Por Salud con lupa 19 de Marzo de 2020

Los gobiernos de Perú, Ecuador, Chile, Colombia y Argentina anunciaron compras masivas de pruebas de detección de COVID-19 para mejorar su capacidad de diagnósticos y corregir falencias para enfrentar la pandemia.

Hace tres días, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, insistió en un mensaje a todos los países: “hagan pruebas, pruebas, pruebas”. La capacidad de hacer los exámenes para detectar lo más pronto posible a los contagiados del coronavirus COVID-19 es crucial por dos razones: la primera es porque cuando el número de personas a las que se les hace la prueba es muy bajo, no tenemos una fotografía completa del problema, ya que el número de casos confirmados es menor al total de los que están realmente enfermos.

“Este es un obstáculo para frenar la propagación del virus y para entender la evolución de la enfermedad”, explica el investigador Esteban Ortiz-Ospina, de la iniciativa Our World in Data, de la Universidad de Oxford. La segunda razón es una consecuencia de la primera: si las personas contagiadas de COVID-19 no saben su estado de salud, es posible que transmitan el virus a otros y no tomen las medidas necesarias para romper la cadena de contagios. “Sin tener esa cifra es difícil entender la prevalencia de la enfermedad, es decir, el porcentaje de la población que está enferma en un momento específico”, dice Ortiz-Ospina.

Varios países de América Latina están reaccionando ante sus falencias en la capacidad de diagnósticos, ya que no basta el aislamiento social de la población para contener el nuevo coronavirus que causa una gripe fuerte y deriva en neumonías mortales en algunas personas, sobre todo adultos mayores. Los gobiernos de Colombia, Argentina, Chile, Ecuador y Perú ya han modificado sus protocolos para ampliar su capacidad de diagnosticar los casos de COVID-19 y han anunciado masivas compras de test rápidos y pruebas moleculares [Ver el cuadro en el que explicamos los dos tipos de pruebas].

Solo hay que observar las experiencias que han funcionado y fracasado para comprender la importancia del diagnóstico rápido. A pesar de que Estados Unidos y Corea del Sur anunciaron el primer caso de COVID-19 el mismo día (20 de enero), hasta el 10 de marzo el primero había realizado 8.554 pruebas e identificado 1.323 casos. Mientras que el segundo hizo más de 210 mil exámenes y detectó 7.869 infectados. El resultado de la reacción de Corea del Sur, donde viven unas 51 millones de personas, permitió que se pudiera atender de forma más rápida a los enfermos y contener el avance de la enfermedad.

Como es lógico, si se logran procesar más muestras por día en América Latina, la cifra de contagiados será real y esto significa un escenario en el que habrá un aumento de casos detectados. Solo así podremos enfrentar con mejores estrategias la pandemia.

En Perú, presidente Martín Vizcarra anunció hoy la compra de 1 millón 400 mil pruebas rápidas y 200 mil pruebas moleculares para descentralizar la capacidad de diagnósticos. Actualmente, solo se pueden realizar unas 200 pruebas al día, pero “se espera en las siguientes semanas elevar la capacidad a 2.000 exámenes diarios”, explicó el epidemiólogo Manuel Espinoza, del Instituto Nacional de Salud.

Dos días antes, la ministra de Salud de Ecuador, Catalina Andramuño, señaló que el país adquirirá 2 millones de pruebas rápidas. Aquí están habilitados 27 hospitales públicos para la atención de posibles casos de coronavirus, y el tratamiento de pacientes que den positivo. Además, el Gobierno llegó a un acuerdo con laboratorios privados para que realicen las pruebas bajo autorización médica y con un pago por parte de los usuarios.

En Colombia, el Gobierno tiene ahora cinco laboratorios para ampliar la capacidad de diagnóstico en Bogotá, Antioquia, Nariño, Valle y Atlántico. Se espera que se habiliten otros dos en el Norte de Santander y Arauca, según reportó el diario El Espectador. El objetivo es que todos puedan hacer el test rápido del COVID-19. Cuando estén en funcionamiento, se podrá diagnosticar unos 4.300 casos cada día.

Mientras tanto, Chile está haciendo un promedio de 800 exámenes de COVID-19 al día, pero su capacidad de diagnósticos llega a 3 mil pruebas diarias. Aún así, el Ministerio de Salud ordenó la compra de 250 mil exámenes.

En Argentina, el Gobierno anunció la apertura de laboratorios en seis provincias para poder descentralizar los tests e identificar casos positivos. Según la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, cinco de esas seis jurisdicciones serán ciudad y provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Chaco. En el caso de Paraguay, el Ministerio de Salud anunció que hará más pruebas con apoyo de laboratorios privados que reúnan los estándares para realizarlos.

CLAVES PARA ENTENDER
CÓMO FUNCIONAN LAS PRUEBAS

Estas son algunas preguntas esenciales que respondemos para aclarar las dudas que han surgido hasta el momento sobre las pruebas para COVID-19:

  1. ¿Hay un criterio universal establecido para las pruebas?

    No. Esto explica, en parte, las grandes diferencias de casos confirmados y la letalidad del virus entre diferentes países. No hay un criterio universal establecido para las pruebas de laboratorio y, además, puede ir cambiando según la capacidad del país para realizar los exámenes. Lo que está muy claro es que cuanto más amplios sean los criterios para detectar el COVID-19, más casos de contagiados se encontrarán.
  2. ¿Cómo es que las pruebas identifican el virus en nuestro cuerpo?

    Cuando surgió el nuevo coronavirus lo primero que se hizo fue estudiar su código para detectar marcadores genéticos consistentes que permitan identificarlo. Hay cuatro genes en la familia del nuevo coronavirus: alfa, beta, gamma y delta. Los virus corona alfa y beta pueden causar enfermedades tanto en humanos como en animales, mientras que otros, como los coronavirus gamma y delta, sólo infectan a los animales.

    El nuevo coronavirus COVID-19 pertenece a los beta y es uno de los nuevos coronavirus infecciosos que ataca el cuerpo humano y deriva en gripes fuertes y neumonía.
  3. ¿En qué condiciones deben hacerse las pruebas en los laboratorios acondicionados en cada país?

    En el caso de las pruebas PCR o moleculares, luego de que se toman las muestras se debe garantizar que tengan una correcta refrigeración. Su temperatura debe estar entre 2 y 8 grados. Las pruebas son analizadas en un termociclador, un artefacto que permite verificar si una fracción de ese material genético se encuentra en la muestra biológica evaluada.
  4. ¿Para dar de alta a un paciente de COVID-19 se le debe volver a hacer la prueba?

    En la actualidad, no se les está haciendo esta prueba. Solo permanece en observación hasta 15 días después del inicio de los síntomas que desencadenó la enfermedad.

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