Doña Reyna hace los marcos de estos hermosos cuadros que una amiga le envía de Estados Unidos para que los venda en Honduras.
Luisa Agüero
Desde SAN PEDRO SULA
Eran las 5:30 de la tarde y encontramos a Reyna Echeverría de García en su taller de carpintería en la colonia Country de San Pedro Sula. Tiene 73 años de edad, y una vitalidad que cualquier persona de 20 desearía. La hermosa dama nos dio la bienvenida en su espacio laboral ubicado en el garaje de su casa. Tenía mucho que contarnos pero también mucho que cortar, revisar y pulir. Independiente y decidida, nos compartió su visión de la vida que entusiasma y contagia a quien la escucha.
Valiente, optimista y de “rompe y raja” como dice un popular refrán, destructora de mitos y quebradora de moldes. Así es esta dama fuera de serie, esposa, madre de cinco hijos y abuela de 11 nietos, progreseña de nacimiento y sampedrana de corazón, dedicada, junto a su hijo que comenzó la idea, a Pallets Carey, un negocio de carpintería donde ella, hace un año y con mano propia, elabora y le da el acabado final a piezas, muy cotizadas en el mercado local.
“Pallets Carey nació de una idea de mi hijo Carlos y el nombre de la empresa es una combinación de las dos primeras letras de ambos ”, nos contó mientras acomodaba un cuadro de los que le envía su amiga Noemí Fuentes, radicada en Estados Unidos, para que los venda en nuestro país y le ha ido muy bien. Reyna se encarga de aportar el valor agregado con hermosos marcos que le dan el toque final a la obra. Sus hermanas se convirtieron en compradoras de sillas y sofás, aunque su incursión se dio con las mesitas de noche. Además, hace poco están realizando nuevos productos como zapateras y clósets, que han tenido muy buena aceptación.
Su hijo armaba y ella lijaba las piezas y así han continuado aunque han incorporado a su negocio un empleado de planta. La hermosa dama, madre de cinco hijos y abuela de 11 nietos, realiza este trabajo para levantarse el ánimo. “Nos decidimos a emprender con mi hijo porque no es fácil conseguir trabajo pero hoy nos sentimos muy satisfechos”, dice esta emprendedora cuya profesión inicial era la de Secretaria de las buenas. Sin embargo, siempre polifacética, ha realizado actividades en su hogar como fontanera y electricista.
Creatividad ante todo. “Los pallets han estado ahí” podría pensarse fácilmente, pero los últimos años los hemos “visto” y se han transformado en protagonistas del diseño innovador y, sobre todo, sustentable. De esa forma Carlos y Reyna potenciaron esas ventajas para brindar un producto diferente y hermoso.
Atrás quedaron los días en que para tener un mueble único y original era necesario endeudarse o gastar grandes sumas de dinero, hoy las alternativas para sorprender en la decoración del hogar son más variadas y accesibles. En este sentido, la reutilización de materiales es una opción económica y entretenida que incita a innovar haciendo uso solo de la creatividad, lo cual es una premisa en Pallets CaRey.
Y así, una de las tendencias muy de moda en este ámbito que es el uso del pallet, poco a poco se ha trasformado en un codiciado material para crear distintos tipos de muebles y accesorios, y cada vez son más las personas que se animan a reutilizarlos y a crear piezas únicas para sus espacios. Si no, sólo basta que observar la variada propuesta de esta dama que tiene presencia en el Bazar del Sábado en Expocentro y donde se ha hecho muy popular y apreciada.
Su jornada inicia temprano. Organiza tan cuidadosamente todo que impresiona a quienes la visitan. Esa percepción se corrobora al llegar al taller en su casa de dos plantas. El tiempo está seco y hay una única calle de acceso en la céntrica zona en la cual vive con su esposo Ernesto García. “El es gerente de Ventas de Surtidora Internacional y no le gusta mucho que realice este trabajo pero él respeta y apoya lo que hacemos”, expresa Reyna, mujer admirable por su sagacidad y su perseverancia hasta lograr la excelencia.
“Me he involucrado en este trabajo porque soy muy inquieta e inventora y siempre estoy pensando qué hacer, hice las mesitas de pedacitos de madera, repisas que se vendieron en navidad y armo cajitas que gracias a Dios se vendieron en navidad”, nos contó con una sonrisa que contagia, al igual que el positivismo que irradia. Apoyada sobre la mesa doña Reyna, corta y luego pule trozos de madera para ir armando algunas piezas que ya fueron encargadas. Sujeta una parte de la materia prima, la aprieta y listo, empieza a tomar la forma que ella desea. El sol vertical a esa hora marca 36 grados en esta ciudad a 269 kilómetros de Tegucigalpa.
La carismática emprendedora es una “maciza” en lo que hace y me dejó con el “ojo cuadrado” por su destreza y la fineza de los acabados que lleva cada uno de los artículos que van saliendo de sus manos. El trabajo ahora es más intenso. Pero ella no se queja. “Soy feliz, la vida siempre nos brinda una oportunidad”, dice. . Y ella sueña en continuar creciendo.
Reyna Echeverría de García es inquieta y creativa. Ella sabe que su meta es continuar su camino ascendente en la empresa familiar y por supuesto, avanza, consiente que la vida le está ofreciendo maravillas para compensar el esfuerzo y perseverancia que representa su hermoso trabajo.
Un sol enorme se asoma en el cielo e invita a doña Reyna y a nosotros a contemplar el espectáculo. Se miraba tan grande que parecía que uno lo podía tocar. Me dio la impresión que estaba allí para recordarnos que la vida sencilla no se cobra ningún precio, más allá del trabajo duro. Pero que siempre nos ofrece maravillas para compensar.