Por: Carolina Alduvín
John Dalton Greenup fue un naturalista, químico, matemático y meteorólogo británico, vivió en los siglos XVIII y XIX. Se le conoce por el modelo del átomo y su tabla de pesos relativos de los elementos; ambos contribuyeron a sentar las bases de la química moderna. Los genetistas lo conocemos también por haber descrito el defecto visual relativo a la percepción de los colores que padecía y que fue nombrado en su honor, se trata de un desorden ligado al cromosoma X; o sea, es mucho más frecuente en personas de sexo masculino, donde algunos receptores ubicados en la retina carecen de sensibilidad a la porción roja del espectro cromático visible. No compromete otras funciones corporales, ni pone en peligro la vida; a menos que, se permita a estos pacientes conducir vehículos.
Los funcionarios de este remedo de gobierno eligen escudar su incompetencia en los hechos delictivos del pasado reciente, cometidos por durante las tres pasadas administraciones por miembros del PN. Nadie, absolutamente nadie puede formular un reclamo, pedir una explicación o hacer un comentario; por mínimo que sea, sin ser descalificado como defensor o militante del PN. Prefieren ignorar que tienen opositores en todas partes, incluso en las mismas filas refundidoras, antes de admitir que su conducta no corresponde a la dignidad con la que fueron investidos. Cuando se les toma promesa de Ley, juran respetar la Constitución y sus leyes, pero en lugar de cumplir con sus responsabilidades, se desviven por satisfacer caprichos ajenos.
Alguien tuvo mucha suerte con el hecho que hace más de 30 años, al parecer hubo un lapsus con un requisito de publicación; por tanto, se llena la boca diciendo que los encargados de editar el diario oficial han certificado que eso no pasó. Vergüenza debería darle demostrar su ignorancia y mala fe con semejante argumento, quienquiera al frente de Recursos Naturales y Ambiente, tiene el deber de protegerlos, si es incapaz de reparar el lapsus con la iniciativa de Ley con la cual está investido, al menos debería abstenerse de aprovechar un error involuntario del pasado para hacer exactamente lo contrario a lo que le indica la ley del ramo. Debe velar por la preservación y uso sostenible de nuestros recursos naturales, en cuenta los amparados por tratados internacionales de los que nuestro país es signatario. Hay varios de ellos.
No es de su competencia la seguridad ciudadana –que deja mucho que desear— y tampoco va a solucionar su problemática destruyendo un sitio protegido para instalar sí o sí el absurdo proyecto que tanto defiende. Los delitos violentos, las amenazas y las extorsiones son perpetradas por quienes siguen en libertad, a esos hay que retirar de las calles. Y en vez de estar promoviendo prisiones en áreas protegidas, las fuerzas del orden deberían ser más eficaces previniendo y combatiendo robos, asaltos, extorsiones, asociaciones ilícitas, secuestros y asesinatos entre otras formas de violencia. Con su estrategia de dizque seguridad, las estadísticas lo que indican es que la criminalidad en vez de disminuir sigue en ascenso y casi total impunidad. El desempleo que está ocasionando esta administración en nada contribuye.
Y, en vista que sus argumentos se agotan entre falsedades y contradicciones, los defensores del adefesio, se acobardan, se niegan a comparecer ante determinados interlocutores que han desnudado su ignorancia y falta de profesionalismo, su comportamiento irrespetuoso ante quienes hablan con datos y evidencia en mano. En un absoluto desprecio por la ciencia y la Academia por el simple hecho que no les otorga la razón, recurren a ataques personales de parte de una su vaca daltónica en calidad de refuerzo, a reclamar hechos de un pasado en el cual no les constan sus afirmaciones por la sencilla razón que no estuvieron ahí y tampoco se han informado acerca de la trayectoria completa de los que no comparten sus desatinados criterios.
Ante la oposición generalizada de muchas organizaciones y personas que han manifestado su opinión, persisten ya sin argumentos coherentes en el que “va porque va”, lo que levanta suspicacias más allá del preservar su chambita, más allá de sus supuestas convicciones doctrinarias –que contradicen en la práctica— más allá de la lógica presupuestaria y logística. Dan entonces lugar a que especulemos acerca complacer a la potencia extranjera con la que coquetean o que facilitan las actividades de tráfico que les garantice mantener el poder.