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Votar con el estómago vacío: la democracia pendiente en las urnas hondureñas

«Mientras los políticos reparten provisiones, en los bordos de San Pedro Sula la pobreza obliga a votar entre la esperanza y el hambre»

Por Dunia Orellana

San Pedro Sula, Honduras. En el bordo de la colonia Bográn, ubicado en el norte de San Pedro Sula, donde aproximadamente 120,000 familias sobreviven entre aguas residuales y viviendas de madera y paja, la jornada electoral se vive con profundo escepticismo.

Josely es una joven que creció en esta comunidad. «Yo en estas elecciones no creo, la verdad. Esta gente lleva el país de mal en peor… el sueldo ya no le alcanza a uno para nada», sentencia en entrevista con Gerardo Chévez de Radio Progreso. Doña Agustina Gutiérrez reside allí desde hace 25 años. «Tanta pobreza hay aquí… los políticos solo vienen con mentiras», expresó a Radio Progreso.

POBREZA. Josely es una joven que creció en la colonia Bográn, en el, norte de San Pedro Sula.

La democracia se reduce a un puñado de provisiones

Los testimonios revelan cómo los candidatos intentan comprar votos con ayuda básica. «Con eso los engañan a uno: con un pollito, unos frijolitos, una maseca», denuncia Josely.

Doña Agustina, quien trabaja recolectando chatarra desde las 5 de la mañana hasta la noche para ganar 300 lempiras diarios, sentencia: «Nadie me quiere ayudar, solo con mentiras».

Una democracia que debe votarse con los pies, las entrañas y el corazón

Frente a esta cruda realidad, la reflexión del periodista Gerardo Chévez apunta más allá del acto electoral. «La democracia no es solo votar con la mano… se vota con los pies contando a nuestros hermanos migrantes que buscan la tortilla; con las entrañas cuando vemos el hambre; y con el corazón cuando hay políticos que realmente quieren cambiar la realidad de los pobres».

Conclusión: la deuda pendiente

Miles de hondureños en comunidades como los bordos ejercen hoy su derecho a votar «con el estómago vacío». Pero no por eso dejan de recordarle a la clase política que la democracia sigue en deuda con quienes sobreviven en la periferia de la dignidad humana.

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