Por Eduardo Vallecillo
Continuando con las herramientas para mejorar la salud emocional de manera fácil, rápida y segura, quiero recapitular dos cosas importantes. La primera, que para sanar es necesario tener claridad y consciencia de ser responsable de mi vida, caso contrario seguiremos en la cárcel del alivio y la curación temporal.
Una vez aclaramos eso en nuestro interior, pasamos a adoptar una posición estratégica para vivir la vida entendiéndola como una moneda de dos caras donde por un lado están las circunstancias y por el otro mi respuesta a las circunstancias, recalcando que solamente puedo controlar mi respuesta, no la circunstancia.
Ahora, avanzando en este proceso de autoconocimiento y autosanación, que al final es lo que verdaderamente sucede, tenemos que entender que mi respuesta, el cómo yo respondo a lo que pasa, está programada inconscientemente y esto deberá traer luz para dejar de sentirnos impotentes en lucha con la vida.
Mi respuesta está condicionada por mis pensamientos y sentimientos pasados que han hecho programas automáticos que disparan mis respuestas cuando aparece una circunstancia.
Otra cosa sumamente importante, es entender que solo tengo dos tipos de respuesta ante cualquier circunstancia. Mi respuesta solo puede ser funcional o disfuncional. Es funcional cuando me produce bienestar interior, que de manera inmediata se traduce en emociones y sentimientos agradables. Mi respuesta de disfuncional cuando me produce malestar interior, el cual produce emociones y sentimientos desagradables.
Las Neurociencias de las Emociones han verificado que una emoción solamente dura 90 segundos, luego de ese minuto y medio, la sustancia en sangre desaparece junto a todos sus efectos. Entonces, ¿qué nos pasa a muchas personas que hemos tenido un evento impactante y después de muchos años todavía seguimos sufriendo por esas emociones que se disparan de vez en cuando?
Lo anterior tiene una respuesta bien simple. Nuestra mente programada, el famoso ego, es la encargada de estar repitiendo inconscientemente el recuerdo de lo que nos pasó.
Por otra parte, nuestro cerebro no puede diferenciar entre un recuerdo y algo que en realidad está ocurriendo, activa los mismos procesos neuronales y estimula la producción de los mismos neurotransmisores que terminan haciéndonos sentir exactamente como la primera vez que aconteció el evento.
O sea, con cada recuerdo yo rompo el ciclo natural de la emoción y le estoy agregando 90 segundos a esa emoción original, y mientras no la gestione de alguna manera seguirá alargando su duración, ¡así lo que haya pasado haya sido hace 50 años!
De ahora en adelante, les invito a utilizar una técnica sencilla y muy efectiva para gestionar las emociones y evitar que perduren mucho tiempo en nuestro interior o se queden atrapadas causándonos síntomas y enfermedades con el tiempo.
Lo que vamos a hacer es muy simple. Al sentir la emoción vamos a respirar profundamente, lentamente, de 3 a 5 veces y luego vamos a comenzar a contar hasta 100, sin rechazar la emoción ni emitir ningún juicio o interpretación, solamente contar hasta llegar a 100.
Lo anterior abarcará los 90 segundos que la emoción necesita para ser metabolizada y así evitamos perjudicarnos al estar alargando su duración con la intervención de nuestra mente programada inconsciente.
Quienes tengan a bien hacer una consulta o sugerencia, pueden escribirme al correo evallecillo193@gmail.com o al WhatsApp 504-93355265, que con mucho gusto les responderé. Gracias. Bendición Eterna.