Por: SEGISFREDO INFANTE
Un equipo de amigos, colegas y conocidos de Tegucigalpa, tuvimos la feliz ocurrencia de organizar el “Día del Poeta” en el contexto de la “Semana Cívica de Olanchito”, allá por la segunda mitad de la década del noventa del siglo próximo pasado. Estoy seguro que realizamos cuatro encuentros nacionales de escritores en forma continua, dedicados en diversos años a los siguientes poetas: Oscar Acosta Zeledón, Antonio José Rivas, José Luis Quesada y Livio Ramírez. A partir del cuarto encuentro nos alejamos de tal empeño voluntarioso porque a nuestro juicio se desnaturalizó la idea originaria de homenajear a los autores de dimensión nacional, y el evento parece que se volvió demasiado localista o, en el mejor de los casos, subregionalista. (Ignoro qué sucede en el momento actual).
Tengo a la mano los manuscritos relacionados con el “Segundo Encuentro Nacional de Poetas Hondureños ‘Antonio José Rivas’ ”, celebrado en Olanchito el 16 de septiembre del año 1996, con la lista general de los invitados y de las personas que asistieron efectivamente a leer sus poemas y relatos. A los invitados se les consiguió transporte, alimentación y el respectivo hospedaje, ya fuera en hoteles o en casas particulares.
Veamos la lista de los asistentes concretos en el evento de septiembre de 1996: Enrique Cardona Chapas, José Antonio Funes, Oscar Acosta, Rigoberto Paredes, Julio César Pineda, David Díaz Acosta, Félix Cesario Padilla, Juan Ramón Saravia, Elisa Logan, Waldina Mejía Medina, Aída Sabonge, Rubén Izaguirre, Livio Ramírez, Yadira Caballero, Salvador Alfredo Madrid, María Eugenia Ramos, Nelson Echenique, Marco Tulio Del Arca, Eva Thais, César Lazo, Víctor Saborío, Juan Ramón Funes, Rodolfo S. Romero, Ever E. Sorto, José Adán Castelar, José Luis Quesada y Segisfredo Infante.
Aparte de los poetas arriba mencionados asistieron como invitados especiales los siguientes prosistas, críticos, organizadores, fotógrafos y colegas: Helen Umaña, Armando García, Roger Gutiérrez, Porfirio Montoya, Oscar Saravia, Carolina Alduvín, Elpidio Acosta, Ramón E. Saravia, Guillermo “Mito” López y Juan Ramón Martínez. De mi bolsillo tuve que refinanciar (en dos oportunidades) al dúo musical integrado por Federico Ramírez y Daniel González más conocido como “Jerónimo”. De la vecindad inmediata de Olanchito y de la zona del río Aguán se sumaron Juan Fernando Ávila, Marel Medina Bardales, Omar González, Fausto Cárcamo, “Tomasito” Ponce, Max Sorto Batres, Ramón Escobar, la familia Martínez Bardales, el “Compa Urcina” y muchas otras personas. Creo que en diferentes eventos análogos nos acompañaron, en Olanchito, poetas jóvenes como Indira Flamenco, Roberto Becerra, Edgar Florián y Fabricio Estrada.
De aquellas iniciativas abiertas se han borrado los recuerdos o tienden a borrarse con el paso de los años. En las dos listas de invitados que aún resguardo como papeles subsistentes aparecen los nombres de otros autores a quienes les fue imposible asistir, entre ellos Hernán Corrales Padilla, Ramón Oquelí, Miguel “Pocho” Morazán, Fausto Maradiaga, Marco Antonio Madrid, Rodolfo Pastor Fasquelle, Roque Ochoa Hidalgo, Oscar Napoleón Merino, Efraín López Nieto, Galel Cárdenas Amador, Santos Juárez Fiallos, Felipe Elvir Rojas, Miguel R. Ortega, Pompeyo del Valle, Raúl Gilberto Tróchez, Oscar Amaya Armijo, Rafael Rivera, Alexis Ramírez, Alejandro Barahona, José González y Jorge Luis Oviedo. De Costa Rica teníamos de invitados al poeta Mario Matarrita y al narrador Alfonso Peña. De El Salvador habíamos pensado traer al novelista Manlio Argueta.
Tal como podrán derivar los lectores actuales y de un lejano futuro, nuestros huéspedes integraban un fuerte conjunto de poetas, críticos y narradores de diferentes escuelas, estilos y tendencias, con el fin implícito de concitar los ánimos más heterogéneos y sabrosos de la literatura hondureña y parte de América Central, según nuestras posibilidades numismáticas limitadísimas de aquellos ya lejanos días.
Junto a lo anterior conviene destacar, nuevamente, que homenajeamos con sendos afiches y promociones (de la vieja Editorial Universitaria de la UNAH a mi cargo) a los poetas nacionales Oscar Acosta, Antonio José Rivas, José Luis Quesada y Livio Ramírez, con el fin primordial de presentar cuatro muestras del mejor arte poemático contemporáneo de nuestro remoto país. Es probable que de haber continuado con aquel magnífico proyecto, hubiésemos laureado a otros escritores nacionales de peso completo tanto en las esferas de la poesía como en otras áreas del quehacer intelectual. Me refiero, sólo para comenzar, a Ramón Oquelí, Edilberto Cardona Bulnes, Pompeyo del Valle, Julio Escoto, Marcos Carías Zapata, Elvia Castañeda de Machado, Leslie Castejón, Roberto Castillo, Tulio Galeas, Atanasio Herranz, Mario Membreño González y Matías Funes.
Por lo menos queda en nuestra memoria el recuerdo grato de aquellos cuatro encuentros nacionales fraternos en donde todos leíamos, conversábamos y cantábamos sin ningún prejuicio hasta el amanecer, a veces bajo una lluvia torrencial.