Doctor HORACIO ULISES BARRIOS SOLANO, Premio Nacional de Ciencia “JOSÉ CECILIO DEL VALLE”.

9 de septiembre de 2019

La epopeya bélica de Morazán La Batalla de La Trinidadindubitablemente cubrió de gloria e inmortalizó al General JOSÉ FRANCISCO MORAZÁN QUESADA El Paladín de la Unión Centroamericano por excelencia yen mi opinión personalísima es algo parecido a La Batalla Austerlitzpara NAPOLEÓN BONAPARTE conocida también como La Batalla de los tres Emperadores.

Según don Medardo Mejía al caer la tarde de 10 de noviembre de 1827 la fuerza libertadora de Honduras acampó en el punto llamado “La Trinidad” y los espías le avisaron a Morazán  que las fuerzas enemigas de Milla Arriaga ya habían salido de Tegucigalpa y que están próximos a llegar a donde ellos habían acampado, en tal virtud Morazán colocó estratégicamente a sus hombres y los Coroneles Díaz, Bosco, Pacheco y él  con sus respectivos ayudantes  estaban en la guardia y .al amanecer del 11 de noviembre de 1827 ambos bandos abrieron fuego a discreción, es decir, disparar por todos los frentes y es así que JOSE FRANCISCO MORAZAN QUESADA, emprendió el camino hacia la inmortalidad.

Pero es natural según el escritor J. Jorge Jiménez Solís “que siempre surja un Antonio Pinto[1]


[1] El portugués apodado “Tata Pinto”, que junto a Pedro Mayorga propiciaron el vil asesinato de Morazán, Villaseñor y otros en San José de Costa Rica  el 15 de septiembre  de 1842.

Antonio Pinto Soares

frente a un Francisco Morazán el cual quiso lavarse las manos imitando a Poncio Pilato, pero ha tenido que pasar la historia como un criminal empedernido y vulgar; pues fue el 15 de Noviembre de 1843, catorce meses después del fusilamiento de Francisco Morazán, cuando el Presidente de Costa Rica, Antonio Pinto, se presentó ante la Asamblea Constituyente de dicho Estado, explicando a su manera los sucesos que tuvieron lugar el año anterior y que comenzaron el 11 de Septiembre; exponía todos los fantasmas que el vio en aquellos días aciagos y las razones  que creyó oportunas para convencer a los diputados de que había obrado dentro de su deber como presidente provisorio; hablaba de mentidas garantías ofrecidas a Morazán y a sus compañeros; de la exaltación del pueblo para oponerse a sus disposiciones; de las amenazas para él y para todos los costarricenses; de  la necesidad racional del medio empleado para salvar la situación  mandando fusilar a Morazán y a Villaseñor; en fin, era una María de Magdalena  implorando el perdón de sus iniquidades. Con tal mensaje quería Pinto que la Asamblea aprobara sus actos de gobernante provisional aprobara sus actos de gobernante provisional y que con tal aprobación sancionara el asesinato cometido el 15 de septiembre anterior, en el que inmolaron a dos personajes de alta talla política e inocentes antes la luz meridiana. Afortunadamente la Augusta Asamblea no quiso cargar con eses sambenito y resolvió que no estaban dentro de sus atribuciones conocer de la actuación de Pinto como jefe provisorio, y así dejó sobre aquel aventurero todo el peso de la responsabilidad de tan horrendo crimen que indignó a todo Centroamérica”.

Pero los hombres extraordinarios necesitan también circunstancias extraordinarias para manifestarse; y es aquí en La Trinidad que ese se dan esas condiciones que ponen a Francisco Morazán, como Capella la estrella más brillante de la constelación Auriga y la sexta más brillante del cielo; al comandar con un ejército menor al de su oponente calculando en 250 hombres y con el triunfo de las armas hondureñas inicia una nueva era para Centroamérica. patria: Cuatro años después era un Gobernante de Autoridad”. La guerra es un arte, y el artista nace no se hace; y el General Morazán, artista consumado de este arte milenario, desde La Trinidad hasta su entrada a la inmortalidad el 15 de septiembre de 1842 en San José de Costa Rica, con su pincel de acero, pintó los cuadros más brillantes y sublimes de las armas centroamericanas. La Trinidad, es la piedra angular de ese edificio legendario; que conformó la epopeya Morazánica.

Sin embargo, al encarar al Paladín de la Unión Centroamericana, el Padre Ramón Antonio Vallejo, se hizo la siguiente pregunta:

  1. ¿Ante quién estamos?: Para contestarse: “Ante el General Morazán, vencedor de Milla en La Trinidad, de Domínguez en Gualcho, de Aycinena en San Antonio, de Pacheco en San Miguelito, de Prado en Las Charcas; y en menos de un año es Jefe de Partido y del Cuartel. 
  1. Continua el auto-interrogatorio de Vallejo: ¿Quién era el General Morazán? Y se contesta: “Una de las figuras más afortunadas que ha tenido Centroamérica, pues anduvo demasiado a prisa el camino de la vida pública. Cuatro años antes (1823) Morazán era un recién llegado a la política militante de su patria: Cuatro años después era un Gobernante de Autoridad”.
  2. ¿Quién era don José Justo Milla Arriaga? Y la contestación es obligatoria: Fue hijo legitimo del Sargento Mayor don José Antonio Milla Villa y de doña Feliciana Arriaga; principales de la ciudad de Gracias a Dios, hoy cabecera del Departamento de Lempira yespañoles de sangre.

Según las observaciones de don Liberato Moncada y las comunicaciones epistolares de su principal propulsor en Honduras don Juan Lindo, la fuerza con que contaba el Coronel Justo Milla, al salir de Tegucigalpa el 10 de noviembre de 1827 para detener las fuerzas que comandaba el Coronel don Remigio Díaz y los Jefes Coroneles Pacheco, Valladares y el patriota Morazán, este último sin mando militar que se sepa, eran de 500 hombres o un poco más.

CONSECUENCIAS DE LA BATALLA DE LATRINIDAD

  1. Analizando opiniones de ambas partes, don Liberato Moncada condiscípulo y amigo de Morazán dice que la acción de La Trinidad “duró muy pocas horas” sin embargo el Coronel Justo Millamanifestó que duró hora y media”; pero en el catálogo de las acciones de guerra y capitulaciones habidas en Honduras desde el año de 1827 hasta el año de 1879, La Batalla de la Trinidad solo reporta 40 muertos y cero heridos; que no precisamente pertenecían al Ejercito Libertador. El ataque se calcula se inició a las once de la mañana, finalizando a las 13:00 horas con la persecución de los derrotados.
  2. Pero más grande que su brillante hoja militar, es la magnitud de su ideal, la Unión de Centroamérica y la defensa de las libertades ciudadanas; para el caso el Doctor Lorenzo Montúfar defensor del Morazanismo en Centroamérica nos dice: “Cualquier pensador creerá que se verificó un cambio con la independencia de Centro América. Pues no fue así El Articulo X del Acta del 15 de septiembre de (1821) afianzó una vez más la teocracia.
  3. Muy liberales fueron los autores de la Constitución Federal de 1824; pero aquella ley no estableció la libertad, ni aun la tolerancia religiosa. Uno de sus artículos dice que la religión de Centroamérica es la católica, apostólica, romana, con exclusión del ejercicio público de cualquier otra, pero La Reforma Religiosa no existió en la América del Centro antes del triunfo del General Morazán.
  4. Morazán estaba sujeto a la Constitución y a las leyes; pero su genio y su empuje regenerador verificaban modificaciones salvadoras. El 2 de mayo de 1823 el Congreso Federal decretó que todos los habitantes de la República son libres para adorar a Dios según sus creencias, y que el Gobierno Nacional protegería el ejercicio de esta libertad. En todos los países libres de la tierra fue celebrado con entusiasmo, y el nombre de Morazán se inscribió entre los benefactores de la humanidad”.

Selectos ciber lectores un 11 de noviembre, aunque no de 1827, sino que de 1962 cambió en 180 grados el rumbo de mi vida ya que por razones eminentemente políticas me auto extrañé de la tierra que me vio nacer e inspirado por una personaje descrito en Las Sagradas Escrituras más la nostalgia que todavía golpea mi ser compuse ese pensamiento: “Mi Canaán fue mi amada Choluteca donde nací, pero mi Egipto fueron los Cerros de Plata donde crecí”.

Vale la aclaración que en 1943 el escritor J. Jorge Jiménez Solís escribió su libro FRANCISCO MORAZÁN, SU VIDA Y SU OBRA en él se lee: “Todas las naciones tienen un símbolo que ostentan con orgullo y veneran con patriotismo. Para un suizo, Guillermo TelL es el ideal del heroísmo: Riego lo que es para un español republicano; Kosciusko, para un polaco: Garibaldi para un hijo de la joven Italia. Vergniaud y los demás ilustres girondinos son para los franceses la encarnación de la libertad y la República: Napoleón Bonaparte, la del genio y la gloria militar. Jorge Washington es el ídolo del pueblo norteamericano, y su olímpica efigie preside el hogar de ciento veintiséis millones de almas. Bolívar y San Martín son los padres de la libertad en Sudamérica: Benito Juárez, el consolidador de la autonomía mexicana. Ninguno de los personajes citados es superior a Morazán y en ello debemos cifrar nuestro legítimo orgullo” (Ha Olam, Ha Olam, Ha Olam.)

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