La corrupciónadopta muchas formas y sus efectos son serios y generalizados. Constituye una amenaza para la seguridad y actúa como un obstáculo para el crecimiento económico, perjudicando en igual medida a los estados y los ciudadanos. Lo que es más importante, la corrupción socava la confianza en los gobiernos, las instituciones y la democracia.
Los sucesivos gobiernos de Honduras ya han tomado pasos significativos en la lucha contra la corrupción, adhiriéndose y ratificando la Convención de la Naciones Unidas sobre Corrupción y la Convención Interamericana contra la Corrupción. Entre otras disposiciones, las dos convenciones reconocen la importancia de la cooperación internacional para erradicar sus efectos corrosivos. Más recientemente, en enero del 2016, se firmó el acuerdo que crea la Misión de la OEA contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (OEA-MACCIH), que en poco tiempo, ha logrado resultados importantes, como la aprobación y aplicación de la Ley de Política Limpia, la creación de la UFECIC y los juzgados anticorrupción. Nos parece oportuno reconocer los esfuerzos de la OEA y la decisión de que la VIII Cumbre de las Américas sea dedicada al tema “Gobernabilidad democrática frente a la corrupción” y que la OEA-MACCIH participe de sus labores.
En este sentido, tomamos nota con satisfacción del veto Presidencial a las reformas a la ley sobre Privación Definitiva de Dominio de Bienes de Origen Ilícito.
Como representantes del grupo de cooperación internacional, y en particular de gobiernos y organizaciones que apoyan financieramente a la OEA-MACCIH, queremos también resaltar algunos eventos que podrían tener un impacto sobre la lucha contra la corrupción, y que esperamos sean resueltos rápida y eficazmente.
Estos son el recurso de inconstitucionalidad en relación al caso de la reforma de la ley orgánica del Presupuesto, el recurso de inconstitucionalidad del convenio de creación de la OEA-MACCIH, el tratamiento de las leyes de Colaboración Eficaz y de Secretos Oficiales, las campañas mediáticas negativas e intimidantes en contra de los investigadores, fiscales, jueces y testigos en casos de corrupción, el nombramiento del liderazgo de la OEA-MACCIH, y finalmente la selección del próximo Fiscal General, que esperamos sea hecha con un proceso de selección participativo, transparente y basado en el mérito.
Los esfuerzos para eliminar la corrupción y la impunidad requieren el compromiso de todas las fuerzas políticas, económicas y sociales. La Comunidad Internacional reafirma su disponibilidad a trabajar junto con el país entero en este desafío.
Tegucigalpa, M.D.C, 13 de abril de 2018