Juan Ramón Martínez

Las cosas se le han complicado a “Mel”. En la medida en que pasa el tiempo; y, provoca a la institucionalidad democrática amenazando bruscamente al liderazgo tradicional, se acerca al límite de su incompetencia. Libre no es realmente, un partido político. Surgió como rendición ante varios gobernantes extranjeros, como chantaje porque Honduras, no tenía otra alternativa para darle a Zelaya, las oportunidades que le permitieran regresar al poder. En la práctica, es un grupo de tribus o facciones, que siguen al último caudillo que tiene el país en ejercicio. Conducido con extraordinaria habilidad, Libre ha podido permitirle a Zelaya “reelegirse”; y ejercer, a su gusto, el poder de la República. A la fecha, domina la directiva del Congreso Nacional, dirige la Corte Suprema de Justicia; y, se prepara para controlar la Fiscalía General de la República. Todo dentro de un modelo en que, el Ejecutivo no es dirigido por un presidente de la República, sino que, por el coordinador general de un partido artificial, como es Libre. Como modelo de conquista del poder, un éxito total. Confirmando que Zelaya es el caudillo, más hábil de todos los tiempos. Superior a Policarpo Bonilla, José Ángel Zúñiga Huete, Tiburcio Carías, Rodas Alvarado, Carlos Flores y Juan Orlando Hernández.

Como gobernante, igual que en su primer gobierno, Zelaya es un fracaso. El gobierno de Xiomara Castro, no solo es falso, sino que incompetente ya que, por falta de unidad de acción, -coherente con el estilo de “Mel” Zelaya-, ha terminado por mostrar, vacilaciones infinitas, falta de compromiso con los objetivos nacionales; y, poca disposición para darle satisfacciones a la opinión pública. Falto de discurso, repite expresiones fatigantes, lugares comunes y oraciones repetitivas, incapaz de mostrar resultados. Con un gabinete de inútiles, que solo le hacen la corte a la gobernante; no se destacan en el cumplimiento de sus tareas, lo que le ha impedido a Libre mantener el favor de la opinión pública. Y amparados en la dualidad del mando, en los espacios obscuros, ha empezado a crearse la duda incluso en los grupos más cercanos al gobierno de Libre, la duda sobre la honestidad con que, dirigen los asuntos públicos.

Aunque por su naturaleza autista, se ha opuesto hasta ahora a escuchar los reclamos populares y rectificar, ahora que la oposición, le ocupa la calle que ha creído que ingenuamente es solo suya, Libre y Zelaya han tomado conciencia que pueden perder el poder. Y la reacción ha sido inmediata. Y violenta. Amable de Jesús Hernández, Sandoval, Ríos y Tome, han mostrado que no tienen formación democrática para interpretar la reacción de la oposición. Más bien, en su ingenuidad, la creían muerta, pasando por alto que han ido muy lejos; y que, han amenazado la existencia de la nación, al proponer alternativas que tienen poco que ver con la naturaleza del pensamiento hondureño. Y menos con las fórmulas de la vida democrática. Por su naturaleza, la reacción ha sido defensiva; poco propositiva. Han arremetido en contra de sus exaliados y, cuestionado la legitimidad para que los ciudadanos, puedan elegir a los nuevos gobernantes que les sucederán en el 2025. Han arremetido, contra los opositores, desprestigiándoles por medio de mentiras e inventos, con amenazas de reprimir las manifestaciones, mostrando voluntad de continuar en el poder, haciendo todo “lo que tengan que hacer”, para retener el control. Sin darse cuenta, en su nerviosismo y miedo ante el fracaso, exhiben su condición totalitaria y su inhabilidad para mantener el favor de las mayorías. Especialmente cuando, pasan por encima de la soberanía popular.

Libre puede salvarse. No todo está perdido. Puede rectificar, liberando al Ejecutivo para que, funcionando de acuerdo a la Constitución, reconquiste el favor de las mayorías. Pero incurrirá en error, sí cree que el poder, lo puede usar para mantenerse en el poder. Esto es un error. Si no rectifica, y el partido sigue gobernando, para que no pacte la dirección del país, perderá las próximas elecciones generales. Pero si recurre al fraude, a la represión; o al abuso, le anticipamos su fin. Antes que muera su líder y caudillo. Así como JOH, perdió el poder cuando pacto la dirección del Congreso con diputados de Libre, y desde Nueva York lo reclamaron; “Mel” puede sufrir la misma pena. Honduras, no soportorá, otra dictadura.

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