Por Evelyn Machuca, La Prensa Gráfica
La millonaria cifra corresponde a los datos de 14 alcaldías, entre mayo de 1999 y octubre de 2017. El 97 % de ese dinero ha ido a parar a las cuentas de MIDES S. E. M. de C. V. Sin embargo, la cantidad es mucho más grande: hay 938 meses de los que no existen datos.
Generar basura es fácil: echar un par de huevos en una cacerola, comer un guineo, desechar ropa rota, abrir una bolsa de golosinas, cortar el césped, tomar una bebida embotellada. La genera un recién nacido cada vez que lo cambian de pañal, y hasta algunos animales que son alimentados con comida enlatada; a cada segundo, los habitantes de El Salvador generan desechos sólidos. Pero ¿qué pasa con la basura desde el momento en que desaparece de la vista?, ¿adónde va a parar?, ¿cuánto cuesta su disposición final?
Hace dos décadas, los desechos sólidos terminaban, con excesiva frecuencia, acumulados en botaderos a cielo abierto o, en el peor de los casos, en ríos y quebradas; y esta última situación todavía sigue ocurriendo, porque si bien ahora la mayoría termina en rellenos sanitarios, el tema de la basura aún no está resuelto. Es un problema en constante crecimiento, afirman con certeza absoluta los jefes de Servicios Generales o gerentes de Aseo de varias de las 14 municipalidades que conforman el Área Metropolitana de San Salvador (AMSS).
LA PRENSA GRÁFICA solicitó a las unidades de acceso a la Información Pública (UAIP) de cada una de esas 14 municipalidades –Ilopango, San Marcos, Ayutuxtepeque, Antiguo Cuscatlán, Tonacatepeque, Mejicanos, Santa Tecla, Soyapango, Cuscatancingo, San Martín, Nejapa, Ciudad Delgado, Apopa y San Salvador– el detalle de las toneladas de desechos sólidos que han recolectado cada mes y de los montos que han pagado por los servicios de recolección y disposición final desde 1998 hasta la fecha. Esos datos dan cuenta que la basura mueve millonarias cantidades de dinero.
Las estadísticas de las oficinas de Transparencia de las alcaldías del AMSS –con excepción de la UAIP de Ciudad Delgado, la única que no dio ninguna respuesta a las solicitudes de información– revelan que: entre mayo de 1999 y octubre de 2017, las comunas han recolectado al menos de 7.1 millones de toneladas de basura y han pagado no menos de $150 millones por su disposición.
Con excepción de lo pagado por la comuna de Antiguo Cuscatlán, todo ese dinero ha ido a parar a las cuentas de una sola empresa: Manejo Integral de Desechos Sólidos (MIDES), Sociedad por Acciones de Economía Mixta y de Capital Variable (S. E. M. de C. V). Así ha sido durante estos últimos 18 años; y lo más probable es que así siga siendo, porque la discusión del borrador del anteproyecto de la Ley General de Gestión Integral de Residuos de El Salvador no parece tener ningún avance sustancial en la Asamblea Legislativa.
El anteproyecto habla de: autosostenibilidad de cada municipio en cuanto a la cobertura de los costos por proveer el servicio de manejo de residuos; minimización en la generación de residuos; separación de los residuos desde la fuente, sea domiciliar, institucional o empresarial; y valorización de los residuos a través de las técnicas de reciclaje, compostaje o generación de energía; pero los actuales contratos entre las comunas y MIDES contienen cláusulas que les prohíben separar la basura y mucho menos reutilizarla. Esos contratos habría que renegociarlos en los próximos meses, ya que los actuales vencen en 2019.
La dueña casi absoluta de la basura
En medio de la aflicción por acatar el decreto legislativo que obligó a cerrar en su totalidad los botaderos a cielo abierto, en 1997, muchos alcaldes se apresuraron a firmar esos contratos comerciales, cuyas condiciones han dejado de funcionar, según las mismas alcaldías, después de casi 20 años.
“En aquel entonces, la empresa puso sus condiciones, porque los que estábamos asfixiados éramos las alcaldías, pero ahora que hemos mejorado el tema de recolección nos hemos venido a dar cuenta de que la basura es dinero y que esas cláusulas han sido lesivas, porque nos impiden separar y reciclar”, criticó el director ejecutivo de la Alcaldía de San Salvador, Alexánder Soriano.
Algunas de las 19 alcaldías que en la actualidad depositan en el relleno sanitario de MIDES son sus socias y reciben mes a mes un reparto del 10 % de las utilidades, “pero estamos hablando de que en el caso de San Salvador vendrían siendo unos $40,000, que no están para nada acordes con los $423,000 que les pagamos mensuales”, reparó Soriano.
A su voz se sumó la del jefe de Desechos Sólidos de la Alcaldía de Mejicanos, Armando Valenzuela, quien recriminó que “cuando crearon MIDES, ese fue un traje hecho a su medida”.
A los señalamientos de ambos también se unió el del director de Servicios Públicos de la Alcaldía de Santa Tecla, quien contó que antes trabajó para la comuna capitalina y que cuando esta intentó romper relaciones con MIDES hasta amonestaciones les quisieron poner: “Ellos dejaron tan bien hecho el convenio que ninguno de los 19 municipios que depositan allí ha podido salirse”, declaró.
Para el gerente general de la Alcaldía de Tonacatepeque, Manuel Zelada, “la basura es un tema bien político y bastante complicado, porque es generadora de dinero”. A su juicio, si se lo permitieran, la comuna ya habría ideado cómo tratar la basura y solo irían a depositar lo inorgánico a MIDES. “Entonces, ese ya no sería negocio para ellos, sino para nosotros; sería rentable. Pero lo que sucede es que cuando nosotros llegamos aquí ya nos vinimos a encontrar con que la basura era propiedad de MIDES”, señaló.
Por otra parte, el gerente de Desechos Sólidos y Peligrosos del Ministerio de Medio Ambiente, Carlos Meléndez, admite que esa arbitrariedad ya había sido advertida desde que nació MIDES.
Según memora, en 2000, una consultoría del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) dijo que el proyecto era interesante, porque incluía plantas de transferencia, plantas de separación, plantas de compostaje y relleno sanitario, pero era caro.
“Le llamaban de letra corrida, porque las municipalidades solo iban a pagar unos $15 por cada tonelada y ese precio incluía todos esos componentes; prácticamente solo se iba a pagar la disposición. Pero un acuerdo importante era que se comprometían a entregar por 20 años toda la basura a MIDES. Y eso, cada vez que el BID lo revisaba, y lo revisaban otros organismos internacionales, decían: ‘Esto no es bueno, porque limita la tendencia internacional a separar, reciclar y reutilizar los materiales’”.
LA PRENSA GRÁFICA solicitó la semana pasada una entrevista a MIDES, al número que aparece en el apartado para Prensa en su página electrónica (2264-1477), donde prometieron devolver la llamada para concretar la gestión, pero no hubo respuesta.
Datos inexistentes
LA PRENSA GRÁFICA solicitó los datos de recolección de desechos sólidos y pago por la disposición final de estos entre 1998 y 2017 a las distintas unidades de acceso a la Información Pública (UAIP) de las 14 alcaldías que conforman el AMSS; algunas enviaron datos desde 2005, 2009 o 2011 porque en sus registros la información de años anteriores era “inexistente”.
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