Por: Lourdes Ramírez – Directora En Alta Voz
“No podemos hacer periodismo en Nicaragua” Emma Amador
En las últimas horas, Emma Amador fue violentamente obligada a subir a una patrulla, al mismo tiempo que era golpeada en sus brazos y su rostro, después del golpearla a ella y a otras personas, las dejaron en una gasolinera, diciéndoles que había cámaras en ese lugar que eran testigos de que les dejaban ahí con vida, advirtiéndoles de los riesgos de seguir cubriendo las protestas ciudadanas.
Emma denuncia constantemente y exige justicia ante los asesinatos, torturas, represión contra los estudiantes, contra periodistas y defensores de derechos humanos, también expone fuertes cuestionamientos sobre los actos de corrupción del gobierno.
“La guardia Orteguista, me asaltó, me robó los dos celulares y mi cámara de video”. Se negaron a devolvérmelos y me mandaron a interponer denuncia a auxilio judicial si me sentía agraviada, cuándo les dije que me devolvieran mis celulares y mi cámara que se habían robado se hicieron los locos”.
“El asalto contra nosotros fue a las 3pm y nos fueron a botar a la gasolinera Puma por la rotonda el periodista y el fuerte policía que dio un nombre falso dijo “vayan a interponer denuncia al distrito, aquí hay cámaras para dejar evidencia que los dejamos aquí”.
“Así es que se gobierna en Nicaragua. No hay libertad de expresión. Así que señores de la OEA de ustedes depende lo que pase en Managua y el resto del país”. Mientras Emma hace ese llamado a la OEA, Almagro sigue con sus posiciones tibias ante la represión en Nicaragua.
Luis Almagro @Almagro_OEA2015
Para normalizar el proceso político en #Nicaragua es esencial el más pleno respeto de derechos políticos fundamentales como la libertad de expresión, reunión, asociación y derecho de protesta y el cese de la represión.
Durante los últimos años Emma ha sido objeto de amenazas, hostigamiento e intimidaciones, se vio obligada a colocar cámaras de seguridad en su vivienda y pasar noches en vela observando a los hombres que asedian su entorno, hombres que se acercan a los lentes de la cámara para advertirle que están ahí. Algunas veces los mismos vecinos se prestan para acosarla, porque son simpatizantes del gobernante de turno. Ha sido denunciada, víctima de supuestos “asaltos” en varias ocasiones y además ha enfrentado la censura en los medios cerrándole sus espacios porque el tono de sus mensajes no agrada a los patrocinadores o dueños de los medios de comunicación.
Conocí a la periodista Emma Amador en 2013 en Panamá, cuando el Centro Internacional para Periodistas (ICFJ) me invitó a formar parte de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación en las Américas, desde entonces comenzamos a participar en el periodismo colaborativo con colegas de otros países de América Latina. Posteriormente en 2015, ambas fuimos becarias del BID en un programa de periodismo para conocer si se puede prevenir la violencia en Latinoamérica. Intercambiamos experiencias con periodistas de varios países, quienes exponíamos los programas que consideramos útiles en la prevención y combate a la violencia. Emma para poder salir de Nicaragua hacia Washington en esa oportunidad tuvo que hacerlo desde Tegucigalpa, viajó en bus desde su natal Estelí para poder llegar al aeropuerto Toncontín y tomar un avión que la llevó a la capital de los Estados Unidos, porque no era seguro que pudiera salir de Nicaragua. Emma ha viajado mucho a Estados Unidos, a encuentros de la SIP, del ICFJ, y de otros organismos de los que también hace parte, sin embargo, jamás consideró quedarse en ese país del norte, siempre con su amor y pasión por el periodismo que compartimos, regresa a su Estelí para seguir reportando desde diferentes plataformas lo que pasa en Nicaragua.
Emma al igual que muchos periodistas nicaragüenses son víctimas de la represión, ahora mismo en Tegucigalpa hay varios periodistas que han pedido refugio y en El Salvador también, colegas que nos comparten como tuvieron que salir por las fronteras para lograr mantenerse con vida.
Javier y Gabriel, dos periodistas nicaragüenses, fueron acusados de terrorismo y robo agravado, meses después aun no tienen idea de en qué se fundamentan esas acusaciones, salieron del país ante el acoso, persecución y temor por su vida, y con ayuda de otra persona que logró refugio en Guatemala, con la ayuda de ACNUR lograron refugio en Honduras. No tienen empleo ni ingresos fijos, están buscando empleo en Honduras “de lo que sea”.
A algunos organismos de derechos humanos les han suspendido la personería jurídica, expulsando a sus representantes de Nicaragua, lo que deja en mayor vulnerabilidad a los periodistas.
Los organismos de Derechos Humanos que funcionaban antes
Fuerza Emma Amador, no estás sola, sigue adelante valiente periodista.