Angie Villanueva
El Día Internacional de la Mujer en Honduras se conmemorará este año en un escenario político complejo, con la cercanía de las elecciones primarias del 9 de marzo, las organizaciones de mujeres se enfrentan a una coyuntura que podría invisibilizar sus demandas. A pesar de estos retos, el 8 de marzo continúa siendo una oportunidad para evidenciar las injusticias de género y exigir cambios estructurales.
Indyra Mendoza, activista feminista, destacó que este año es particularmente relevante debido a los 50 años desde que la ONU proclamó el Día Internacional de la Mujer, y el 70 aniversario del derecho al voto de las mujeres en Honduras. Sin embargo, Mendoza resaltó que, a pesar de los logros, las mujeres siguen enfrentando grandes desafíos. “Andamos buscando un alto a la violencia porque, aunque sea el día internacional para la reivindicación de derechos en la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres siempre la desigualdad está en la violencia”, mencionó.
A pesar del ambiente electoral, Mendoza afirmó que las mujeres seguirán en las calles, con la firme convicción de que son ellas las que deciden quién gobierna el país. Además, recalcó la importancia de las movilizaciones del ocho de marzo, añadió, “tenemos que recordarles que no queremos democracia si esa democracia está llena de cadáveres de mujeres”.
Por su parte, Dilcia Cruz, de la Red de Mujeres Manos Unidas de Chamelecón, mencionó que este año, el 8 de marzo se centrará en una variedad de temas clave, como la violencia de género, los derechos reproductivos y sexuales, y el trabajo no remunerado, que sigue siendo una carga invisible y desproporcionada para las mujeres.
Cruz también remarcó que el contexto electoral presenta tanto retos como oportunidades sobre todo en un año tan significativo. “Será clave cómo las organizaciones logren hacer visibles sus consignas en un periodo en el que la atención suele estar enfocada en la política partidaria”, enfatizó.
En contraste, Carolina Alduvín, presidenta de la Fundación Mujeres por Honduras, expresó una postura crítica hacia el actual gobierno, al que acusa de ser incapaz de proteger a las mujeres de la violencia. La influencia de los partidos políticos sobre la agenda feminista en Honduras ha generado una creciente frustración entre las activistas. Muchas sienten que sus demandas son utilizadas como una estrategia durante las campañas electorales.
Para Jessica Islas directora del grupo de Sociedad Civil, los partidos políticos utilizan las luchas de las mujeres como un punto de apoyo para sus discursos. “Los partidos políticos no están incluyendo las demandas de las mujeres en sus agendas electorales y si lo hacen solo utilizando como discurso, incluso muchas mujeres no tienen un discurso de género”, destacó.
Esta situación ha fomentado un creciente escepticismo entre las mujeres que luchan por sus derechos, a pesar de las promesas, la realidad sigue marcada por la violencia de género, la falta de justicia y la exclusión social. “La falta de diálogo con la presidenta sobre las necesidades de las mujeres ha sido un debilitamiento y la violencia política que, aunada los femicidios, está en alza”, añadió Islas.
En cuanto a la criminalización de los movimientos feministas, tanto Mendoza como Cruz coincidieron en que las defensoras de derechos humanos y las mujeres que luchan por la justicia están siendo cada vez más atacadas. Mendoza señaló que las defensoras de los territorios y los bienes comunes son las más afectadas por la criminalización, en especial aquellas que se oponen a proyectos que amenazan la vida y los derechos de las comunidades.
En contraste, Dilcia Cruz lamentó el impacto de la represión sobre los movimientos feministas, “la criminalización no solo afecta a las activistas, sino también socava los avances en los derechos de las mujeres y contribuyen a un ambiente de mayor represión y violencia, dificultando los esfuerzos por alcanzar una sociedad más justa e igualitaria”.
Por otra parte, la deuda del Estado hondureño con las mujeres sigue siendo una de las principales preocupaciones para las activistas. Indyra Mendoza dijo que la violencia de género es una gran deuda pendiente, especialmente en términos de femicidios, con esta conclusión Cruz coincide, quien mencionó que, “hace falta voluntad política para erradicar la violencia de género y garantizar el acceso a la justicia”.
A pesar de los enormes desafíos, las mujeres hondureñas continúan firmes en la lucha por sus derechos. Este 8 de marzo, aunque enmarcado por la tensión de las elecciones primarias, seguirá siendo una fecha clave para recordar la lucha por la igualdad de género. En un contexto electoral y político tan marcado los movimientos de lucha siguen siendo un pilar fundamental para la construcción de un país más democrático y equitativo.


