Foto: Ministerio Público

Redacción En Alta Voz

A don Víctor Fonseca le duele llevar en sus hombros la carga de un sueño frustrado. “Es triste cuando las ideas y esperanzas se esfuman”, expresa el hombre de 56 años.  A su edad, el panadero de oficio, pensaba ceder la administración de su negocio a sus hijos y desligarse del ajetreo. Pero, muy lejos de las ideas que tejía en sus pensamientos, el comerciante debió cerrar su negocio de dos décadas en San Pedro Sula.

“ Con la pandemia de Coronavirus el problema se agudizó en nuestro país, porque hay más desempleo y muchas empresas cerraron cuando no se podía circular, y cuando abrieron, las ventas no fueron suficientes para sobrevivir, en mi caso el tiro de gracia me lo dieron los extorsionadores que me pedían el equivalente a USD $250 dólares  mensuales, o de lo contrario matarían a mi esposa y a mi mamá , tuvimos miedo porque las autoridades nunca nos dieron respuesta cuando fuimos a denunciar”, lamenta el comerciante.

 “Estoy vivo de milagro y sé quiénes son estos jóvenes que se quedaron con mi patrimonio y el de mi familia”, dijo el ex panadero, mientras mostraba las heridas de bala que marcaron su piel, su alma y el futuro de sus hijos.

El caso de Fonseca ensancha la cantidad diaria de denuncias, algunas con respuesta y otras que se pierden con cierres obligatorios de algunos negocios en Honduras. Un segmento de la población en este país centroamericano sufre por las extorsiones y tantos otros males derivados de la inseguridad, como el sicariato. La Fuerza Nacional Anti extorsión (FNA) no refrenda esa percepción, al menos en San Pedro Sula, en el último quinquenio, solo se registra el reporte de cuatro denuncias de afectados por esa causa.

“No le digo que no hay más casos, pero nosotros estamos poniendo nuestro esfuerzo con permanentes operativos para frenar esos cobros ilegales que afectan a nuestra gente, por eso le pedimos a la población que denuncie, sabemos que tienen temor, pero dejen eso de lado, estamos para protegerlos y servirles”, expresó un oficial de la FNA cuyo nombre no publicamos para preservar su seguridad.

Pero lo que, desde el anonimato plantean los afectados es diferente. La extorsión ha obligado al cierre de varios negocios en las principales ciudades de nuestro país. “Qué vamos a denunciar, por favor, si su billetera es grande así es el caso que le van a hacer a uno las autoridades, capturan a gatos extorsionadores y hacen shows para presentarlos, pero detrás de cada uno de ellos hay mil”.

“Son como las cucarachas, como los pandilleros y eso no lo va a controlar ni este, ni cualquier otro gobierno, se les fue de las manos y nunca lo van a reconocer”, dijo molesto, un ex propietario de negocio del rubro del calzado que cerró operaciones obligado por la pandemia en San Pedro Sula. “Antes era la extorsión y luego el Coronavirus nos cambió la vida”, dijo.

Hubo cierres, en Tegucigalpa, que trascendieron a través de redes sociales y donde los propietarios de los negocios informan a sus clientes que por culpa de los extorsionadores tomaron la decisión de cerrar sus actividades.

Otro de los afectados señaló que los cierres se deben al cobro del impuesto de guerra, “tenemos hace más de unos tres años pagando a los delincuentes, al punto que no pudimos más y cerramos, que conste que en 2020 pararon porque con el Covid19, sabían que no teníamos dinero”.  En Honduras cada 12 horas se produce una nueva extorsión, estiman “expertos”.

Foto: Ministerio Público

El panorama

Cercos de seguridad y el blindaje de zonas críticas como Chamelecón, El Carmen y el sector “Rivera Hernández” son algunas de las operaciones ejecutadas a diario por parte de la policía para tratar de ofrecer un leve respiro a la ciudadanía, pero, los resultados son inconsistentes, reportan bajas en hechos violentos y, al día siguiente los hechos dicen lo contrario.

La situación de personas como Víctor Fonsecano es nueva para las autoridades. “Sabemos de dueños de negocios que han cerrado por causa de la inseguridad, pero hoy estamos peor con el Covid19, en realidad sentimos que la extorsión ha disminuido pero el panorama continúa siendo sombrío para el cierre de este año”, dice Efraín Rodríguez, expresidente de la Asociación Nacional de la Mediana y Pequeña Empresa a nivel regional.

En 2020, según el presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada, COHEP, Juan Carlos Sikaffi, se perdieron 800 mil empleos entre formales e informales por causa del Covid-19 y por el impacto de las tormentas tropicales Eta y Iota que destruyeron la ya frágil infraestructura, sobre todo en el Valle de Sula.  Antes de la pandemia, el cierre de 18 mil empresas pequeñas en dos años implica que cada día fueron clausuradas unas 25 sociedades mercantiles.

Mientras tanto y lejos de las extorsiones y de la inseguridad, el presidente de la Federación de Cámaras de Comercio (Fedecamaras), Menotti Maradiaga, manifestó que el 40 por ciento de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes) cerraron operaciones este año por efecto del Covid19. Según el dirigente gremial, las micro, pequeñas y medianas empresas genera el 70 por ciento de los empleos a nivel nacional es el sector que más ha sufrido este año por la pandemia del COVID-19.

“Para nosotros ha sido un año de mucho dolor en cuanto al cierre de empresas Mipymes a nivel nacional”, dijo.  “El confinamiento y esta crisis económica que provocó la pandemia, a quien vino a perjudicar enormemente fue a la Mipymes”, apuntó.

 “Esperábamos que diciembre del año pasado nos trajera salvación y rescate a las pocas Mipymes que quedaron, pero no ha sido así, se ha tenido un volumen de venta, pero no en la totalidad que ellos querían para recuperarse económicamente”, lamentó. “Los retos continúan en el 2021 y la Mipyme tiene la esperanza de la implementación de otras estrategias que nos vengan a apoyar”, expresó.

Un estudio realizado por esa entidad detalló que se llegaron a perder el 40 por ciento de las Mipymes a nivel nacional, es decir 50,000 empresas que cerraron operaciones”.  Esto trae mucho pesar y dolor porque son 500,000 empleos que se perdieron en 2020”. A criterio suyo, las 50,000 empresas que cerraron operaciones antes de la mitad del año anterior, en junio y julio que se optó por la circulación de dígitos no captaron lo suficiente para mantenerse económicamente”.

En Honduras existen unas 300 mil pequeñas empresas y solo en la capital se aglutinan 49 mil 722, de acuerdo a la Cámara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa (CCIT). Una encuesta realizada por esa organización entre 2 mil 920 propietarios de empresas, da cuenta que, un 13 por ciento planteó la extorsión como el principal obstáculo para invertir en el país.   “La extorsión fue uno de los principales lastres de la economía nacional, hoy eso ha sido desplazado por los efectos de la pandemia”.

Foto: La Tribuna

Las cifras oficiales fueron más “halagadoras” en 2020.  Honduras registró ese año, al menos 3.482 homicidios, cifra menor a la de 2019, cuando sumaron 4.082, dio a conocer la Policía Nacional.  La reducción de los asesinatos, en parte, se debió al confinamiento que vivieron las personas a raíz de la pandemia, que se comenzó a expandir en marzo.

El Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) informó en 2020 que la mayoría de las víctimas de homicidios fueron hombres y que el 50 por ciento corresponde a personas menores de 30 años. Las muertes violentas en el país son atribuidas en mayor grado al crimen organizado y a las pandillas conocidas como maras, que pelean territorios.

Van por más

Y es que la “sigilosa” ave de rapiña con rostro de inseguridad que ha sobrevolado a Honduras, hoy se desplaza con ciertos límites, pero mantiene en el crimen uno de sus rostros más oscuros. Aquí, no se respetan autoridades, ni horarios, ni rejas. En Honduras todo vale y “los asesinatos” son un dolor de cabeza para autoridades policiales y de investigación.

El blindaje de zonas críticas, es decir, las operaciones ejecutadas para “mantener a raya” a los delincuentes, ha dado resultados inconsistentes, excepto por las detenciones mediáticas de alcaldes y candidatos a diputados del actual partido en el Poder, a pocos días de las elecciones.

En la otra Honduras, la realidad es cruda y Marcio López lo sabe. Él también se vio obligado a cerrar su negocio primero por causa de la inseguridad y luego debido al Covid. “Los extorsionadores me pedían cinco mil lempiras mensuales”, lamentó.

¿Por qué no busca ayuda de la policía? “Para qué, aquí lo matan a uno de cualquier manera así que mejor en boca cerrada no entran moscas, las autoridades solo se mueven cuando les conviene”, lamentó.

Marcio López está plenamente convencido de la existencia de “un mercado criminal fructífero en esta zona porque la mafia ya desarrolló profundas raíces y eso todo el mundo lo sabe, nada más que se hacen de oídos sordos”.

Foto: El Heraldo

“Por suerte sigo vivo y, que yo sepa, no tengo enemigos, por lo menos declarados, toda mi vida me he dedicado a mi empresa y a mi familia”, manifestó. La situación de personas como “Marcio” no es nueva para las autoridades. “Sabemos de dueños de pequeños negocios que han cerrado por causa de la inseguridad, pero hoy ha sido más por el Covid”, dice Efraín Domínguez.

Hasta ahora, no hay un estudio que determine cuántas empresas que cierran pueden reabrir y cuántos de los que perdieron empleos vuelven a conseguir trabajo en un mediano o largo plazo. “Obviamente hay una incidencia negativa en el comportamiento de le economía, de cierre de negocios”, expresó. Sin embargo, compete a la Secretaría de Seguridad dar respuestas a la ciudadanía sobre el combate a este flagelo, aclaró.

Las cifras de la inversión

Ni la inseguridad percibida por los pobladores, ni el Covid han sido obstáculo para que la Inversión se establezca en Honduras. Al primer semestre de 2021 la Inversión Directa fue la principal fuente de financiamiento externo neto de la economía hondureña al presentar un monto de US$471.9 millones (US$477.9 millones por ingreso de IED hacia Honduras menos US$6.0 millones de inversiones de hondureños en el exterior).

A la Inversión Directa le siguió la Inversión de Cartera con un valor neto de US$195.8 millones, que se generaron en su mayoría debido a la emisión de títulos de deuda del sistema financiero nacional en mercado internacional. En tanto, los Activos de Reserva de la Autoridad Monetaria4 registraron una acumulación de US$516.7 millones, derivada del aumento en las divisas recibidas por mayores flujos de remesas familiares y exportaciones de bienes durante enero y junio de 2021. 

Ismael Zepeda, Fosdeh

Ismael Zepeda, economista del Foro Social de Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh), le dijo a una agencia internacional que la falta de correctivos en las políticas económica, fiscal, monetaria, social y de mayor inversión extranjera directa, hicieron que el panorama del país no fuera alentador en el 2020. Esto se vio agudizado por el Covid-19. Ya 2019 fue complicado, afectado por “una clara desaceleración económica”, lo que contrasta con el crecimiento del 4.8 % que registró en 2017 y 3.7 % en 2018.

Honduras arrastra además una crisis política y social de hace diez años, derivada del golpe de Estado del 28 de junio de 2009 al entonces presidente, Manuel Zelaya, cuando promovía reformas constitucionales que la ley le impedía reelegirse.  Esa crisis se agudizó a finales de 2017, luego de que el actual presidente del país, Juan Orlando Hernández, fuera reelegido el 26 de noviembre de ese año en unos comicios generales que, según la oposición, fueron fraudulentos.

Esa misma oposición ha venido desde entonces exigiendo la salida del poder de Hernández, a quien califican de “dictador” y de delitos de narcotráfico, ligados a su hermano Juan Antonio Hernández, quien cumple cadena perpetua en Estados Unidos.

Un fenómeno

Honduras tiene caracterizado un corredor de desarrollo, desde Choluteca, hasta Puerto Cortés y el eje fundamental es la Zona del Valle de Sula, donde, a   partir de los años 90, se ha acentuado la migración interna en el país. 

“Las personas se vienen del interior atraídas por las ofertas de empleo de las industrias maquiladoras, pero también se conjugan otros factores entre ellos la migración externa. Esto, sin duda, ha venido generando e incubando otros fenómenos de violencia social que no eran normales en nuestro medio, entre ellos el sicariato, aunque no tengan relación directa”, destaca el analista económico Darío Lagos.

Pese a todo, el cierre de empresas continúa en Honduras y   la pérdida de confianza de la ciudadanía en la efectividad de la policía y en el sistema de administración de la justicia se agudiza…Se trata de un círculo vicioso complejo que terminó de cerrarse en la pandemia, y está resultando…muy difícil de romper como hasta ahora, a través de frágiles programas de reinserción.

Esta publicación fue realizada con el apoyo del Fondo de Respuesta Rápida para América Latina y el Caribe organizado por Internews, Chicas Poderosas, Consejo de Redacción y Fundamedios. Los contenidos de los trabajos periodísticos que aquí se publican son responsabilidad exclusiva de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de las organizaciones.

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