Doctor HORACIO ULISES BARRIOS SOLANO, Premio Nacional de Ciencia “JOSÉ CECILIO DEL VALLE”

27 de abril de 2020

Por ser “la economía gig” y no el vocablo que identifica este tipo de economía que obligatoriamente a tomado auge por la pandemia que tiene de rodillas al mundo y que indefectiblemente ya es la nueva modalidad del trabajo, no obstante, que como un hecho social la sociología, el derecho, las finanzas, la administración y la psicología en particular porque no estamos preparados para fusionar los tres lugares de la ciudad en uno solo: “casa, trabajo y el lugar de socialización” son de suyo importante más aun con la visión que tuvieron autores clásicos como Adam Smith, David Ricardo, Karl Marx, Max Weber, Emile Durkheim y, finalmente, Talcott Parsons, sin perder de vista que los capitalistas ya no son los  dueños de los medios de producción debido que el FreeLancer o autónomo es sacado cuasi abruptamente de la infraestructura del que fuera el centro de trabajo y que buen romance nosotros “absorbemos los costos fijos y variables”, aunque el rendimiento del trabajo en casa se vea incrementado entre un 20% a 30%; porque nuestra casa es ahora: la oficina que tuvimos.

No obra en mi poder “la plena prueba” que las grandes corporaciones reducirán más o menos  en un millón de metros cuadrados los espacios que un día fueron nuestras oficinas de lo cual se colige que las personas nos quedemos trabajando en nuestras casas, obviamente, ganando el mismo sueldo, pero con la modalidad que nosotros manejaremos nuestros horarios y es aquí en donde nuestra eficiencia es mayor, ¿pero bajo qué riesgo? reitero absorbiendo los costos fijos y variables con el agravante de que nos delegan la responsabilidad estructural y es aquí en donde caemos en la trampa pues perdemos lo mínimo de nuestro Código de Trabajo o lo estipulado en un Contrato Colectivo, es decir, la jubilación, los beneficios sociales, derechos adquiridos, las bajas por enfermedad, las horas extra y la paga de un mercado en el que se pueden generar ciertos abusos, sin embargo, “para algunas personas, el trabajo independiente aumenta la volatilidad de sus ingresos. Otras, por el contrario, entienden que puede suavizar las fluctuaciones de sus ganancias”, observa Alan B. Krueger, profesor de Economía en la Universidad de Princeton y ex asesor jefe del gabinete económico de Barack Obama.

Según Fernand Braudel  en su obra La Dinámica del Capitalismo que recoge tres conferencias dictadas en la Universidad de Jhons Hopkins de la Unión Americana en 1977, él esgrime 3 pruebas me sirven de apoyo a la obra en referencia contraria a la a del Chicago Boys Milton Friedman:

  1. El capitalismo sigue basado en la explotación de los recursos y posibilidades internacionales o, dicho de otra forma, existe dentro !e los límites del mundo, o al menos tiende a abarcar al mundo entero. su gran proyecto actual es el de reconstruir este universalismo.
  2. Sigue apoyándose, obstinadamente, en monopolios de hecho y de derecho, pese a las violencias desencadenadas a este respecto en contra suya. La organización, como decimos hoy, continua sorteando el mercado. Pero es erróneo considerar que esto constituya un hecho verdaderamente nuevo.
  3. Más aún, pese a lo que se afirma normalmente, el capitalismo no engloba a toda la economía, a toda la sociedad que trabaja; nunca las encierra a ambas dentro de un sistema, el suyo, que sería entonces perfecto: la tripartición de la que he hablado vida material, economía de mercado, economía capitalista (ésta última con enormes añadidos) conserva un sorprendente valor actual de discriminación y de explicación. Basta, para convencerse de ello, conocer por dentro algunas actividades presentes características, situadas a niveles distintos. En el nivel inferior, incluso en Europa, donde aún existen tantos autoconsumos, tantos servicios que la contabilidad nacional no integra, tantos puestos artesanales. En el nivel medio, veamos el ejemplo de un fabricante de ropa hecha: se encuentra sometido, tanto en su producción como en la venta de su producción, a la estricta e incluso feroz ley de la competencia: un momento de descuido o de debilidad por su parte, y le supone la ruina. Pero yo podría citarles para el último nivel, entre otras, a dos enormes firmas comerciales que conozco, supuestamente competidoras y únicas competidoras en el mercado europeo, una de ellas francesa y la otra alemana. Ahora bien, les es perfectamente indiferente que los encargos vayan a una u otra, ya que hay una fusión de sus intereses, cualquiera que sea la vía adoptada con este fin.

[1]La revolución digital (y su capacidad a través de Internet y las redes sociales de comunicarse de forma fácil y barata) ha impulsado a la gig economy . Un término que esconde progreso y precariedad. Esta economía de la ocupación por proyectos y de las nuevas relaciones que imponen las plataformas digitales (Uber, Glovo, Cabify) conduce a una existencia zurcida con hilos de seda. Sin horarios, sin ingresos estables, sin apenas beneficios sociales: ¿sin vida? Por eso, muchos ven en estos modelos de trabajo una condena. Otros, en cambio, atisban liberación. El equilibrio resulta inestable y la disrupción digital y el auge de nuevas plataformas alimentan la precariedad de los trabajadores independientes. El trabajo “para toda la vida” se desvanece y también la sensación de seguridad que transportaba” y traigo a colación la vida laboral de 32 años de mi Hijo mayor en una empresa del estatal y que hoy por hoy goza de su jubilación y es aquí donde concateno las execrables alocuciones de estos tres teenager Dan Patric, Cristine Lagarde y Taro Aso.

[2]La Economía Gig es un término relativamente nuevo que define un modelo de empleo basado en trabajos cortos, esporádicos, y directamente relacionado con el desarrollo de la tecnología de la comunicación. Los empleados Gig, entre los que hay cada vez más millennials, aportan sus conocimientos a empresas y negocios por horas o días sin que medie un contrato. Así dicho parece que el trabajador Gig es el autónomo de toda la vida. Sí y no. Es, efectivamente un autónomo, pero con la diferencia de que este grupo de personas altamente cualificados trabaja para uno o varios empleadores durante periodos de tiempo cortos y específicos; se trata, en definitiva, de un modelo de economía que utiliza startups[3], plataformas que ponen en contacto a empleados FreeLancer y empleadores, con el objetivo de realizar un intercambio colaborativo aprovechando el desarrollo de internet.

“El término fue acuñado por la periodistas estadounidense Tina Brownpara definir los trabajos puntuales”, explica el diario Expansión. “Se podría traducir como ‘economía de los pequeños encargos’, donde los trabajadores saltan de un empleo a otro” y “a cambio perciben un sueldo, pero un porcentaje de ese salario se lo tienen que entregar a la empresa mediadora(en su mayoría, startups)”.

La Economía Gig describe el estado actual del mercado, según la revista Forbes que, en un reciente artículo, mantiene que este creciente modelo económico representa un importante potencial para los millennials pero, al mismo tiempo, implica cada vez menos oportunidades para ellos. Lo cierto es que la Economía Gig se ha extendido en los últimos años y está cada vez más presente, y la crisis económica mundial ha tenido mucho que ver con ello. De unos años a esta parte, la tendencia en el mundo de los negocios se basa en contratar los servicios de empleados cualificados por un corto espacio de tiempo, con un aumento de trabajadores disponibles para realizar encargos de duración limitada. Esto se debe, por una parte, a la popularidad de internet y las opciones que la red ofrece para trabajar en remoto, y por otro lado, tiene que ver con la naturaleza de nuevas apps entre las que están algunas tan conocidas como Deliveroo, Uber o Airbnb.

Para los millennials desempleados, la Economía Gig representa tanto una oportunidad como un reto. Sin embargo, como los contratos y los trabajadores Gig son más asequibles para los empleadores, es también más difícil encontrar el trabajo a tiempo completo que anhelan. Y es que a pesar de amar internet y estar abiertos a oportunidades profesionales no tradicionales, los millennials siguen teniendo una mente tradicional, y un 91% quiere un trabajo a tiempo completo, según un estudio de HRdive, citado por Forbes.

Experiencia y Oportunidades: Los millennials tienen fama de saltar de un trabajo a otro, de estar dispuestos a abandonar una oportunidad por otra en cualquier momento, pero esto es sólo una verdad a medias. No cabe duda de que los millennials en la actualidad permanecen, de media, menos tiempo en sus trabajos que sus compañeros de la generación anterior, pero según un estudio de Pew Research esto es atribuible en gran parte a una cuestión de edad. La conclusión del estudio afirma que los millennials no son más inquietos a la hora de cambiar de trabajo que lo que fue la Generación X cuando sus miembros tenían la misma edad.

Los jóvenes, en general, buscan y desean nuevas experiencias y oportunidades, especialmente cuando no están seguros de lo que quieren hacer. La Economía Gig les da esa oportunidad sin exigirles demasiados sacrificios o riesgos. En una economía que funciona principalmente con trabajos a tiempo parcial y contratos temporales, se espera una rotación, y la lealtad no es una garantía. Esto hace que sea más fácil para los millennials experimentar, obtener más experiencias y construir sus red de contactos laborales a un ritmo más rápido.


[1] https://www.lanacion.com.ar/economia/ganadores-y-perdedoreslas-dos-caras-del-trabajo-en-las-empresas-de-tecnologia-nid2114592

[2] Word Economic Forum 2018-02-14

[3] Se denominan startups en el mundo empresarial a negocios que están arrancando y son parte de una idea innovadora, asociadas en general al desarrollo tecnológico, por ejemplo el diseño y desarrollo web.

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