Icono del sitio El Centro de estudios para la Democracia CESPAD, realizó un Xspace para abordar el tema de la construcción de la cárcel en las islas del Cisne, en este espacio se abordó el tema a profundidad con un enfoque de la realidad en la que se encuentra el país y todo lo que implicaría la construcción de esta isla en el archipiélago.

Elegir despacito

Elisa M. Pineda

Faltan más de 15 domingos para que los hondureños celebremos elecciones generales, el tiempo suficiente para elegir despacito a quién otorgar el voto.

Olvidémonos por un rato de la figura presidencial y enfoquémonos en los candidatos a diputados. Vale recordar que nuestra forma de gobierno –republicana, democrática y representativa- se ejerce por tres poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial, ‘complementarios e interdependientes, sin relaciones de subordinación’, reza la Constitución de la República.

En sentido estricto, cuando elegimos diputados estamos otorgando nuestra representación directa. ¿Será esta una decisión que debamos tomar a la ligera? Por supuesto que no. Estamos a tiempo de analizar. Uno de los avances más significativos de nuestro sistema electoral fue en su momento, la separación en tres papeletas para la votación por los cargos de presidente, diputados y autoridades municipales.

A estas alturas, pocos recuerdan que en nuestra incipiente democracia en la década de los 80, el voto se otorgaba al partido y allí cabía de todo.

Con la evolución, también encontramos otro fenómeno: los candidatos que van de aquí para allá, de un partido a otro, algo impensable años atrás, en los que la lealtad a las instituciones políticas y sus idearios, era un tema relevante.

El multipartidismo, que ciertamente implica mayores posibilidades de participación política, también trae un gran reto a los ciudadanos: ¿cómo elegir entre tanta oferta? El voto en plancha o cascada no es una buena opción.

Hay candidatos valiosos y de otro tipo en todos los partidos. La ideología no es un diferenciador real. La confusión campea, no será extraño encontrar a diputados que hoy pertenecen a una bancada, bajo otra insignia partidista. ¿Es bueno o malo? Cada quien sabrá qué decepciones le llevan a tomar decisiones drásticas, pero no deja de ser extraño. En la era de internet, es fácil explorar cuál ha sido la productividad de quienes desean quedarse en el Congreso Nacional.

¿Qué han hecho por el departamento al que representan y por el país? Elegir diputados en este supuesto sistema de pesos y contrapesos es tan importante como elegir presidente.

Reflexionemos antes de hacer valer ese poder que, al menos una vez cada cuatro años, tenemos en el voto.

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