Juan Ramón Martínez
Nasry Juan Asfura Handal nació el 8 de junio de 1958 en Tegucigalpa. Hijo de Nasry Asfura y Gloria Zablah, emigrantes palestinos radicados en Honduras; pero establecidos comercialmente alrededor del Mercado Colón en Comayagüela. Eran “turcos” más pobres y menos influyentes que los de Tegucigalpa. Su padre, vendía productos comerciales baratos en un viejo camión que manejaba Nasry Juan desde la más corta edad. El padre era temperamental y aficionado a las bebidas alcohólicas. La presencia de Nasry Juan en las escuelas era interrumpida por estos viajes de negocios. Por ello, no termino la secundaria, aunque curso algunos cursos en el San Francisco. Y para ayudar a su familia, se empleó como “maestro de obra” en varias construcciones. Por su espíritu emprendedor, empezó a llamar la atención; y, al final, se inició en la compra de equipo de construcción como compactadoras y mescladoras, las que alquilaba a los empresarios que se iniciaban. Uno de los empresarios que le dio apoyo inicial fue Pedro Atala que se impresionó ante un hombre tan trabajador y de palabra como Asfura.
Miguel Rodrigo Pastor lo impulso a la política, incluyéndolo como regidor en la planilla con la que derroto a Ricardo Álvarez. Como regidor la política la intereso poco. Lo que le preocupa era hacer negocios. Siguió ampliando su oferta de maquinaria Y es aquí en donde se encuentra con dos personas que orientaran su vida empresarial y le llevaran a ser un hombre rico: Juan Carlos Sikaffi y Johnny Kafaty.
Con estos dos socios, Asfura se introdujo al negocio de la basura que ha sido una de sus fuentes de éxito mayor. Mientras estuvo en la alcaldía municipal durante dos periodos, alquilo equipo a la municipalidad para hacer las obras con las cuales le ha cambiado el rostro a la ciudad. Y negocio con la basura lo que le ha permitido forjar una gran fortuna.
JOH lo animo para que fuera candidato presidencial. A Asfura le interesaban más los negocios, el trabajo y los resultados. La política no era lo suyo; pero ahora que está participando siente el placer del poder sin que tenga ningún horizonte; e incluso muestre pocos conocimientos sobre la realidad que vive el país. El olfato para los negocios, el trabajo incansable y la austeridad, son las cualidades que compiten con su buena memoria. Retiene más de quinientos números telefónicos. Recuerda cada rostro y cada nombre que se “echa al bolsillo”; y lo usa en una campaña muy cercana, en donde con simpleza natural se presenta como alguien que no le hará daño a nadie porque no tiene grandes ambiciones, y porque ya logro salir de la pobreza en donde su padre alcohólico parecía que lo hundiría en forma definitiva.
Está casado con Lizzeth del Cid, originaria de Intibucá. Tienen dos hijas y un hogar estable. No se lo conocen devaneos; ni affaires amorosos. Solo le acusan de haber pactado con Mel y entregado al Partido Nacional ingenuamente. Los seguidores de JOH lo respaldan y es la razón por la que los nacionalistas de “alcurnia “no lo ven con simpatía. Y “menos a sus socios”. Algunos dice que prefieren votar por Nasralla del Partido Liberal, antes que por Asfura que les parece ingenuo y simplón; pesado e incompetente para poder navegar en las aguas turbulentas de la política nacional. “Un Juan Manuel Gálvez de 1948”
Casi nadie apuesta que un hombre tan poco preparado y de limitados conocimientos sobre la naturaleza política del estado, pueda ser Presidente de la República. Sin embargo, posiblemente Asfura es el hombre idóneo para detener el mayor peligro que se cierne sobre el país: la “reelección” de Mel en el poder de la nación, por medio del gobierno de Rixi.
Asfura puede pactar con el candidato liberal, un plan de acción para que los dos partidos se unan; y dentro de una propuesta de desarrollo garantizar que el ganador creara las condiciones para que el Presidente de la República sea el Jefe del Estado, mientras el perdedor una suerte de “Primer Ministro” – como Gustavo Alfaro con Flores; o Ricardo Zúñiga con López Arellano – y dirija un gabinete formado con los mejores para bregar con el reto de sacar a Honduras del estercolero en donde Mel ha colocado al país. Él y Nasralla, se pueden entender mejor que nadie, para hacer posible una alianza que permita que el país salga adelante. Es una posibilidad. ¡La ultima¡