El universo es de personas que descubren su gran talento haciendo de su propia vida el arte de la más excelsa historia, con cimientos de palabras, pensamientos y acción. Cabe recordar que nuestro desarrollo humano va en conjunto con la personalidad que vamos construyendo a cada instante, al despertar con inmensa alegría por la gracia de vivir, nos proponemos metas por que hay una pasión que arde en nuestro corazón, sin perder el horizonte cuando la luz del día es feneciente, esto es un largo viaje para el cual nos debemos preparar, y por ende nos orienta a adquirir nuevos hábitos en cada etapa de nuestra existencia que son de suma importancia para el crecimiento, siendo la lectura uno de esos principales manantiales que dan grandiosos como sublimes conocimientos a las personas que logran hacer de los libros su perpetua habitación.
Es necesario entender que si perdemos este estupendo hábito, nos hundimos en el fango de la ignorancia donde se oscurece el gran tesoro llamado intelecto como la noche tenebrosa, la cual es una jaula que atrapa a la mayoría de personas. Sin embargo, hay personas con un conocimiento extraordinario que iluminan a la humanidad, por que su alma está formada con cimientos de sabiduría, hoy les quiero hablar de una persona verdaderamente maravillosa por su humanidad e integridad, ella es la apreciable poeta, abogada, doctora en jurisprudencia y cuentista ecuatoriana Elsy Santillán Flor.
Cabe destacar que desde su infancia estuvo rodeada de numerosos libros lo cual influyó muchísimo en su encuentro de alma y poesía por una hermosa biblioteca que era herencia de su abuelo materno, también el ejemplo de su madre es la prueba más grande del amor por el constante aprendizaje; desde los siete años de edad descubrió las perlas preciosas que contenían cada una de las palabras impregnadas en aquellas delicadas hojas con olor a historias, metáforas y rimas; así mismo con el paso de los días su corazón empezó a encender esa chispa de la pasión y enamoramiento, que fue motivo de inspiración para describir lo que ella llamó “un imposible amor”, esto fue el inicio sin fin de una historia infinita que le dio alas para volar sobre el océano de la libertad literaria, actualmente tiene más de 20 obras publicadas en: narrativa, poesía, narrativa infantil y teatro.
Es grato expresar mis felicitaciones a través de este medio por la presentación de sus últimos 4 libros el pasado jueves 22 de junio de manera presencial, de los cuales dos son de poesía y los demás de cuentos. Elsy provoca gran admiración por su amabilidad, empatía y confianza que genera al escuchar su tonalidad de voz como la misma gracia comunicativa que es característica de su personalidad.
Entrevista:
Cada historia personal está marcada por la influencia del entorno que crecimos ¿podría compartirnos lo que usted logró percibir en dicha etapa de su crecimiento?
Mi entorno estuvo lleno de situaciones hermosas. Nací y viví hasta los doce años y medio en el Centro Histórico de Quito, un Centro que hasta la presente fecha es el mejor conservado de Latinoamérica. La gente era muy amable, nos conocíamos entre vecinos, la empatía y la solidaridad estaban presentes. En ese escenario, mi madre poseía una biblioteca muy grande, heredada de su padre. Provengo de un hogar disfuncional, pues mis padres se divorciaron cuando tenía un año de edad, fui hija única y crecí en medio del silencio y de las lecturas. Recuerdo que mi madre María Elena Flor Vásconez, siempre estaba leyendo, se interesaba por todo lo que había en la biblioteca, en especial novelas y poesía, además era una poeta intimista, que escribía para si misma, en una mesita de jardín que estaba en el patio principal de la casa, rodeada de macetas con las más hermosas flores y tras su espalda una pared repleta de buganvillas. Cuando era muy pequeña, y en ese mismo sitio, me leía cuentos de los hermanos Grimm y de Calleja, a más de los clásicos de todos los tiempos. Yo los memorizaba, pues aún no sabía leer, recuerdo que me encantaban sus ilustraciones a color o a blanco y negro. Cuando aprendí a leer empecé a devorar más cuentos, pero en pocos años los cambié por las famosas novelas de Agatha Christie, a mis doce años las había leído casi todas. Y con el correr del tiempo fui conociendo y amando a tantos autores extranjeros como nacionales, que dejaron momentos dulces, asombrosos, terroríficos y tristes con sus lecturas. Cuando descubrí a Poe, el extrañamiento que produce el miedo, fue indescriptible. Por las casualidades que tiene la vida, desde niña estuve en reuniones familiares o de amistades que terminaban conversando sobre historias de miedo, o recordaban las leyendas y tradiciones ecuatorianas que son sobrecogedoras. En medio de este escenario y cuando tenía catorce años, escribí algo en una aburrida clase de matemáticas, el resultado fue un soneto y desde ahí no paré en muchos años. Hice un alto cuando nació mi primer hijo, pero luego retomé con verdadera seriedad en el oficio de escribir.
¿Cree que el ejemplo de su madre marcó para siempre su vida, antes que sus palabras? ¿Por qué?
Definitivamente sí. La lectura era demasiado normal para todos en casa. El ambiente era culto, las amistades de mi madre eran lectoras, en las reuniones se comentaba sobre alguna novela, sobre un autor o autores, a más de hablar sobre los últimos acontecimientos de la política nacional o mundial.
Tuve un tío que fue candidato a la presidencia del Ecuador mucho antes de que yo naciera, y la gente se acordaba de eso, siempre hablaban al respecto.
Por todo esto, lo que mi madre hacía también lo hice y lo sigo haciendo yo, aunque en diferentes contextos. Conforme avanzo en años descubro que actúo y hablo parecido a ella en todo. Es como que sus palabras han quedado en lo profundo de mi existencia, y me siento demasiado orgullosa por esto.
¿Cuál era su lugar favorito para adentrarse en el mundo de la lectura?
Empezó siendo la mesita cerca de la buganvilla, luego fue un escritorio pequeño donde hacía mis deberes escolares o haciendo fila en algún sitio; ahora pueden ser una cómoda silla y mesa, sean del comedor o escritorio, el interior del auto mientras espero a un familiar.
¿Qué emociones experimenta al conectar con los demás tanto de manera virtual como presencial?
Son variadas y siempre logran que me sienta complacida. Me encanta cuando voy a conversatorios en colegios secundarios o universidades de Quito para hablar sobre algunos de mis libros, porque es bueno contar anécdotas vividas o compartir alguna experiencia enriquecedora, es magnífico contar como fue el proceso creativo del libro. Los alumnos tienden a preguntar y a repreguntar y eso es muy bueno, porque a veces vuelven recuerdos que han pasado olvidados, y es una manera positiva de darse cuenta que mientras pensabas que escribías algo nuevo, ya lo viviste -no exactamente como en el libro- pero si en una realidad cercana experimentada, y te das cuenta que nada es casual en la escritura.
Cuando me reúno con amigos escritores, es muy grato compartir anécdotas y experiencias. Cada conversación enriquece y siempre se aprende algo, porque el mundo literario es un territorio que siempre ofrece una nueva sorpresa.
Con la pandemia apareció lo virtual y empezamos con los Recitales poético, las presentaciones de libros, las conferencias y conversatorios, cada quien, en su casa, sin que importe el país donde nos encontráramos, ni la hora en la que estuviéramos. Puedo decir que esta experiencia para mi fue interesante, pues era algo nuevo, y aunque estuviéramos separados por inconmensurables distancias, nos veíamos y escuchábamos, y para mí era suficiente.
Mis amistades me hacían falta, pero el solo verlas a través de la pantalla me tranquilizaba. Nunca lo he dicho, pero así fue. Obviamente que no solo nos conectábamos por asuntos culturales, para mí fue maravilloso tomar un café con amistades que nada tenían que ver con la literatura, y enfrascarnos en largas conversaciones donde sabíamos como estaban, si se estaban cuidando, si tenían algún familiar enfermo o si lamentablemente tenían a alguna persona cercana fallecida.
En lo personal, mi mejor amiga murió en la pandemia. La veía a través del cristal montón de ocasione, pero no podía verla en forma física. Eso fue muy duro ,pero me consuela saber que está en algún lugar infinitamente mejor.
¿Qué ha significado que sus dos hijos y usted sean parte del extraordinario proyecto Canto Planetario?
Cuando conocí al poeta, gestor cultural, columnista y antologador nicaragüense Carlos Javier Jarquín, descubrí que estaba frente a un hombre joven, talentoso, a un poeta lleno de proyectos ambiciosos. Cuando me propuso ser parte de CANTO PLANETARIO (Hermandad en la Tierra) me invadió una profunda emoción, y cuando mi hijo el poeta David Sánchez Santillán, y el propio Carlos me comunicaron que también estaría en ella, mi felicidad fue mayor. Mi hijo Francisco José que tiene estudios de tecnología en multimedia, a pedido de Carlos hizo unas fotografías sobre los monumentos de la Mitad del Mundo y entró también con su nombre en el proyecto, mi alegría fue infinita.
Estoy segura que Canto planetario es un libro antológico que dará muchas horas de conversaciones y escritos en cientos de países, pues es una obra monumental de largo aliento que servirá de estudio a miles de personas, interesadas en la literatura.
¿Podría mencionar el nombre de cada una de sus obras publicadas?
Por supuesto, se dividen en narrativa adulta, poesía, teatro, novela y narrativa infantil.
En narrativa adulta:
- “De mariposas, espejos y sueños” Cuentos. 1987
- “De espantos y minucias”. Cuentos. 1992
- “Furtivas vibraciones olvidadas”. Cuentos. 1993
- “Gotas de cera en la ceniza”. Cuentos. 1998
- Los miedos Juntos. 124 Cuentos.
- Las ficciones de la soledad, Cuentos, 2010
- Algaradas, Cuentos, 2017.
En novela:
- Fantasmagórica aventura del “Grupo21”, 2021.
En Poesía:
- “En las cuevas ajenas de la noche”. Poesía. 1997
- Aristas en el tiempo nuevo. Poesía. 2013
- Canción de lo injusto, Poesía, 2017
- Proscritas nimiedades, Poesía. 2023
En Teatro:
- Danza imperfecta. Teatro, 2010
- Cena para estúpidos. Teatro, 2010
En colectivo:
- DESEABULOS 1. Quito, 1993
- DESEABUIOS 2. Ibiza, España, 2000
- La certeza de los presagios. Cinco narradoras ecuatorianas. 2011
- Sinfonía de Sal, E. Santillán/Raquel Lanseros. Poesía. Colección Dos alas, 2015
En narrativa infantil
- “Las doce habitaciones de la magia”, Novela juvenil. 2000. Libro electrónico. Libro físico, 2019, Segunda edición.
- Maravilloso Agustín, libro álbum, 2000. Libro electrónico. 2019, Segunda edición, Libro físico 2019
- Felicidad, Poesía infantil, 2023
- Santuario de Ángeles, Poesía infantil, 2023
- Llegados con el viento, doce cuentos infantiles, 2023
- Cinco miedosos, cinco cuentos infantiles, 2023, Libros electrónicos:
- Tiniebla trece, Cuentos, 2014. Amazon
- Espacios de pesadilla, siete cuentos de terror, El Ángel Editor, colección Ángel eléctrico.
- En el siguiente vídeo Elsy, presenta sus últimos cuatros libros publicados: https://youtu.be/mrnCK2km5W8
- La entrevistadora es escritora, poeta y columnista nicaragüense