Conozca la historia del periodista agredido y escuche su testimonio al sobrevivir a un ataque con arma blanca.
Su atacante le dijo que había escuchado el discurso del Ministro de la Presidencia, Ebal Díaz.
Fuente: Reporteros de Investigación
14 de febrero, 2018
Tegucigalpa, Honduras. La llegada de una Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad (MACCIH) a Honduras y la masiva movilización contra la corrupción en el país, que la gente saliera por primera vez a pedir castigo contra los corruptos por medio de las Marchas de las Antorchas, germinó del periodismo, del periodismo de Cesar Silva.
Su hallazgo entre 2014 y 2015, relacionado con la compra irregular de unas ambulancias por parte del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) desencadenó una serie de hechos que sacaron a luz el escándalo de saqueo de la seguridad social de Honduras.
El presidente del Congreso Nacional, Mauricio Oliva, fue mencionado en uno de los casos de contrataciones irregulares; el Ministerio Público acusó criminalmente a la entonces vicepresidenta del Congreso Nacional, Lena Gutiérrez, a una veintena de ex funcionarios de partido en el poder, también un periodista fue condenado por lavado de activos de la corrupción y todavía guarda prisión el ex director del IHSS, Mario Zelaya.
Pero su denuncia lo colocó en riesgo. Y antes de ser enjuiciado criminalmente, el entonces director del IHSS acusó a Silva de divulgar la información por chantajearlo, Zelaya sostuvo ante las cámaras que un periodista de Radio y TV Globo (Silva) le había pedido un soborno de 400,000 lempiras para callar. En un país donde la prensa pide sobornos, la versión era creíble, pero Silva tenía una trayectoria que lo respaldaba.
Desde la década de los 90, fue dirigente estudiantil de la Escuela de Periodismo, su apuesta era rescatar la integridad estudiantil en este espacio, al salir de la academia, laboró en diferentes medios de comunicación e hizo un periodismo de denuncia desde el desaparecido Telenisa Canal 63 hasta que fue despedido de la televisora por divulgar las irregularidades en la construcción de dos edificios que supuestamente implicaban al dueño de la radiodifusora y a funcionarios de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Además, denunció que la UNAH había aprobado salarios vitalicios para los exrectores y reveló la creación de Fundatec, ligada a la entonces rectora, Ana Belén Castillo; como resultado de las denuncias, ambas acciones fueron suspendidas por el poder político de la universidad, pero para entonces Silva se quedó sin empleo.
En 2009, jugó un rol protagónico al denunciar abusos de poder durante el golpe de Estado en un momento en que la mayoría de medios calificaban lo ocurrido como una sucesión constitucional.
El 5 de julio de 2009 mientras ejercía su labor periodística vio cuando asesinaron a Isi Obed Murillo, con un disparo “limpio” en la cabeza, frente a la pista del Aeropuerto Internacional de Toncontín, ocupada por pelotones militares, mientras intentaba aterrizar el derrocado presidente José Manuel Zelaya Rosales.
Su posición crítica frente al golpe de Estado del 28 de junio de 2009, el rol de ayuda a la víctima, su camisa manchada con la sangre de Murillo aún era una imagen indeleble cuando Mario Zelaya trató de quebrantar la credibilidad de Silva.
Agresiones constantes
Desde esa época a la fecha, la oenegé, Comité por la Libre Expresión ha emitido al menos 20 alertas por diferentes agresiones relacionadas con la labor periodística de Silva. Los ataques han sido obstrucciones a su labor informativa, querellas, campañas mediáticas en su contra y cada vez la intensidad de las agresiones ha ido aumentando para Silva, pero ahora con más violencia y con mayor frecuencia.
Entre 2009 y 2015, las agresiones aumentaron meses después de años electorales. En junio de 2011, un año después del cambio de gobierno en Honduras, Silva fue secuestrado por su oposición y permanente denuncia del golpe de Estado.
Más tarde de su secuestro en 2011, uno de los momentos de mayor riesgo para Silva fue en enero de 2015, un año después que tomará posesión el nuevo gobierno, cuando el Jefe de Seguridad Especial del Presidente del Congreso Nacional (CN), Mauricio Oliva, y miembro de la Guardia de Honor Presidencial de las Fuerzas Armadas, el teniente coronel Víctor Mario Ávila Galeano, le advirtió: “Seguí difundiendo vídeos de militares ‘come perros’ y vas a quedar amordazado en una cuneta (canal de aguas pluviales), con las patas amarillas”.
La amenaza sobrevino cuando Silva revelaba en su programa imágenes de entrenamientos de militares comiendo perros o maltratando animales.
En cambio, este año la intensidad de los ataques no sólo tiene que ver con el tipo de agresión, la frecuencia, sino con la cercanía temporal entre los ataques y la instalación de un nuevo gobierno. Hace menos de un mes hubo una toma de posesión en el país y Silva que ha mantenido una postura crítica y de denuncias de fraude electoral, ha sufrido seis ataques, de acuerdo con las publicaciones de UNETV.
El tipo de embates ha ido creciendo en violencia pues en enero fue golpeado mientras transmitía en directo, a la golpiza militar, le siguió un ataque con gas lacrimógeno, empujones por militares, además denunció que los militares le han impedido el acceso a sus fuentes, en varias ocasiones, tal como ocurrió en la instalación de la legislatura del Congreso Nacional.
Y este 13 de febrero, vivió el instante de peligro más concreto y visible en su carrera. A solo unas horas para que en Honduras se celebre el Día del Amor y la Amistad, Silva fue atacado con un puñal en vía pública mientras transmitía su programa Caminando con Silva.
Si se revisan los asesinatos, tentativas de muerte o asaltos contra periodistas hondureños se concluye que hay una coincidencia, muchos han ocurrido cerca de fechas festivas en el país o durante el mes del periodista, en Mayo, o el día en que los periodistas víctimas cumplen años.
Mientras Silva era atacado, en las cadenas de “WhatsApp” circulaba una entrevista enviada por voceros del gobierno para mostrar que un joven le dijo a Silva que las maras le habían impedido votar en las elecciones de 2017.
Además, según su testimonio, su ataque ocurre unos minutos después que el monopolio mediático, controlado a través de publicidad estatal, transmitiera la imagen del periodista y en uno de los foros el ministro de la presidencia, Ebal Díaz, se refirió al trabajo periodístico de Silva.
El ataque ocurre además 24 horas después que el partido en el poder dijera que la oposición tiene como “aliados a las maras”.
A continuación puede escuchar el instante que vivió Cesar Silva durante y antes de la agresión transmitida en directo para todo el país: