“En pleno año 2025, la educación en Honduras sigue en deuda para los niños y jóvenes”.

Angie Villanueva – En Alta Voz

Tegucigalpa. – Cuando Nora abrió el servicio de copias y encuadernado, su interés, además de brindar un servicio de calidad, también era obtener ganancias. Comenzó por identificar a sus clientes meta; docentes y estudiantes con capacidad de pago.

“Lejos de ser estos los principales clientes, llegaron al negocio, madres de familia con sus hijas y otro más en brazos, también llegan niñas y niños solos, todos son de escasos recursos” relata Nora.

Ella presta un servicio personalizado, además de las copias, les ayuda a buscar imágenes y contenidos para las tareas que solo con acceso a internet pueden obtener.

Por copias o impresión, a color, son 5 lempiras, blanco y negro, 2 lempiras, en algunos lugares cobran más.  Pero a estos servicios sume el servicio de búsqueda en internet y el número de imágenes que lleva la página. Solo por buscar en Internet se cobran 10 lempiras. Esto es casi todos los días, según las asignaciones del personal docente de las escuelas y colegios.

“Yo no puedo cobrarles eso, no me permite mi conciencia y compromiso humano.  Así que decidí solo cobrar de 1 a 3 lempiras por copias, el internet y apoyo en la búsqueda de tareas e imágenes no les cobro” comparte Nora.

“Me indigna saber, que algunos libros oficiales de texto escolar, del primero al noveno grado, la Secretaría de Educación no los distribuye a los centros educativos públicos, para que estos estudiantes de escasos recursos no paguen hasta 500 lempiras porque se les imprima y encuaderne, recuerde que también pagan porque se les busque en línea” agrega.  

Usted los encuentra en línea, para descargarlos, uno de estos sitios es: https://educatrachos.online/libro-de-ciencias-naturales-9-grado/ estos libros vienen con el cuaderno de trabajo para el alumno/a y otro para el docente.

“Esto no debería ser un negocio, es lo que pienso. Deberían de tener estos textos y el internet en el centro educativo y buscar ahí sus tareas. Porque no están aprendiendo, están pagando semanalmente entre 20 a 50 lempiras, a veces más” finalizó.

Instrucciones que lleva el niño para la impresión y búsqueda de internet. Cortesía de Nora Sagastume.

ESTADO DE PAÍS – A CINCO AÑOS DE UN NUEVO FRACASO

En 2022, la administración de la presidenta Xiomara Castro inició el año escolar con un millón 86 mil estudiantes en edad escolar (3 a 17 años) excluidos de los centros educativos. Datos preliminares muestran que 2024 cerró con un millón 79 mil niños, niñas y adolescentes (NNA) fuera del sistema, lo cual indica que, en tres años de la administración de la presidenta Castro, únicamente se han logrado recuperar poco más de siete mil estudiantes. Pese a que durante la gestión actual se han impulsado los programas de matrícula gratis y merienda escolar para recuperar la matrícula, los datos muestran que estas iniciativas no han sido contundentes para lograr revertir el deterioro que venía experimentando el sistema educativo durante los últimos 10 años y que fue agravado por la pandemia de COVID-19.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 indica que, a 2030, se debe “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”. En ese sentido, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) publicó en 2024 un estudio [2] en el que proyecta que, de no lograr ese objetivo, el costo será elevado. En el caso de Honduras, el abandono escolar prematuro representará para 2030 el 19 % del Producto Interno Bruto (PIB) previsto. Esta situación tendrá un impacto tanto en las personas (que tendrán menores ingresos laborales) como en el gobierno, porque perderá ingresos fiscales y aumentará el gasto en asistencia social y seguridad. Por otro lado, se estima que aumentarán en 95 % los embarazos precoces, en 17 % los homicidios y 47 % los ninis (ni estudian ni trabajan). En resumen, el estudio argumenta que, si el Estado no hace algo ahora mismo para detener el abandono escolar, los problemas estructurales que afectan al país aumentarán. https://estadodepais.asjhonduras.com/educacion/

De acuerdo con un informe presentado por la Secretaría de Finanzas, en el año 2024 se invirtió la cantidad de 81,125 lempiras, es decir, a 0.04 centavos por estudiante, lo que representa una evidente disminución en los fondos asignados a la compra de textos educativos en comparación a los años anteriores.

Sin embargo, la Secretaría de Educación asegura que los procesos de entrega de materiales escolares no se han suspendido, aunque en las aulas de clases persiste una realidad diferente, los estudiantes siguen sin libros. La falta de textos escolares ha dejado un vacío que se ha convertido en una carga para docentes y padres de familia, quienes deben asumir el costo de copias y materiales improvisados.

Todo esto ocurre en paralelo a un millonario proyecto impulsado por el gobierno: la impresión de 200 mil copias del libro “El Golpe 28‑J”, de Manuel Zelaya Rosales.El Decreto Ejecutivo PCM 14-2025, firmado por la presidenta Xiomara Castro, ordena la incorporación del libro de Zelaya como texto base dentro de la asignatura de Cátedra Morazánica en los niveles de educación básica y media.

El decreto también instruye a la Secretaría de Finanzas para que realice las modificaciones presupuestarias necesarias para garantizar la impresión masiva del libro. Según reportes publicados, la Empresa Nacional de Artes Gráficas (ENAG) está a cargo de imprimir los ejemplares, cuyo costo por unidad oscila entre 400 y 500 lempiras. Esto implica un gasto estatal de entre 80 y 100 millones de lempiras, únicamente para este texto.

En contraste, una solicitud de información pública realizada por este medio a la Secretaría de Educación, reveló que, si bien la institución afirma no haber interrumpido la entrega de libros escolares, las cifras y testimonios indican una realidad diferente. En 2023, por ejemplo, apenas se entregaron 705,691 guías de lectoescritura en algunos departamentos, y solo se distribuyeron 5,806 libros de texto en 2025 como parte de un proceso de validación curricular en centros educativos seleccionados.

“Actualmente no han dado libros de parte de la Secretaría de Educación. Yo para impartir mis clases compré mis libros y les imprimo folletos para que los alumnos trabajen”, relató una docente en el sector de Chamelecón, zona norte del país.

Igualmente, en las zonas rurales la situación no es tan diferente. Otro maestro, desde una escuela de San Manuel, Cortés, mencionó que “los libros nunca coinciden con la cantidad de matrícula”. Aunque aseguró que han recibido pizarras y pupitres; el material didáctico sigue siendo escaso o inexistente.

La afirmación oficial de que los materiales forman parte de una “validación curricular” tampoco convenció a los docentes. “No es una validación curricular, no hubo retroalimentación ni lineamientos claros para que se siguiera con ese proceso”, explicó otra profesora de secundaria que trabaja en dos centros educativos en Tegucigalpa.

El testimonio de esta educadora reveló además que algunos libros son donaciones previas a la pandemia, y que muchos docentes deben crear sus propios contenidos, “se usan libros desfasados como referentes y se generan materiales propios para solventar el tema del abordaje de los contenidos. En mi caso, yo misma elaboro mis guías de trabajo consultando sitios web”, afirmó.

Mientras tanto, padres de familia enfrentan un gasto constante. Una madre, cuya hija estudia en una escuela pública en el municipio de Villanueva, mencionó que gasta cerca de 300 lempiras semanales en fotocopias. “Al año yo diría que unos cinco mil lempiras en copias”, estimó otra madre de familia. Ambas prefirieron mantener el anonimato.

Ante la pregunta de si consideraban justo pagar por materiales escolares en un sistema público, las madres coincidieron en que les parecía injusto que, “si es una escuela pública debería de haber libros en existencia para cada alumno, en casi todas las materias no les entregan libros y cuando lo hacen son usados, repetidos de años anteriores”, denunció una de ellas.

La decisión del gobierno, de imprimir masivamente un libro con una fuerte carga política, ha generado controversia. Para muchos padres y docentes, este gasto representa un desequilibrio entre lo que realmente se necesita en el aula y lo que se decide financiar desde el poder.

“No se necesita inventar más de lo que ya está establecido”, expresó uno de los docentes. “Lo idóneo sería que cada estudiante tenga sus libros”, añadió.

Las cifras oficiales sobre entrega de materiales se centran en programas piloto, convenios con fundaciones privadas como Concordia y Liquidámbar, y la distribución de herramientas de nivelación. Sin embargo, estas acciones no han resuelto el problema estructural de falta de libros en las aulas.

Y aunque algunos centros educativos reciben apoyo de organizaciones externas, como Visión Mundial o instituciones religiosas, estos recursos son limitados y no alcanzan a cubrir la necesidad nacional.

Según el decreto PCM 14-2025, la impresión del libro de Zelaya es de ejecución inmediata y debe integrarse en todos los niveles educativos de forma obligatoria. Aunque se justifica como parte de la memoria histórica del país, no hay evidencia de que el contenido haya sido sometido a revisión pedagógica o evaluación académica.

La indignación se acentúa cuando se compara el millonario presupuesto destinado al libro del expresidente Zelaya con las declaraciones de madres que han tenido que pagar durante años los materiales de sus hijos en la educación pública.

“Mi hijo ha estado en la escuela pública desde cuarto grado y ya está en primer año de colegio y siempre todos los años me ha tocado sacarle copias y folletos.” relató una madre. “Que no vengan a decir que no se ha detenido la entrega de libros. Son una falsedad, como políticos siempre mienten”, concluyó.

Como mensaje final hacia las autoridades educativas, una docente expresó que, “es difícil hacerles entender la realidad que viven los directivos de los centros educativos, los docentes, padres de familia y estudiantes, así que no sirve de nada decirles lo que no quieren escuchar”.

Ante estos testimonios el panorama es claro, la prioridad presupuestaria del gobierno se inclina hacia proyectos simbólicos con carga ideológica, mientras que en las aulas de clases donde se forja el futuro del país, el conocimiento llega a medias, fotocopiado y muchas veces pagado por quienes menos pueden costearlo.

Libros publicados por SEDESOL, foto página oficial de SEDESOL

El presente gobierno ha publicado otros libros relacionados con la historia de Honduras, pero no imprime libros de texto que van incluidos en el plan nacional de educación pública, padres y maestros deben pagar por impresiones y copias, limitando el acceso a la educación, porque no todos los padres pueden costearlos.

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1 Comentario

  1. Esto solo es una pequeña muestra de cómo va decayendo la educación pública y firmo esta realidad porque tengo 3 hijos en edad escolar, me toca fotocopiar y encuadernar los libros y guías de trabajo de cada asignatura, me indigna saber cómo el gobierno de Xiomara que es mujer y madre no es capaz de ponerse en los zapatos de tantas familias de bajos recursos económicos entender la problemática del país y sobre todo trabajar por nuestra niñez para que tengan educción de calidad, material didáctico, escuelas actas para recibir clases y matricula gratis real porque a mí siempre me ha tocado pagar matricula este año pague 900 lempiras. Prefiere malgastar los fondos en un libro que si su esposo quería publicarlo que lo haga con sus propios recursos que estoy segura le sobran y que sean para los lectores que deseen leer y tengan la capacidad económica de comprarlo y no como una obligación para los niños y jóvenes.

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