Por: SEGISFREDO INFANTE

            En algunos artículos y ensayos publicados en la década del ochenta del siglo próximo pasado, mencioné o aludí ciertas veces el nombre de Blaise Pascal, un gran geómetra francés nacido el 19 de junio de 1623. Particularmente recuerdo haberlo incluido en la décima estrofa de un poema titulado “Versos Sueltos (escritos en el bus y en el café)” (1981-1988). Aquel texto azaroso lo dediqué a mis dos primeros hijos: Víctor Osiris y César Adonis, y a varios amigos de adentro y de afuera del país, algunos de los cuales han fallecido, entre ellos Roque Ochoa Hidalgo, Ramón Oquelí, Fausto Maradiaga y Luis Martín Alemán. Creo que es pura coincidencia que la técnica utilizada en aquellos versos específicos más o menos juveniles, empalme con la técnica de los aforismos y de los pensamientos sueltos, geniales pero a veces contradictorios de Blaise Pascal.

            Carlos Pujol ha escrito, muy acertadamente, que el matemático y pensador francés “es un genio atormentado e inclasificable”. También añade que Pascal es “Incómodo, incompleto, extraño y apasionante”. Pero en ningún momento niega la genialidad atrapante del joven autor, pues falleció a la edad de treinta y nueve años, sin la posibilidad de madurar su pensamiento y de publicar su obra central, que aparentemente llevaría por título “La Verdad de la religión cristiana”, en donde él realiza, a su vez, una curiosa mixtura en defensa de la religión judía, basada en la “Ley de Moisés”, la cual es pilar, según el autor, de la cultura occidental y de otras culturas. La realidad es que su obra es más conocida bajo el título de “Pensamientos”, y que en todo caso los mismos configuran una serie de apuntes que Pascal planeaba utilizar para escribir su libro cargado de intuiciones dispares.

            Monsieur Pascal es casi contemporáneo de otros matemáticos franceses como René Descartes y Pierre de Fermat, aunque un poco más joven que ellos, con quienes estableció algunas afinidades científicas. A veces se me ocurre que también pudo haber leído la obra mística de “San Juan de la Cruz”, por aquello de las referencias al distanciamiento radical de las cosas concupiscentes del mundo, acerca de las cuales había tenido alguna experiencia en sus años mozos, con el añadido del escepticismo pascalino respecto de los católicos.

            Indudablemente que Blaise Pascal es un pensador más o menos místico, con grandes intuiciones poéticas en prosa que a mi juicio lo colocan, anticipadamente, muy por encima del pensamiento aforístico demoledor y anti-occidental de Friedrich Nietzsche. Según mi modo de percibir las cosas, ambos son pensadores líricos. No filósofos. Es más, Pascal se pronuncia en contra de “la gran filosofía” que desconoce la existencia del alma y que a pesar de eso busca la verdad. De hecho arremete contra René Descartes por utilizar un método filosófico que aparentemente hace caso omiso de la existencia de Dios. “¿Qué saben de todo esto, esos grandes razonadores que no ignoran nada?”, pregunta irónicamente Blaise Pascal. 

            Al margen de mis opiniones personales deseo transcribir ciertas frases de Blaise Pascal. Veamos: 1) “Los hombres desdeñan la religión; la odian y temen que sea verdadera”. 2) “la religión no es contraria a la razón”. 3) “Dos excesos: excluir la razón; no admitir más que la razón.” 4) “Cuanto más talento tiene alguien, más hombres originales ve a su alrededor. Las personas vulgares no descubren ninguna diferencia entre los hombres.” 5) “No hay nada en la tierra que no muestre o bien la miseria del hombre o bien la misericordia de Dios”. 6) “¿Qué es un hombre en medio del infinito?”. 7) “La naturaleza del amor propio y de este yo humano consiste en no amarse más que a sí mismo y en no pensar más que en sí mismo.” 8) “Sin duda es un mal estar lleno de defectos; pero aún es un mal mayor estar lleno de ellos y no querer admitirlo”. 9) “Cuando la malignidad tiene de su parte a la razón, se muestra orgullosa, y despliega la razón en todo su esplendor.” 10) “Que la presunción se junte a la bajeza, es una enorme injusticia.” 11) “Trabajamos incesantemente en embellecer y conservar nuestro ser imaginario, y descuidamos al verdadero.” 12) “Las buenas acciones escondidas son las más dignas de aprecio.” 13) “Prefieren la muerte a la paz”. 14) “Un amigo verdadero es algo tan beneficioso, incluso para los más grandes señores” (…) “Pero que elijan bien; porque si dedican todos sus esfuerzos a unos necios, lo que hagan será inútil, por muy bien que hablen de ellos”. De todos modos “hablarán mal de ellos por la fuerza de los demás.” 15) Y aunque fuese verdad lo que dicen los filósofos como Descartes, “No creemos que toda la filosofía valga una hora de esfuerzo.” (Aquí el ataque a la gran Filosofía es frontal). 16) “La ciencia de las cosas exteriores no me consolará de la ignorancia de la moral en tiempos de aflicción”.

            Los aforismos anteriores son una especie de abanico preliminar del pensamiento altamente contradictorio de Blaise Pascal. Quizás por problemas extremos de salud o por su aislamiento llegó a conclusiones fatales sobre la perversidad congénita del “Hombre”. En último caso vale la pena reconocer su solidez científica y sus chispazos sapienciales.

            Tegucigalpa, MDC, 13 de octubre del año 2019. (Publicado en el diario “La Tribuna” de Tegucigalpa, el domingo 20 de octubre de 2019, Pág. Siete). (En los penúltimos tres o cuatro meses del año 2019, varios de estos artículos se han reproducido en el periódico digital “En Alta Voz”). 

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