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¿Por qué la mayoría de los ataques a la caminata de las iglesias católica y evangélica vienen de simpatizantes del partido en el poder?

Por: Leonardo D. Pineda

Desde perspectivas como la sociología, la politología y otras ciencias sociales relevantes, basados en el contexto actual del país. Y tomando en cuenta que los ataques a esa caminata provienen mayoritariamente de funcionarios, militantes y simpatizantes del partido en el poder, Libertad y Refundación (LIBRE), un movimiento de izquierda con raíces en el activismo social y antioligárquico que gobierna desde 2022 bajo Xiomara Castro. Intentaré ser objetivo, integrando el ángulo espiritual que, aunque no soy un gran experto, puedo razonar sobre cómo el ateísmo o el secularismo influye en estas dinámicas basándome en patrones observados en contextos similares en América Latina (como Cuba, Nicaragua o Venezuela).

Para estructurar esto, dividiré las motivaciones en categorías analíticas, explicando cómo se conectan con el caso específico de la caminata. Estas no son mutuamente excluyentes; a menudo se entrelazan en un ecosistema de poder polarizado, donde Honduras enfrenta una crisis electoral previsible (elecciones generales el 30 de noviembre de 2025), con alta desconfianza en instituciones estatales (más del 90% según encuestas como las del ERIC- SJ) y credibilidad elevada en las iglesias (alrededor del 50-70% para católicos y evangélicos, que representan el 85% de la población).

1.     Motivaciones políticas (desde la politología: teoría del poder y estrategias electorales)

Desde la politología, la oposición de LIBRE se explica principalmente como una estrategia defensiva para mantener el control en un contexto de alta polarización y vulnerabilidad electoral. Honduras es un régimen híbrido (democrático con rasgos autoritarios), donde el partido en poder percibe amenazas a su hegemonía. Específicamente:

(sus reformas sociales y antioligárquicas), beneficiando a partidos tradicionales como el Nacional y Liberal, a los que acusa de fraudes pasados (2013, 2017). Esto se alinea con la teoría de la “deslegitimación opositora”: gobiernos incumbentes etiquetan iniciativas civiles como “golpistas” para neutralizarlas, especialmente cerca de elecciones donde encuestas muestran competencia reñida.

En resumen, desde esta lente, la motivación es preservar el poder: la caminata podría movilizar votantes indecisos o conservadores contra LIBRE, que se posiciona como reformista, pero es acusado de autoritarismo y de reproducir algunas prácticas corruptas del pasado.

2.  Motivaciones sociológicas (dinámicas de clase, identidad y secularismo)

La sociología ayuda a entender esto como un conflicto entre esferas de influencia: el Estado secular vs. instituciones religiosas tradicionales, en un país con desigualdades profundas y polarización ideológica.

10 familias y 25 grupos económicos” que controlan la economía. Sociológicamente, ven a las iglesias como aliadas de estas elites conservadoras, que históricamente han usado la religión para mantener el status quo (teoría de la “reproducción social” de Bourdieu). Críticos de LIBRE argumentan que las iglesias “guardaron silencio” ante abusos pasados, y ahora usan la fe para presionar contra

reformas progresistas. Por ejemplo, simpatizantes llaman a los líderes religiosos “mandaderos del bipartidismo”, financiados para manipular al pueblo y preparar un “fraude o golpe”.

Esta perspectiva destaca cómo la oposición refuerza cohesión interna en LIBRE, unificando a su base contra un “enemigo común” (iglesias como servidores de la oposición).

3.  Otras perspectivas científicas (psicología social y economía política)

4.  El rol del aspecto espiritual: ¿Influye el ateísmo o incredulidad en LIBRE?

Creo que la dimensión espiritual juega un papel, aunque secundario y entrelazado con lo político-ideológico, no como motivación principal. Muchos en LIBRE (incluyendo simpatizantes) provienen de tradiciones izquierdistas marxistas, donde la religión es vista

como “opio del pueblo” (Marx): una herramienta ideológica para distraer de desigualdades reales. Esto se evidencia en casos públicos:

Ejemplo de Edwin Hernández: El viceministro de educación, quien se declaró ateo en 2022 (resurgido en agosto 2025), afirmó que Dios es un “personaje inexistente” creado por la fe, y criticó a pastores por “engañar al pueblo” y vivir de mentiras. Aunque no menciona directamente la caminata, sus ataques recientes (agosto 2025) a líderes religiosos por “opinar sobre educación creyendo en mitos” se alinean con la oposición general de LIBRE. Desde una perspectiva sociológica, esto refleja secularismo militante: ateos en posiciones de poder ven iniciativas religiosas como irracionales o manipuladoras, lo que intensifica el rechazo.

En contextos latinoamericanos, gobiernos de izquierda con simpatizantes marxistas firmes defensores del materialismo científico (ateísmo) en el poder, han reprimido iglesias por similar desconfianza. Para ser más específico, estos son algunos ejemplos regionales de gobiernos de izquierda con ateísmo o secularismo fuerte que han reprimido iglesias:

que tuvieron que huir de su país, y confiscación de bienes, como paso recientemente a la Universidad Jesuita acusándola de “terrorismo”.

Esto refleja represión ante críticas a autoritarismo y muestran patrones donde ateísmo ideológico amplifica desconfianza, facilitando ataques a iglesias, como sucede en Honduras en este momento.

Habría que decir que el ateísmo no es universal en LIBRE, muchos militantes son creyentes, y algunos candidatos, como la candidata presidencial Rixi Moncada, afirman fe personal, pero refuerza una cultura partidaria donde la religión organizada es sospechosa de conservadurismo. Esto hace que la caminata se perciba no solo como política, sino como “supersticiosa” o “hipócrita”, facilitando ataques más agresivos. Sin embargo, la motivación primaria parece política: el ateísmo amplifica el desprecio, pero no lo origina; es más un catalizador en un conflicto de poder.

En conclusión, el caso en Honduras es un ejemplo vivo de la falta de distinciones claras, que generan que un acto positivo de ecumenismo y diversidad se convierta en fuente de conflicto, con visiones polarizadas que ven al otro como enemigo o apóstata. Lo anterior no solo aplica, sino que ofrece herramientas conceptuales para analizar y resolver estas tensiones, promoviendo un trabajo que enfatice el diálogo y la unidad en la fe.

Las motivaciones de LIBRE para oponerse son principalmente políticas (defensa electoral y control), con raíces sociológicas en conflictos de clase y secularismo, amplificadas por psicología de grupo. El aspecto espiritual, vía ateísmo, añade vehemencia al rechazo, viéndolo como manipulación irracional, pero no es el conductor principal, es más un reflejo ideológico de la izquierda hondureña. Si LIBRE lograra ver la caminata como diálogo intercultural, podría reducir tensiones, pero la polarización actual lo hace improbable.

Desde el texto inicial se revela cómo conceptos teóricos se materializan en realidades políticas y espirituales. En Honduras, la caminata podría fomentar ecumenismo e inclusión, pero divisiones y oposiciones de LIBRE (motivadas por poder, clase y secularismo) destacan la necesidad de distinciones claras para evitar confusiones. Expandiendo ejemplos como Cuba y Venezuela, vemos que, sin diálogo, conflictos escalan, pero priorizando tolerancia y Derechos Humanos, las comunidades de fe pueden ser puentes de paz. En última instancia, este ensayo subraya que, en América Latina, la fe no es ajena a lo político: gestionada con precisión, transforma desorden en diversidad enriquecedora, invitando a un trabajo pastoral que una en lugar de dividir.

Si las iglesias hondureñas logran mantener el enfoque espiritual y apartidista, podría ser un paso hacia esa “cooperación interreligiosa” que tanto se necesita en Honduras y la región.

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