La nueva junta directiva del Consejo Hondureño de la Cultura al momento de la juramentación

El pasado 2 de noviembre el Instituto Hondureño de Cultura Hispánica (IHCH) sirvió de marco para la elección de la junta directiva que regirá los destinos del Consejo Hondureño de la Cultura Juan Ramón Molina (2021-2023), quedando integrada así: presidenta: Elsa Ramírez García; vicepresidenta Mirza Matute; secretaria de actas Ney Edelmira Reyes; secretaria del exterior Vilma Isabel Castillo Hernández; tesorera Gloria Ludivina Díaz Acosta; fiscal Fidelia Molina; Vocal I Luis Alonso Maldonado Galeas; Vocal II Francisco Valeriano y Vocal III Alexis Castillo. Valiosos elementos, hombres y mujeres que con su presencia engrandecen la figura del bardo molinense que nació en Honduras, vivió en Guatemala y falleció en San Salvador, El Salvador.

El presidente vitalicio periodista e historiador Mario Hernán Ramírez, en su discurso reconoció  el trabajo realizado por los fundadores de este grupo de intelectuales que encabezó con el mejor de los éxitos el prestigiado abogado don Eliseo Pérez Cadalso, quien en todo momento se vanagloriaba de que durante su existencia, jamás contó con un equipo de hombres y mujeres tan diligentes y disciplinados, como el que logró formar en el año de 1988, para culminar la primera parte de su arduo trabajo con la colocación de esa monumental obra ubicada en el parque La Libertad, y que representa al Molina de 1906, año en el que arrancó el camino hacia la gloria de la inmortalidad, durante el célebre III Congreso de Poetas, Periodistas e Historiadores, celebrado en Río de Janeiro, Brasil, acompañado de su fraterno amigo el también intelectual Froylán Turcios y como jefe de la delegación el secretario del entonces gobernante de Honduras general Manuel Bonilla Chirinos, doctor Fausto Dávila. Allí comienza la gloria de este excelso varón, considerado como el paradigma de la literatura nacional.


En la gráfica se observa parte de los invitados y directivos del CHC-JRM 

De igual manera informó sobre las actividades realizadas hasta la fecha; un intercambio cultural con la república de Nicaragua, ofreciéndonos los compatriotas del gran Rubén Darío un busto en bronce o marmolina el cual fue colocado en Siguatepeque, Comayagua; mientras tanto nosotros llevamos una similar de nuestro egregio Juan Ramón a la Ciudad de León, Nicaragua.

Es importante destacar el monumento sedente a JRM en el parque La Libertad de Comayagüela (1994); posteriormente otro en Quetzaltenango, Guatemala (1998); también en el parque Cuscatlán, San Salvador, El Salvador (2007); en la ciudad de León, Nicaragua (2020); y una gran cantidad de bustos diseminados en diferentes lugares de la república.

Honorables miembros del Consejo, aún no se ha saldado la deuda que guardamos todos los hondureños, por el eximio Juan Ramón, por lo que pretendemos, en primer lugar, adquirir la personería jurídica para oficializar legalmente su existencia ante los ojos del mundo.


Trataremos, dentro de nuestras posibilidades incluir en los planes de estudios primarios, medios y universitarios, la cátedra Molinense, para exaltar como se lo merece el genio de este irrepetible hondureño.

Además, en nuestra agenda figura la impresión de dos libros inéditos hasta el momento, pero listos para su publicación, con los nombres de: “Un poeta y trece locos” y la Antología Poética “Del teatro del silencio al parnaso de la gloria” con temas absolutamente desconocidos por la hondureñidad, a pesar de la gran cantidad de obras que sobre nuestro Juan Ramón se han escrito hasta el momento.

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