Magda Rosario Ramírez García
Miembro de la Comisión de Administración y Finanzas de la AIC
RESUMEN EJECUTIVO
Este artículo analiza la relación entre el control interno y la corrupción en las instituciones del Estado en América Latina, destacando cómo las deficiencias en los mecanismos de control facilitan la proliferación de prácticas corruptas. La corrupción en la región ha debilitado la confianza pública, afectando el desarrollo económico y la calidad de vida de sus ciudadanos. Utilizando como referencia el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de 2023, se evidencia una conexión entre altos niveles de corrupción y sistemas judiciales frágiles y dependientes, lo que pone de relieve la necesidad de fortalecer tanto el control interno como la independencia judicial. Se concluye que fortalecer los sistemas de control es fundamental para combatir la corrupción en América Latina.
INTRODUCCIÓN
En América Latina, la corrupción en las instituciones del Estado es un problema persistente que socava la confianza ciudadana y afecta negativamente el desarrollo económico y social. Combatir la corrupción y fortalecer el control interno en las instituciones estatales son imperativos para promover la integridad y asegurar una gobernanza efectiva.
El control interno, una de las herramientas clave para prevenir y detectar la corrupción, abarca los procesos y procedimientos establecidos dentro de una organización para garantizar la eficacia, eficiencia e integridad de sus operaciones. En este artículo, se examinan los conceptos vinculados al control interno y la corrupción en las instituciones del Estado, así como los factores que propician la corrupción debido a deficiencias en estos controles. Se destaca la importancia de la transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana en la prevención de prácticas corruptas.
CONCEPTOS ASOCIADOS CON EL CONTROL INTERNO Y LA CORRUPCIÓN EN LAS INSTITUCIONES DEL ESTADO
Recientemente, Transparencia Internacional publicó el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de 2023, que revela lo siguiente: el promedio global permanece estancado en 43 puntos por duodécimo año consecutivo, lo que indica que la mayoría de los países todavía enfrentan dificultades significativas para avanzar en la lucha contra la corrupción. Más de dos tercios de los países evaluados obtuvieron puntuaciones inferiores a 50, lo que refleja niveles preocupantes de corrupción (Open Government Latam, 2023). (…)