Juan Ramón Martínez
Nos tomó por sorpresa. Estaba interpretando el efecto de la visita de los soldados estadounidenses sobre los militares hondureños en el proceso electoral. Y en la vapuleada que le dieron a Torres, Morazán y Ochoa en la OEA. Un lector nos envió el mensaje de Trump y nos consultó. Le dijimos que parecía un bulo, una práctica antigua de los políticos. Revisamos el texto. No nos pareció escrito por Trump, sino por otra persona. Él escribe poco. Usa mayúsculas para enfatizar conceptos. Gusta de los adjetivos, especialmente los que buscan exaltar virtudes o defectos de sus amigos y adversarios.
Concluimos que no era suyo. Le escribimos al colega Wong Arévalo y nos informó que una fuente suya en Miami se lo había confirmado. Aun así, creía que debía esperar. Esperando que los liberales, declararan que el apoyo de Trump era falso. Un esfuerzo para detener la fuga de los nacionalistas hacia la candidatura de Nasralla. Antes de cenar, leímos “El País”, de Madrid, España; y allí, en una información sobre al tiroteo contra dos guardias nacionales ocurrido en Washington, que después de “haber entregado a la prensa el apoyo al candidato Asfura”, había salido hacía a su casa en Florida, para gozar del feriado de Acción de Gracias.
El hecho es inusual visto desde la perspectiva hondureña. En el escenario mundial Trump se siente no el líder de la democracia en general, sino que de la derecha que libra una batalla en contra del progresismo “woque”, Los respaldos suyos a Bukele y el apoyo que le ha brindado a los candidatos de la derecha europea – en Gran Bretaña y Alemania – más discretamente en España e Italia, son indicación que dirige una cruzada en contra de los “enemigos de la democracia”, dentro de la democracia.
En Honduras, nos llamó la atención el silencio de la embajada en Tegucigalpa. Hasta hace muy poco, la Encargada de Negocios realizó acciones para resolver el conflicto que tenía empantanado el CNE. Después el silencio suyo ha sido muy ruidoso. Pero inmediatamente hemos caído en la cuenta que sigue allí. El Congreso de Estados Unidos ha estado muy activo participando en la campaña electoral, en un claro posicionamiento en contra de Rixi que no se ha percatado del cambio de escenario del Caribe, el cerco que Estados Unidos le ha montado a Venezuela; y al hecho que el gobierno actual es casi enemigo de los Estados Unidos. Y Mel un peligroso adversario que hay que batir en las urnas; o fuera de ellas.
El apoyo de Trump a Asfura es importante para que el PN reacomode sus fuerzas, repare las fracturas; y para que los que se han ido con Nasralla – porque temen que Asfura no pueda ganar – regresen a la casa natal. La pregunta que hay que hacerse es si el mensaje no es tardío; o inoportuno. Los latinos sabemos que nunca es tarde. Los que se han ido: dos grupos en SPS y uno reticente en Tegucigalpa. No creemos que reaccionen favorablemente. El efecto será mayor entre las filas de Nasralla. Los que han creído que es el idóneo para detener a Rixi, seguirán a su lado. Hay un nuevo espíritu liberal en el sentido que esta es su hora para el triunfo que hace tiempo la realidad les ha negado. Por ello, no le harán caso a Trump.
Pero el efecto mayor de este apoyo inédito – que ningún otro candidato hasta donde sabemos ha tenido – es en el efecto de recomposición de las relaciones dañadas por el gobierno de Xiomara y su alianza con Venezuela. No cabe duda que para la administración de Trump, el favorito es Asfura: más confiable, con más experiencia de trabajo, más disciplinado y más coherente. Ahora bien, Trump, está en sus horas bajas; y en noviembre del próximo año es casi seguro que perderá la mayoría en el Senado y la Cámara de representantes. De allí que la promesa no tiene mucho futuro.
En fin, un elemento subjetivo: el tema de los inmigrantes es muy importante para los electores. Especialmente para el votante que no ha decidido por quién votar. Entre estos, el mensaje de Trump, puede ser muy influyente. Pero de todos modos, es claro que Trump con su declaración le ha dado el jaque mate a Rixi que con el apoyo a Asfura, pierde todo opción incluso para ganar en elecciones dudosas. Lo peor, no tiene tiempo para recomponer su campaña anti capitalista.
