicios administrativos llegan a caracterizar su gestión.
Hasta el momento, el del ahorro en el presupuesto es el único argumento de peso para justificar las reformas del organigrama. Sin embargo, también hay un precio cualitativo que pagar cuando de la estructura municipal desaparece algo tan elemental como la Gerencia de Competitividad que tenia una especial singularidad y conexión directa con el hecho de que San Pedro Sula sigue siendo la “capital industrial y comercial de Honduras”. De todas las gerencias parecía ser la mas “sampedrana” por su naturaleza y por buscar incentivar y articular el potencial “creativo” de la ciudad. Ahora, solo existe un vacío institucional porque no está claro desde que Gerencia, departamento o unidad etc se aprovecharán e impulsarán las ventajas competitivas que hacen al municipio ser el motor económico que es. En otras palabras, la estructura municipal modificada pareciera tener menos visos de futuro y de integralidad, esto puede resultar en desaprovechar potencialidades a mediano y largo plazo.
Al final, la gestión municipal en gran medida se determina tanto por la estructura organizacional como por el estilo de liderazgo del alcalde. Sin embargo, si hay algo que para bien o para mal hace la diferencia de forma determinante, es el factor humano, la capacidad de liderazgo y de gestión que tenga el alcalde municipal.
Algunas características de la actual administración municipal
La actual administración municipal sampedrana ha tenido una alta rotación de Gerentes que fueron nombrados por el actual alcalde. Tras tres (3) años de su gestión, al menos once (11) cambios en la titularidad de ocho (8) de las trece (13) gerencias, sin mencionar a decenas de rotaciones de directores y jefes de departamento. Eso nos da señales muy confusas sobre la gestión del alcalde que podrían verse desde frecuentes desaciertos en sus nombramientos, reconsideraciones frecuentes o con muy poca paciencia al no otorgar el periodo de tiempo prudencial para ver los resultados que espera.
Liderar a nivel municipal en una ciudad como San Pedro Sula también implica gestionar equipos de alto nivel y de confianza con algún grado de estabilidad para lograr los resultados y el mayor impacto posible, algo que con tanta rotación de personal es difícil de alcanzar. La enorme inestabilidad en el personal gerencial, directivo e intermedio nos dice más sobre quien dirige que de los dirigidos.
¿Que nos dicen estos cambios de la administración municipal de San Pedro Sula?
Si, el alcalde con la venia de la Corporación Municipal puede reformar la estructura administrativa de la municipalidad. Sin embargo, como en toda función pública, todas sus actuaciones deben estar en el marco de la Constitución y la Ley. Y en el caso particular de las municipalidades, sus potestades y sus actuaciones se amparan en “el principio de subsidiariedad, cuyo propósito es el de garantizar a los titulares de los órganos de gobierno municipal, la toma de decisiones lo más cercana posible del ciudadano, con plena armonía entre las acciones y decisiones del gobierno municipal con las de definición de políticas, regulación y control del Gobierno Central[7]”.
Aquí podemos ver como tantas reformas no son más que ajustes administrativos internos que:
- No conducen a mayor cercanía con la ciudadanía. Nada de lo reformado contiene elementos de participación ciudadana ni de transparencia.
- No son decisiones que buscan armonizar o acercar las políticas locales (alcaldía) con las nacionales (Gobierno central). Es más, se elimina la Dirección de Programas Presidenciales/Coordinación de Gabinete, algo que podría complicar mucho el poder alcanzar este fin que la ley establece expresamente.
En papel, en cuanto a posibles aspectos positivos, todo parece indicar que estamos ante cambios superficiales, nada de sustancia que genere expectativas de mejoría en la administración municipal de San Pedro Sula. Es más, tanto cambio administrativo sin vísperas de avance puede convertirse en un retroceso en algunas áreas o simplemente seguir “patinando” en lo mismo.
Estas reformas podrían interpretarse como demostración de que la enorme legitimidad histórica del actual alcalde y de tantas nuevas autoridades en nuestra Honduras no siempre se traduce en mayor participación ciudadana, transparencia y el mejoramiento de las prácticas al ejercer el poder. Desafortunadamente, ser “outsider” no es sinónimo de refrescar ni renovar la cultura democrática local ni sustituir sus predominantes rasgos caudillistas.
¿Existe actualmente una visión administrativa coherente en la municipalidad de San Pedro Sula?
Es una enorme responsabilidad administrar una municipalidad con más de tres mil quinientos empleados (3500 en 2022, 3567 en 2023 y 3594 en 2024) y más de cinco mil millones de lempiras (+5,000,000,000) en presupuesto que siguen siendo insuficientes para cumplir con las deudas históricas en lo social y en infraestructura. Además, se tiene que lidiar con la herencia privatizadora de gestiones anteriores que aprobaron concesiones a empresas en el servicio de agua potable y en la recolección de la basura.
“Nuevo alcalde” pero la administración sampedrana parece todavía atrapada en el reflejo recurrente de la mayoría de alcaldes del pasado que quizás por conveniencia, desinterés o mera incapacidad prefirieron limitar sus funciones a ejecutar obras de infraestructura como único estandarte del desarrollo municipal y jamás asumieron la gran responsabilidad de crear y materializar una visión holística para enfrentar los grandes desafíos de ciudad. En un balance final, incluso de la mayoría de los “buenos” e “históricos” alcaldes pasados, muy pocos de estos en la práctica no fueron nada más gerentes eficientes de obras de infraestructura o de “ayudas sociales” que alcaldes municipales en el sentido pleno legal y político de lo que significa esa función y todo apunta a que seguimos fieles a esa nefasta tradición.
Mejorar la gestión municipal en San Pedro Sula no es tarea sencilla. Se requiere de un esfuerzo serio, persevante, claro y ordenado. Por lo tanto, la gestión municipal debe estar muy lejos de la improvisación.
Estas reformas y cambios estéticos lo que demuestran es que, aunque se tiene una vaga idea de la necesidad de cambios, lo que se ha reformado o cambiado sigue siendo dentro del marco de la última administración municipal solo que con una degradación de su estructura administrativa. Lejos de una ruptura de prácticas excluyentes del pasado, vemos una continuación de estas de forma más simplista y hasta limitada.
La herencia pasada se ataca en discurso, se reforma superficialmente en algunas cosas y hasta se destruye en otras, pero hasta ahora la administración municipal sampedrana actual sigue siendo incapaz de crear o proponer una nueva visión y nuevo plan que concretice las esperanzas y exigencias ciudadanas de una San Pedro Sula más democrática, justa, incluyente, próspera, inteligente, innovadora y colaborativa.
La Municipalidad de San Pedro Sula tiene quizás la mejor infraestructura tecnológica de las 298 municipalidades del país, pero a pesar de estar gran inversión y fortaleza esto no ha sido utilizado para tener un ejercicio de transparencia proactiva, impulsar el gobierno digital municipal y crear una gestión colaborativa e interactiva que incentive e incremente la participación ciudadana, de eso no hay nada. Tanto recurso tecnológico sin fortalecer la ciudadanía es una gran oportunidad desperdiciada, enormes recursos subutilizados.
San Pedro Sula, en primera instancia necesita tener una visión clara que provenga del pensamiento político del alcalde o de un partido político y que en conjunto estas realmente logren dimensionar todo lo que significa e implica la ciudad más importante de nuestra Honduras. Esto como punto de partida porque seguidamente estas ideas, visiones y pensamientos deben recrearse con el encuentro participativo y colaborativo de la sociedad sampedrana en todas sus expresiones hasta que después del conversar, debatir, repensar y consensuar se logre alcanzar
– por primera vez en la historia – una planificación municipal que contenga la visión compartida del pueblo sampedrano. Desafortunadamente, hasta este día, no hay una alternativa estructurada de la ciudad que explote sus potencialidades sin excluir minorías ni mayorías, no existe plan local ni regional ni nacional que refleje o siquiera se asome a lo que merece la ciudadanía sampedrana.
¿Las reformas son un ‘tiro de gracia’ al Plan Maestro de Desarrollo Municipal (PMDM)?
Trasladar el Plan Maestro (Plan de Desarrollo Municipal) a la Gerencia de Infraestructura “con un enfoque hacia la infraestructura” como dice el acta municipal, nos deja clara la forma en que el alcalde de San Pedro Sula y la mayoría de la Corporación Municipal ven el desarrollo municipal y el Plan Maestro: un simple listado de proyectos de infraestructura u obra gris cuando el cuestionado Plan ni el desarrollo integral se limitan a ese enfoque. Nos debe preocupar esta estrechez en la perspectiva y el estancamiento en las ideas porque al final de cuentas esa base pírrica va a condicionar el impacto real de las acciones y programas municipales.
Debido al tamaño de la municipalidad y por la dimensión de los proyectos, se necesita un punto de coordinación técnica y enlace articulador y jerárquico en la ejecución y monitoreo del Plan Maestro, esto desaparece con la reforma. El cambio va en contra de toda lógica administrativa que pueda facilitar u optimizar el cumplimiento de la intención original del PMDM, es un claro retroceso.
El PMDM contiene proyectos, objetivos y actividades que no solo implican directamente a otras Gerencias, sino que requieren del apoyo y coordinación de la Municipalidad como un todo, de la sociedad sampedrana y de otros actores para que realmente tenga impacto positivo. Subordinar la estructura técnica del PMDM a una sola Gerencia y peor aún, una que tiene muy pocas capacidades sociales y técnicas instaladas parece ser un absurdo administrativo.
El Buen Gobierno implica reformar con responsabilidad
El PMDM que dejó la administración pasada fue aprobado por la Corporación Municipal y luego fue socializado en Cabildo Abierto a finales de diciembre del 2017. Es un plan de 25 años (2017-2042). Un plan muy ambicioso con grandes fortalezas técnicas, pero también es un instrumento que en su versión final no se encuentra disponible para la población. Incluso, regidores en el pasado dijeron que no lo conocían. Un plan elitista y tecnócrata, con poca participación ciudadana. Incluso, fue aprobado durante las semanas de manifestaciones contra el fraude electoral en diciembre del 2017.
La Corporación Municipal no tiene impedimento alguno en cambiar, según su criterio, la estructura municipal, pero esta ni ninguna otra reforma o decisión puede ser un intento de “jugarle la vuelta” a algunas decisiones así por así. Y guste o no, aunque el PMDM no fue aprobado en Cabildo Abierto, si tuvo, en alguna medida, elementos de participación y consulta, se socializó en Cabildo Abierto una vez aprobado. El nivel de participación no fue suficiente como para asegurar su legitimidad, pero algo existió y de seguro ese “algo” es mucho más de que lo tienen estas reformas a puertas cerradas que trastocan la esencia del PMDM.
El proceso del PMDM en algo se acerca a lo establecido en el postulado de la libre administración[8], es “ley” de cumplimiento local, por lo que el alcalde y los miembros de Corporación Municipal deberían enfocarse en tomar decisiones que agilicen o mejoren al PMDM y no en tomar decisiones que socaven sus fundamentos o entorpezcan la realización de sus objetivos y metas. Especialmente si han sido irresponsables e incapaces en crear y proponer una alternativa real que sustituya al PMDM.
Los miembros de la Corporación Municipal deben ser más responsables en sus decisiones administrativas. Si no están de acuerdo con el PMDM, que lo reformen o lo deroguen. Si lo reforman que sea directamente, porque todo es sujeto de monitoreo, evaluación y rectificación pero que no sea limitando su ejecución y si lo derogan que lo hagan responsablemente y con seriedad creando un nuevo Plan de Desarrollo Municipal que supere al actual en participación ciudadana, en legitimidad real y en calidad técnica. La Corporación Municipal aun alcanzando mayoría de votos en sus decisiones no puede condicionar y afectar seriamente el cumplimiento del actual PMDM con estas reformas y si se piensa derogarlo, tampoco pueden dejar un vacío administrativo en la planificación de la ciudad a mediano y largo plazo.
En conclusión, estamos ante una reforma indirecta con resultados directos en la planificación de la ciudad. Reforma que parece más contrarreforma. Es un “tiro de gracia” al Plan Maestro de Desarrollo Municipal, poco a poco van quitando “la cerca de Chesterton” sin tener una alternativa clara, sincera y responsable sobre el desarrollo municipal para una ciudad tan importante y estratégica como lo es San Pedro Sula. En conclusión, al no existir, desde las autoridades municipales, un marcado razonamiento democrático e incluyente que caracterice su proceso de toma de decisiones y que le permita distinguirse de forma positiva de administraciones anteriores, me atrevo a decir que es difícil tener idea alguna de hacia dónde llevan la ciudad.
Oscar .O. Hendrix E.
Profesional del Derecho, ciudadano activista de los Derechos Humanos y también en areas como transparencia, participación ciudadana y cambio climático. Experiencia en Políticas Públicas locales en el Valle de Sula.
[1] Traducción tomada de: https://mantenlosimple.com/2024/06/18/el-principio-de-la-cerca-de-chesterton/
[2] Art 12A Ley de Municipalidades
[3] Art. 25 Ley de Municipalidades
[4] Elaboración propia conforme al Acuerdo contenido en el Punto No. 9 “Moción para modificar el organigrama municipal” del Acta 108 de la Sesión Ordinaria celebrada por la Corporación Municipal el Dieciséis de Julio del Dos Mil Veinticuatro (2024). Certificación del 31 de Julio del 2024 extendido por la Secretaría Municipal de San Pedro Sula.
[5] En respuesta a la solicitud del Sistema de Información Electrónico de Honduras SIELHO-SOL-ASPS- 475-2025, realizada por el ciudadano Oscar Orlando Hendrix Escalante
[6] Art. 39, Reglamento General de la Ley de Municipalidades
[7] Art. 12A, Ley de Municipalidades
[8] Art. 12A, #2. Ley de Municipalidades.