• El compromiso del padre Víctor Cortés y Mauro Hernández permitió que más de 2,100 estudiantes recibieran clases en plena pandemia y sin reportar contagios.
• La voluntad de maestros y padres de familia fue vital para el retorno a las aulas, en zonas sin acceso a clases virtuales

Tegucigalpa, 8 marzo de 2022. La Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) reconoció este martes la labor de los hondureños Víctor Cortés y Mauro Hernández, quienes durante la pandemia de covid-19 se esforzaron por garantizar el pan del saber en el Occidente y Norte de Honduras, respectivamente; quienes con clases presenciales y semipresenciales lograron culminar dos exitosos años escolares (2020 y 2021) sin ningún caso de contagiados y, pese a múltiples limitantes como problemas de infraestructura, bajo apoyo gubernamental y limitado acceso a insumos de bioseguridad.

La pandemia ha dejado más de 2 millones de niños, niñas y jóvenes fuera del sistema escolar, luego de que se ordenara el cierre de los centros educativos en Honduras desde marzo de 2020. Sin embargo, el padre Víctor Manuel Cortés Calderón y el exdirector departamental de Educación de Ocotepeque, Mauro Enrique Hernández, demostraron que cuando se quiere, las excusas no existen y gracias al apoyo de padres de familia, docentes y organizaciones comunitarias garantizaron el derecho a la educación a miles de niños, niñas y jóvenes.

El caso de la Escuela Mercedes Calderon en Santa Cruz de Yojoa en Cortés, Norte de Honduras, es excepcional pues, los educandos reciben 300 días de clase y en todo el país fue la única escuela que ha permanecido abierta desde el inicio de la pandemia, con clases presenciales para pre-básica hasta noveno grado y de lunes a viernes.

El padre Víctor, fundó esta escuela y ha impulsado varios proyectos sociales acompañados de la palabra de Dios. Su objetivo principal es brindar apoyo a familias de escasos recursos y por ello, además de recibir sus clases, los más de 100 alumnos aprenden a criar animales domésticos y cultivar verduras que les sirven además para la merienda escolar.

En tanto, en Ocotepeque, el exdirector departamental Mauro Enrique Hernández y decenas de maestros, demostraron su compromiso con la niñez y juventud al retornar a las aulas de clase de forma presencial y semipresencial, pues la cifra de estudiantes de zonas empobrecidas era demasiado alta y carecían de recursos para recibir clases virtuales.

Fue así que más de 2 mil educandos, en el 94% de los centros educativos de Ocotepeque, retornaron a las aulas, y sin reportarse contagios lo que demostró porque este departamento es líder en rendimiento académico a nivel nacional.

El compromiso y dedicación de estos hondureños es ejemplar e inspira a otros a sumar esfuerzos en pro de la educación; tanto en el centro educativo del padre Víctor Cortés y las escuelas de Ocotepeque se impartieron clases al aire libre y con limitaciones, pero con la convicción de arrebatarle a la pobreza hondureños capaces de cambiar su destino y el del país gracias a la educación.

De acuerdo a informes de la ASJ, en 2021 para el 80 por ciento de los estudiantes de escuelas públicas de Honduras, la única opción de estudiar es recibir clases presenciales, puesto que carecen de recursos económicos para comprar Internet, teléfonos inteligentes o incluso, viven en zonas remotas donde no hay energía eléctrica.

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