Por Evelyn Machuca, La Prensa Gráfica
La Ley del Fondo de Desarrollo Económico y Social (FODES) fue creada hace casi 30 años; como su nombre lo indica, para el desarrollo económico y social de las municipalidades. Está constituida por los aportes de un 7 % de los ingresos corrientes anuales del Estado y establece que las municipalidades no pueden hacer uso de más del 25 % para sus gastos de funcionamiento, porque el 75 % restante debería utilizarse solo para proyectos. Pero esa teoría difiere de la práctica, porque, en numerosas ocasiones, los fondos para proyectos han tenido que ser ocupados para gastos administrativos.
La Asamblea Legislativa conoce bien la problemática de la basura, tanto que tuvo que aprobar un decreto transitorio que autoriza a las alcaldías para utilizar el 15 % de ese 75 % del FODES para atender actividades concernientes a la recolección, el transporte y la disposición final de los desechos sólidos.
Lo de “transitorio”, sin embargo, ha venido siendo prorrogado al menos en los últimos dos años.
Para el gerente general de la Alcaldía de Tonacatepeque, Manuel Zelada, los $30,000 mensuales que cancelan a MIDES multiplicados por 12 es una considerable cantidad de dinero con la que podrían hacer otros proyectos de beneficio a la población.
Lo mismo opinó Armando Valenzuela, el jefe de Desechos Sólidos de Mejicanos: “Yo le digo al alcalde: ‘Somos bobos’. Hemos invertido $4.5 millones en arreglar cuatro canchas, que son complejos deportivos integrales, con pistas para hacer ejercicios, espacios para la tercera edad, para que los adultos jueguen juegos de mesa como el ajedrez, áreas de juegos para niños, áreas de patinaje, les pusimos grama, baños. ¿Cuántos espacios de recreación y convivencia no hubiéramos hecho ya, si no hubiéramos botado el dinero en la basura?”, lamentó.
Para él, resolver la problemática pasa por comenzar a educar y a concientizar a los usuarios sobre la importancia de la separación de los desechos. Lograr separar todo lo orgánico de lo inorgánico. Construir una planta de compostaje. Todo con el objetivo de disminuir en buena medida la cantidad de toneladas que son depositadas en MIDES y, por ende, reducir el millonario gasto.
Pero realizar campañas de capacitación sobre el manejo de desechos sólidos para los usuarios pasa por: tener recursos para educarla; tener recursos para que, después de enseñarle a separar la basura con fines de reciclaje y compostaje, poder recolectarla; y, sobre todo, tener la libertad de hacer esto último, algo que de momento es imposible, porque según lo establece un contrato, hay una empresa a la que los desechos le pertenecen.
La única alcaldía que no necesita del FODES es la de San Salvador, que tiene una Dirección de Desechos Sólidos descentralizada desde hace 10 años, la cual maneja un presupuesto de $22 millones anuales.