Por David Torrez
Aunque las trabajadoras sexuales en Honduras cuentan con derechos fundamentales como el acceso a servicios de salud, la protección contra la discriminación y el consentimiento informado para pruebas de VIH, la ausencia de una legislación laboral específica las mantiene en situación de vulnerabilidad. La Ley Especial de VIH/SIDA establece obligaciones claras para garantizar atención integral, pero sin reconocimiento en el Código del Trabajo, estas mujeres no pueden reclamar pagos ni demostrar ingresos ante instancias judiciales.
La falta de regulación también perpetúa el estigma social y la discriminación institucional, lo que facilita escenarios de violencia, acoso y persecución. Organizaciones civiles y defensoras de derechos humanos insisten en la necesidad de una ley construida con participación directa de las trabajadoras sexuales, que reconozca su realidad y les otorgue un mínimo de garantías laborales y jurídicas frente a un entorno marcado por la impunidad.