Por: Aldo Romero / Periodista, profesor universitario.

El presente “Manifiesto por el buen periodismo” es un documento mediante el cual se transmite la visión particular de este servidor con relación al ejercicio del periodismo en Honduras y sus diferentes escenarios. Al conmemorar en el mes de mayo el día del periodista, considero oportuno compartir aportes y principios inquebrantables característicos de la profesión. Recomiendo su lectura desde la autocrítica y el pensamiento constructivo. Aspiro que sea un manual de estudio y de análisis para docentes y estudiantes de periodismo en las diferentes universidades y un espacio de reflexión para colegas en ejercicio y ejecutivos de medios de comunicación.

Reconociendo la importancia y el rol fundamental que el periodismo juega en una sociedad cuya democracia va en deterioro producto del desencanto con su clase política, y las decisiones cada vez más impopulares de sus gobernantes, es menester asumir compromisos serios, formales y contundentes a fin de promover y defender las buenas prácticas profesionales, los contenidos de calidad, enfrentar las amenazas que acechan al buen periodismo y hacer un frente común contra la desinformación.

Este manifiesto, que es una radiografía de la actualidad del periodismo y los medios de comunicación, busca reafirmar los valores y principios esenciales que sustentan la labor periodística, así como movilizar a los profesionales de la comunicación y a la ciudadanía en general para proteger la integridad y la vitalidad de una prensa libre, valiente, no manipulable e independiente bajo los siguientes parámetros:

I. De las buenas prácticas periodísticas:

La verdad como estandarte: Buscar la verdad y a presentar la información precisa y contrastada es un principio inquebrantable para un buen periodista. Debemos como gremio, individual y colectivamente privilegiar rigurosos procesos que lleven a verificar una noticia antes de proceder a su divulgación. Desde nuestro ámbito de incidencia hemos puesto a disposición de la ciudadanía la plataforma “iVerify” en la que estudiantes y docentes de periodismo impulsan iniciativas de educación ciudadana a fin de poner un freno a la difusión de noticias falsas.

Libertad de ejercicio profesional independiente: Respetuosos de las líneas editoriales de los medios de comunicación, pero independientes de criterio y enfoque informativo. No sesgado ni plegados a intereses particulares, por el contrario, íntegros en el desempeño de nuestras funciones periodísticas.

Pluralidad de voces: Abrir los espacios informativos a la diversidad de voces representativas de diferentes sectores sociales, fuentes especializadas algunas y otras de quienes desde su posición tengan una historia que contar, un derecho que exigir, aportes de valor a problemas que afectan a toda la sociedad.

El rol social del periodista: Conscientes del impacto de nuestro trabajo en la sociedad, el buen periodismo debe tener como norma de conducta permanente informar con responsabilidad social, creyentes que el principal sujeto de interés para el periodismo es la gente, practicar la ética, evitar la difusión de noticias no confirmadas, desechar el sensacionalismo, la estigmatización y los prejuicios.

II. De las amenazas que atentan contra el buen periodismo:

La censura: Periodistas y medios de comunicación no podemos bajar la guardia ante cualquier forma de censura, incluyendo aquellas practicas sutiles disfrazadas de pauta publicitaria u otras canonjías, ya sea por parte del Estado o de grupos ligados al poder político y económico. Los derechos de libertad de prensa y expresión se defienden denunciando toda forma de censura y limitando desde la ética y las buenas prácticas la autocensura generada por conflictos de interés.

Violencia física y digital contra periodistas: Las organizaciones gremiales, medios de comunicación y academias, en alianza con otros actores sociales, debemos exigir acciones firmes y concretas contra las denuncias casi permanentes por amenazas y violencia física, verbal y/o digital dirigida a periodistas y comunicadores. Es urgente replantear el papel y la estructura del Mecanismo de Protección a fin de proteger la integridad física y psicológica de los y las periodistas, así como garantizar su libertad para investigar, informar y expresarse libremente.

Un marco legal restrictivo: Los gobiernos de varios países latinoamericanos, y en Honduras no es la excepción, han buscado por años la forma de establecer controles y barreras contra las opiniones e informaciones que de alguna manera consideran lesivas o contrarias a sus intereses, incluso hay quienes se atreven a decir que el medio o periodista que les critica está atentando contra la institucionalidad democrática.

Regularmente este tipo de gobiernos ponen en práctica mecanismos de censura “sutil” a través de leyes especiales o beneficios publicitarios oficiales que al final imponen silencios cómplices que limitan la libertad de prensa a cambio de mantener ciertos privilegios de carácter personal, familiar o institucional, es claro que este tipo de actitudes van en contra del bien común.

III. Un frente común contra la desinformación:

Alfabetización mediática: Es una responsabilidad desde el periodismo y los medios de comunicación asumir posiciones beligerantes y de avanzada en un necesario proceso de educación mediática de la ciudadanía. Esta es la única forma de alcanzar el ideal de una sociedad bien informada, capaz de desarrollar pensamiento crítico para analizar y evaluar y discernir la información que recibe.

Verificar, verificar y verificar. En medio de la abundancia de información un buen periodista no puede pasar de lado los procesos de verificación antes de publicar. Hoy más que nunca la noticia requiere de contrastar múltiples fuentes, consultar expertos y comprobar la veracidad de los hechos. Exactitud y autenticidad deben ser prioridades absolutas.

No a la “noticia en desarrollo”: En periodismo el concepto de “noticia en desarrollo” no existe, por el contrario, es una excusa o blindaje que agudiza la desinformación desde los propios medios informativos y que en el peor de los casos puede llevar a cometer errores graves que posteriormente se quieran justificar. Esta mala práctica en los últimos años ha generado desaciertos informativos bajo el afán del ego por informar primero sin importar como.

IV. De la amenaza de las noticias falsas

El periodismo responsable tiene la gran tarea de ser el defensor de las audiencias en la lucha contra las noticias falsas, por tanto, es necesario proveerse de las estrategias adecuadas y efectivas para enfrentar esta amenaza.

Combatir las noticias falsas requiere un esfuerzo conjunto de periodistas, medios de comunicación, educadores, gobiernos y sociedad en general. ¿Cómo? A través de la promoción de un periodismo responsable, ético y comprometido con la verdad como factor esencial para preservar la integridad de la información y proteger la democracia apelando a:

Credibilidad: Los medios de comunicación deben ser transparentes, tanto en el manejo de las fuentes como en los métodos de recopilación de información. Es importante proporcionar contextos claros y evidencias sólidas para respaldar los informes de prensa. Cuanto más precisos somos los periodistas con relación a nuestro trabajo, más confianza generáramos en la sociedad.

Medios y periodistas no podemos desconocer que vivimos la etapa de la desconfianza mediática, misma que se refleja en la actitud negativa del auditorio hacia las instituciones informativas en general. En este sentido los resultados son paradójicos, si bien, por un lado, existe la percepción que la población cree cada vez menos en los medios de comunicación en general, también aceptan que son “indispensables” para su vida cotidiana.

Compromiso comunitario: Favoreciendo el trabajo colaborativo, muy de moda hoy en las grandes elites del periodismo de investigación y documentación. Los periodistas pueden trabajar en colaboración con la audiencia y otros profesionales para verificar y divulgar información relevante de gran impacto social que en la mayoría de los casos se queda en el camino, o se divulga como noticias a medias producto de la absurda competencia mediática saturada de exclusivas disfrazadas e informes irrelevantes calificados como ultimas horas. El periodismo colaborativo es lo de hoy.

Fact-checking: Los medios de comunicación deben urgentemente establecer unidades de fact-checking cuya principal función se concentre en verificar y desmentir rápidamente noticias falsas. Estos equipos de prensa deben tener la capacidad de responder de manera ágil y efectiva ante la desinformación y la mentira, proporcionando información precisa y evidencia verificada para contrarrestar los rumores y las falsedades.

Ética periodística: Los periodistas deben adherirse a los más altos estándares éticos en su trabajo. Esto implica evitar los conflictos de interés o la difusión de noticias basada en rumores. También se debe evitar la publicación de contenido amarillista, sensacionalista o engañoso, nunca sacrificar la calidad por la viralidad.

V. La responsabilidad de las empresas de medios de comunicación

Los medios de comunicación, como empresas, tienen la ineludible responsabilidad de garantizar un periodismo de calidad y defender el derecho a la libertad de expresión. Para cumplir a cabalidad con esta función deben tener en cuenta los siguientes elementos clave:

Proporcionar recursos adecuados: Las empresas informativas deben asignar recursos suficientes para promover en sus plantas periodísticas la investigación y producción de informes y contenidos de calidad. Esto implica invertir en la contratación y formación de profesionales del periodismo y la comunicación, así como en tecnologías y herramientas necesarias para el desarrollo de una asignación que cada vez exige más rigurosidad.

Independencia editorial: Los medios deben salvaguardar la independencia de pensamiento y evitar la interferencia política o económica en el contenido periodístico. Es esencial que los periodistas tengan la libertad de investigar y presentar información sin presiones externas o influencias indebidas. Ante todo, se debe garantizar la integridad y la calidad de la información difundida.

Contenidos formativos: Dentro de su rol de orientación social, los medios de comunicación pueden y deben jugar un rol trascendental en la promoción y producción de contenidos formativos e iniciativas de educación ciudadana en colaboración con instituciones educativas u organismos no gubernamentales.

Acceso a la información: Las empresas de medios deben luchar por el acceso abierto y equitativo a la información, exigir la vigencia de políticas públicas que promuevan la transparencia política, y gubernamental. También deben oponerse a la censura y a cualquier forma de restricción al derecho de libertad de expresión.

Rendición de cuentas: Los medios deben asumir la responsabilidad de sus errores tanto en el manejo de los criterios informativos como de las restricciones de abordaje motivadas por intereses económicos y estar dispuestas a corregirlos de manera oportuna. Su compromiso con estos principios es esencial para el funcionamiento saludable de la sociedad y la garantía de una ciudadanía informada.

VI. De la capacitación y formación profesional del periodista.

La responsabilidad del periodista con su base formativa y de aprendizaje continuo es primordial para mantener y mejorar la calidad de su trabajo. Algunas recomendaciones clave a tener en cuenta son:

Educación y formación: Los periodistas deben procurar una sólida base educativa en periodismo y comunicación. Esto implica obtener un título universitario o una formación equivalente que proporcione los conocimientos teóricos y las habilidades prácticas necesarias para ejercer la profesión de manera ética y efectiva.

Mantenerse actualizado: Una regla básica que no admite discusión, se debe estar constantemente informados sobre los acontecimientos, tendencias y avances en su campo. Seguir de cerca las noticias, leer publicaciones especializadas, participar en conferencias, seminarios y aprovechar las oportunidades de capacitación y desarrollo profesional.

Desarrollar habilidades específicas: Aprender y mejorar constantemente habilidades relacionadas con las nuevas herramientas digitales, la inteligencia artificial aplicada al periodismo, estrategias y metodologías de investigación, la redacción de informes y otros similares que ayuden a perfeccionar su trabajo.

Pensamiento crítico: Los buenos periodistas deben desarrollar y fortalecer su capacidad de análisis y pensamiento crítico. Cuestionar las fuentes de información, evaluar la validez de los datos y las evidencias, y buscar múltiples perspectivas.

Autocrítica: Los buenos periodistas deben ser capaces de realizar una autocrítica constructiva y aprender de sus errores. Reflexionar sobre sus motivaciones profesionales, aceptar la retroalimentación y buscar constantemente oportunidades de mejora. El aprendizaje continuo es esencial para adaptarse a los cambios y mantenerse al día con las mejores prácticas periodísticas.

¿Qué hace falta? Muchos hablan de reinventar el periodismo y los medios, yo particularmente creo que se están haciendo esfuerzos importantes por recuperar el periodismo que perdimos y que necesitamos, este es nuestro más grande reto, estamos en un momento especial e histórico en busca de recobrar la independencia editorial volviendo a la verdadera esencia.

Por nuestra parte seguimos enfocados en librar esa gigantesca y desigual batalla, entre el buen periodismo y aquel que no merece el nombre. Buscar la verdad es la esencia del buen periodista. A los medios ya los han juzgado sus audiencias, los periodistas mientras tanto, nos sometemos día a día a esa auditoría popular.

Tegucigalpa, Honduras, mayo de 2023

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