Honduras es cada uno de los ciudadanos que habitamos en ella y cada ser humano, el reflejo de la imagen de Dios (Génesis 1:27). Hoy, nuestro pueblo atraviesa momentos difíciles por débiles sistemas de educación, salud, seguridad y justicia. Abogar por nuestros hermanos es tarea de cada cristiano en esta tierra y garantizar que se respeten sus derechos es labor de quienes ostentan cargos públicos como resultado de la confianza depositada en ellos a través de procesos electorales democráticos, pacíficos, justos y transparentes.
A poco más de un mes para la celebración de elecciones generales en Honduras, la Red Evangélica de Honduras para la Democracia Electoral, compuesta por líderes de fe que representan una parte significativa de la feligresía evangélica en Honduras, comunica a la opinión pública y los aspirantes a un cargo por elección popular las siguientes consideraciones:
- Cada individuo, y por ende cada votante, posee un valor trascendental intrínseco. Es por eso que respetar el voto es **honrar la imagen de Dios en el votante; suprimirlo es asaltar la dignidad humana y socavar el ejercicio democrático. Votar es un derecho fundamental para la integridad y salud de nuestra democracia en particular y nuestra nación en general.
- Como líderes cristianos, representantes de una diversidad de expresiones denominacionales a lo largo y ancho del país, pedimos a las autoridades competentes que garanticen la transparencia en el desarrollo de este proceso electoral. La transparencia, justicia y equidad del proceso será el fundamental para el escenario que todas y todos anhelamos: la paz poselectoral y transición no violenta del poder.
- El florecimiento humano en todas sus formas se manifiesta en un entorno pacífico y basado en la justicia. Puede existir diferencia de pensamiento en cuanto a afiliación política, eso es vital para la salud de la democracia; pero el profeta Jeremías nos invita a buscar la paz de la ciudad. Por ello, todas y todos estamos de acuerdo en que anhelamos paz antes, durante y después de votar.
- El contexto de crisis poselectoral de 2017 fue lamentable para el país. Estamos seguros de que ningún compatriota y ningún líder de fe desean que esos hechos se repitan. Para esto, será clave la transmisión acertada de resultados y resistirse a diseminar desinformación. Instamos a los liderazgos políticos a apoyar y promover públicamente una transición pacífica del poder basado en resultados electorales legítimos.
- La paz no es solo ausencia de conflictos, sino la presencia de una actitud colaborativa para avanzar hacia el bien común. Sostenemos la firme convicción que es responsabilidad de todo cristiano esforzarse en ser un buen ciudadano. Nuestra vida privada de santidad se complementa con nuestro testimonio público. Los seguidores de Jesús tenemos ciudadanía dual: celestial y terrenal. Nuestras responsabilidades celestiales de clamar, interceder y orar por nuestra nación no excluyen sino, más bien, complementan nuestras acciones dirigidas a crear un mejor presente y futuro para el país, a través de la participación ciudadana en donde se eligen a las personas que dirigen el rumbo del país.
- En 1 Reyes 3, el rey Salomón pide al Señor sabiduría para gobernar con justicia. Esto mismo pedimos a nuestro Dios para todos los aspirantes a cargos de elección popular: sabiduría para gobernar los destinos de la nación. Exhortamos a la clase política a liderar relegando sus intereses personales y poniendo al frente soluciones integrales para resolver los problemas más centrales que aquejan al pueblo, gobernando con sabiduría y justicia.
¡Añadimos piernas y manos a nuestra oración creyendo que la voluntad de Dios se manifiesta a través de sus hijos e hijas!
Tegucigalpa, M.D.C.; 01 de noviembre de 2021
Red Evangélica de Honduras para la Democracia Electoral