La vida del francés conocido como Eugène-François Vidocq, ha sido considerada como uno de los antecedentes más insignes en la lucha contra la criminalidad. Vidocq a comienzos del Siglo XIX siendo un criminal en prisión, estableció un acuerdo con la Policía para convertirse en “informante” a cambio de su libertad, logrando posteriormente infiltrarse entre los reclusos de las principales prisiones de Francia en aquella época, como la gran Châtelet, La Force, La Abadía, entre otras.

   Este grado de colaboración fue tal, que sirvió para establecer nuevas técnicas de investigación criminal no conocidas por los cuerpos policiales hasta ese entonces, el manejo técnico de la escena del crimen, los perfiles de criminales, registros de evidencias, e incluso después de los resultados obtenidos conformó una estructura de agentes policiales -algunos con antecedentes criminales- a la que se le denominó la Brigade de Sûreté –Brigada de Seguridad- posteriormente adoptó el nombre de la Sûreté Nationale –Seguridad Nacional- y en 1826 en Police nationale –Policía Nacional de Francia hasta nuestros días.

    Esta figura del “informante” ha tenido un tratamiento normativo muy antiguo en la historia. En la Santa Inquisición que durante mucho tiempo buscó la represión de la herejía, considerada como delito de lesa majestad, entendida éste como delito genérico de orden público, de gran ofensa o crimen de Estado, de muy compleja comprobación, llevó al papa Inocencio IV el 15 de mayo de 1252 a promulgar la bula Ad extirpanda, en la que se obligaba a los granujas o ladrones a delatar a sus cómplices y a los herejes, a cambio de recibir como recompensa o una parte de los bienes confiscados a éstos.

    Bajo esa línea de pensamiento, de recompensas o premios a los “informantes”, no podemos olvidar a Judás, en los libros del nuevo testamento específicamente en Mateo 26.14-16 se describe el hecho: “Uno de los doce discípulos, el que se llamaba Judas Iscariote, fue a ver a los jefes de los sacerdotes 15 y les dijo: — ¿Cuánto me quieren dar, y yo les entrego a Jesús? Ellos le pagaron treinta monedas de plata. 16 Y desde entonces Judas anduvo buscando el momento más oportuno para entregarles a Jesús”. Después de dos mil años de la era cristiana de este antecedente, el nombre “Judás” aparece como sinónimo de “traidor” en cualquier diccionario de antónimos y sinónimos.

    En Roma antes de ese tiempo cerca del año 123 a. C., cuando se desató un nivel de corrupción impresionante en los magistrados provinciales (repetundae), quienes cometían delito de concusión, aceptaban sobornos, dádivas, conductas incorrecta para la administración de justicia romana, dos tribunos Manio Acilio Glabrione y Gaio Sempronio Gracco, crearon la Lex Acilia Repetundarum, para sancionar hasta con pena de muerte estas acciones, fomentando la denuncia entre los ciudadanos que informaban sobre los magistrados romanos involucrados en estos actos, a cambio de recibir recompensa en dinero de parte de la autoridad, a esta figura de “informante”, se le llamó “delatores” en la roma antigua.

    La figura del “informante” o “delator”, en el derecho anglosajón se le conoce como whistleblowers”, traducido sería como “soplón”, “delator”. En Italia su la legislación penal premial, reconoce premios o recompensa a los “informantes”, a los que denomina “los pentiti”, después de que el más famoso pentiti italiano, colaboró con el Gobierno de los Estados Unidos e Italia en los años 40´s y 50´s, para desarticular estructuras criminales de tráfico de drogas e identificar a agentes de inteligencia que habían participado en los cuerpos de seguridad de Adolf Hitler y de Iósif Stalin del lado Ruso, que intentaban escapar a América finaliza la II Guerra Mundial, me refiero a Salvatore Lucania, más conocido como Charles “Lucky” Luciano.

    Antes de la Convención de Palermo del 2002, la Unión Europea ya había creado un nivel de protección y de beneficios para las personas que colaboran como “informantes”, en la Resolución del Consejo de 20 de diciembre de 1996 relativa a las personas que colaboran con el proceso judicial en la lucha contra la delincuencia internacional organizada, normativas que han sido homologadas en la mayor parte de Estados, sin que América sea la excepción.

Hermes Ramírez Ávila
Doctor en Ciencias Penales
Catedrático de Derecho
E-mail: hermes_fra82@outlook.com

 

 

 

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