Por Dunia Orellana
Tegucigalpa, Honduras. “Todos tenemos un precio; solo que el tuyo y el mío nadie lo puede pagar”, me dijo mi amigo Beyger para definir la disputa entre Nasry “Papi” Asfura y Salvador “Salva” Nasralla, los candidatos más votados el 30 de noviembre. Este 7 de diciembre, Honduras sigue sin presidente, y hay una enorme desconfianza sobre quién ganó realmente… o quién terminará vendiéndose.
Esta presión solo aumenta con la intervención directa del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Su injerencia revive la Doctrina Monroe, que en el siglo XIX proclamó “América para los americanos” e impuso a Estados Unidos como potencia dominante, inaugurando una era de intervencionismo. La doctrina sigue viva: la nueva Estrategia de Seguridad Nacional estadounidense, publicada este 5 de diciembre, declara explícitamente el retorno de esos principios.
Pero hay quienes no venden su alma ni su ética. En medio de este realismo mágico electoral, Radio Progreso –la rebelde de los jesuitas– ha sido una luz. A lo largo del proceso, me he informado sintonizando “la radio que está con vos”, y no dejo de recomendarla. Escuchar al padre Melo, Iolany Pérez, Eleana Borjas, Gerardo Chévez, Lesly Frazer, Sandra Maribel Sánchez y otras voces que luchan a diario es un acto de resistencia. Son el contrapunto necesario ante un cerco mediático que prefiere el escándalo y el morbo antes que el análisis riguroso y crítico de este conflicto poselectoral. Su voz te hace sentir con los mejores editoriales que no verás ni escucharás en otro medio.
En este camino, he trabajado junto a mis compañeras y compañeros de Reportar Sin Miedo durante dos semanas que han parecido un año. En esta cobertura, poner el dedo en la llaga ha tenido un costo. Vi a Kevin Contreras casi ser aplastado por la seguridad de Salvador Nasralla, observé los moretones de Alejandra Alvarado tras resistir el empuje de la prensa agolpada alrededor de Nasry Asfura y documentamos las múltiples agresiones contra Brenda Arguedas, directora de ZebraNews, atacada por ser mujer y hacer periodismo.

ORIGINALES. Kevin Contreras y Lissy Serén

TALENTOSA. Alejandra Alvarado
Seguí el trabajo incansable de Lissy Serén en el campo, siempre con el micrófono en la primera línea, compartiendo historias que otros no quieren mostrar. Daniel Fonseca no dejó de enviar material crucial, ni siquiera tras una pérdida familiar. Nefer Mejía, nuestra especialista en seguridad, siempre vigiló, observó y votó en un país que no permite hacerlo con su nombre asumido. Por otro lado, Nazareth Gómez, en medio de la cobertura, acompañó a su abuela a votar y fue testigo de la falta de inclusión en los centros.


Tampoco olvido a Dashiell Allen, informando desde Nueva York con la comunidad hondureña que resistió un frío extremo para salir a votar; a Dennis Arita, el editor que da impacto a nuestro contenido y no dejó de acompañarnos de principio a fin; ni a José Manuel Serén y Helen Montoya, verificando datos sin pausa. Y gracias también a Leonel Estrada, Jorge Cabrera y Jhonny Magallanes, quienes nos apoyaron.

Este trabajo no habría sido posible sin el apoyo esencial de colegas como Lourdes Ramírez (Diario En Altavoz), Wendy Funes (Reporteros de Investigación), Kimmy de León (Prensa Comunitaria y Ruda) y la Red Rompe El Miedo de Artículo 19, ángeles que nos ayudaron a seguir.
Ni los golpes ni las difamaciones ni las pocas horas de sueño lograron detenernos. Superamos cuatro millones de visualizaciones solo en Instagram y TikTok. Pero el impacto más significativo es otro: haber contado lo que otros callan, desde una mirada feminista, disidente e inclusiva. Gracias también, sin duda, a quienes nos ven, leen, escuchan y siguen.
Hacer periodismo independiente en Honduras tiene un precio muy alto. Pero, por dignidad, seguimos dispuestos a pagarlo. Dos acciones me conmovieron profundamente durante este proceso: la primera, la entrevista que Gerardo Chévez de Radio Progreso realizó en los bordos de la colonia Bográn en San Pedro Sula y que recogimos bajo su propia frase: “votar con el estómago vacío”. La segunda, la postura crítica de Iolany Pérez, también de Radio Progreso, al negarse a transmitir el primer mensaje del expresidente indultado Juan Orlando Hernández, favorecido desde la Casa Blanca.
Estos actos son una forma de “poner límites a tus verdugos”, en referencia a las decenas de asesinados durante los doce años de narcodictadura que vive el legado del Partido Nacional, hoy más vigente que nunca. Frente a las amenazas de Ana Hernández, quien asegura tener una lista de periodistas y medios que “difamaron” a su esposo, el periodismo independiente se mantiene en pie. Busca reinventarse, persiste y sale adelante desde el dolor y el miedo, pero nunca desde el silencio.
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