El actual gobierno reconoce la importancia de la salud mental y ha mostrado interés en apoyar la prestación de este servicio, pero la ley le impide invertir en infraestructura privada. Se buscan alternativas para renovar las instalaciones existentes.

Por Rubén Escobar

La zona Norte y Occidente de Honduras necesitan con urgencia un hospital facultado para brindar servicios de internamiento a pacientes con problemas de salud mental. Las autoridades de la Secretaría de Salud lo saben y solo en este año la Subsecretaría de Redes Integradas de Servicios de Salud y el viceministro de Salud de la zona noroccidental han hecho visitas al Hospital San Juan de Dios en San Pedro Sula para hablar del tema. Sin embargo, existe un obstáculo que hasta la fecha resulta insalvable: las instalaciones necesitan ser renovadas, ampliadas y mejoradas y para ello se requiere de un presupuesto de al menos 1.5 millones de dólares, casi 39 millones de lempiras.

El hospital es administrado por la Orden San Juan de Dios, es decir, una entidad privada y por ello el Estado no puede invertir en su infraestructura, solo en la prestación de servicios bajo el convenio que casi cualquier ciudadano pueda recibir atención psiquiátrica o psicológica en sus instalaciones. Las excepciones son niños menores de cinco años, aunque sí han atendido algunos casos, y las personas que tienen Seguro Social.

El Hospital San Juan de Dios fue inaugurado en el año 2008. En la actualidad presta servicio a poco más de 200 personas al día, unas 4,000 al mes, las que además de ser asistidas en temas de psiquiatría y psicología, reciben medicamentos de forma gratuita. Esto gracias al desempeño de unas 40 personas, de las cuales siete son médicos especialistas en psiquiatría, uno de ellos dedicado a niños y adolescentes; dos psicólogos; dos médicos generales, y el resto es personal de apoyo, incluyendo a una persona voluntaria.

Su director, el hermano Carlos Sarmiento, explicó a En Alta Voz, que desde el 2008, como parte del diseño original, se dispone de un área hospitalaria compuesta de 16 habitaciones para 32 camas, terapia ocupacional, consultorios y una zona de emergencia, exclusiva para salud mental. Esto es relevante si se toma en cuenta que solo un hospital en Honduras, el Mario Mendoza de Tegucigalpa, cuenta con un área de emergencia de esta clase.

Sin embargo, desde aquel año ningún gobierno ha mostrado interés en ampliar el convenio para prestar servicios intrahospitalarios porque eso implicaría otorgar un presupuesto mucho más amplio. “Nunca hubo esa voluntad (del gobierno), solo ahora. Este año ya recibimos la visita en dos oportunidades del viceministro de Salud de la zona, y tenemos un seguimiento permanente porque el Gobierno ha manifestado estar interesado en hacer un convenio para la atención hospitalaria y de emergencias”, confirmó el doctor Sarmiento.

El apoyo presupuestario estatal es de 31 millones de lempiras anuales, pero al echar a andar un área de hospitalización se necesitarían unos 48 millones más, para la contratación de más especialistas y personal de apoyo, pues se harían turnos 24 horas al día los 7 días de la semana.

El problema radica en que el área de hospitalización se ha ido deteriorando tras 15 años de que la obra fuera finalizada. La infraestructura necesita ser renovada y actualizada, porque no se considera segura en las condiciones en que se encuentra. Actualmente está en ejecución una licitación para que empresas constructoras hagan un diagnóstico de la situación del alcantarillado, de las instalaciones eléctricas e hidráulicas del edificio. De hecho, ya han llegado representantes de algunas empresas a hacer evaluaciones y han estimado en 1.5 millones de dólares la inversión necesaria para poner el edificio a punto, y darle las condiciones de seguridad que requiere un hospital de salud mental con estándares internacionales.

El doctor Sarmiento explicó que han presentado el proyecto a representantes de la sociedad civil, con fundaciones privadas, organizaciones sin fines de lucro, empresarios, y algunos se han mostrado interesados en hacer gestiones para cooperar, pero sin comprometerse directamente, ya que el monto es considerable.

“Estamos desbordados”

Los servicios que presta el Hospital San Juan de Dios son muy necesarios, especialmente después de la pandemia por COVID-19, pues se ha visto un incremento en problemas derivados de la ansiedad y depresión, especialmente, los que en muchas ocasiones derivan en consumo de alcohol y otras sustancias adictivas.

“El trastorno bipolar es como el tercero, pero también hace parte de ese mismo grupo de enfermedades del estado de ánimo. Ya la esquizofrenia tiene un porcentaje, pero es menor que todas estas enfermedades del estado de ánimo; el consumo de sustancias viene siendo como la quinta causa de consulta”, indicó el doctor Sarmiento.

En algún momento, la demanda por servicios de salud mental fue tan grande y los recursos tan escasos que se tuvieron que agendar citas para 6 meses, lo que en la actualidad ha disminuido a unos 90 días, particularmente en pacientes que ya están en tratamiento, es decir los que no llegan por primera vez.

El doctor Sarmiento reconoce que en diversos momentos la demanda los ha “desbordado” y que con los recursos que tienen no se dan abasto. Esto es un reflejo claro de la necesidad de atención sanitaria de la población en la rama de psiquiatría. Esto los ha llevado a solicitar una ampliación presupuestaria de 6 millones de lempiras.

En el presente año los desembolsos totalizan unos 6.5 millones de lempiras, correspondientes a los meses de enero y febrero, lo que ha permitido paliar en parte las necesidades del nosocomio, especialmente para cubrir salarios del personal. Quedan pendientes los recursos de marzo y abril, que están en trámite en la Secretaría de Finanzas.

La Secretaría de Salud y la Orden San Juan de Dios tienen un convenio que para este periodo cubre desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre de 2023. Este faculta la atención a cualquier persona mayor de 5 años y que no tiene Seguro Social, siempre y cuando sea referido por un médico. Es decir, antes de llegar al Hospital San Juan de Dios el paciente debe ser evaluado por un médico particular o de un hospital público, y una vez que confirme la necesidad de ayuda psiquiátrica o psicológica, se procede a solicitar una cita, ya sea abocándose a las instalaciones hospitalarias o llamando al teléfono 2512-0870.

Tareas pendientes

El hospital tiene otros proyectos por cumplir, además de prestar servicios intrahospitalarios. Uno de ellos es la promoción de los servicios de salud mental. Las personas han tenido un leve cambio -aunque no suficiente- en su actitud respecto a los responsables de prestar esta clase de servicios, pues históricamente muchas personas se han mostrado reticentes a buscar ayuda bajo la creencia de que solo los “locos” reciben ayuda psiquiátrica o psicológica.

Sin embargo, es necesario reforzar la idea de que la salud mental es fundamental en el concepto integral de estar bien. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como “un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.

Muchos hondureños viven con un estado de ira, tristeza o angustia permanente; otros consumen sustancias adictivas diariamente, y tales conductas se atribuyen a condiciones de temperamento o hereditarias, pero en realidad son problemas de salud mental que pueden cambiarse con una guía médica adecuada. Incluso la violencia que se vive a diario y que no es producto de la delincuencia podría tener sus orígenes en trastornos mentales derivados de la frustración social o económica.

Sin embargo “los pacientes van a otro tipo de terapia, le atribuyen sus síntomas a otro tipo de cosas, busca otro tipo de curaciones que sean más tradicionales, antes de venir a buscar ayuda especializada”, explicó el doctor Sarmiento. De allí la necesidad de promover la salud mental, igual que se hace con los tratamientos para otras enfermedades.

Otro de los proyectos de las autoridades hospitalarias es la creación de una red de salud mental, contando como piezas clave los establecimientos de salud que la Secretaría de Salud tiene en las distintas comunidades, pero también los dispensarios de la Pastoral de la Salud de la Iglesia Católica. Para ello será necesario capacitar al personal médico de estos centros para que ellos puedan reconocer y brindar ayuda a las personas que lo necesiten.

Así las personas podrán “acceder a esa atención mucho antes de lo que podrían tardar en ir a buscar una cita al hospital. Hasta que no logremos eso no vamos a mejorar la oportunidad de la atención de la enfermedad mental en el país, porque vamos a ser insuficientes siempre y las personas van a tardar mucho en buscar ayuda”, concluyó el doctor Sarmiento.

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