Tegucigalpa, Honduras | Reporteros de Investigación. El semblante de Maritza Ávila cambia. Se entristece mientras piensa qué contestar ante la pregunta cómo ha cambiado su vida al ser la hermana de un periodista hondureño.
No solo es su vida, responde: es la existencia de todo el núcleo familiar cercano al periodista, que ha dado un vuelco.
La tarde de esta entrevista, está en un restaurante de la capital de Honduras con estilo colonial. Llegó aquí para dar su testimonio a los delegados de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que realizaron una visita In Loco en abril de 2023. Es el segundo año de cambio de gobierno en este país de América Central. La expectativa despertada en campaña electoral fue que la presidenta Xiomara Castro reestablecería las libertades negadas por la dictadura de Juan Orlando Hernández.
Pero esto no ha sido así para periodistas, por el contrario, con el nuevo gobierno aumentaron las querellas, amenazas de querellas, el acoso en línea y el discurso hostil contra la prensa en general. Para la prensa alternativa el panorama es aun más difícil porque no solo tiene ataques de la izquierda en el poder sino también de la derecha que se aferró a la administración estatal en los últimos 12 años.
Esa realidad contada en conceptos se entiende mejor con la historia de la familia de Carlos Ávila. En el patio que divide los salones donde la CIDH lleva a cabo las audiencias y bajo la frescura que proveen los árboles, Maritza cuenta que su madre de 70 años sufre. No pueden ir a lugares públicos porque las conocen y hablan sobre el caso de su hermano. Antes podían ir libremente a cualquier parte, centros comerciales, supermercados, sin que nadie las señalara, pero ahora donde quiera, siempre va haber una pregunta sobre la situación de Carlos que deben contestar y tienen que estar preparados, ya que Choluteca –sur de Honduras– es un lugar “muy pequeño”. Todas las personas saben sobre la orden de captura.
Además, la policía llegaba a buscarlo a la casa de su mamá de 79 años, quién está bastante mal de salud, con un estado depresivo y debido a eso, las defensas se le han bajado y en ocasiones necesita ser hospitalizada.
Maritza ha tenido que hacer un alto en su vida cotidiana para iniciar una peregrinación por diversas instituciones. Llega buscando ayuda para su hermano.
Cual si fuera la época de la Santa Inquisición, su hermano está en la clandestinidad huyendo de una orden de captura: su pecado, si fuera en la Edad Media; su crimen, si es en Honduras: transmitir información de supuestos delitos sexuales cometidos por un maestro.
¨El daño se lo hicieron a toda la familia, no solo a él, porque usted no sabe cuántas, personas preguntan, nosotros tenemos que dar información del porqué él tiene una orden de captura. Yo sencillamente digo que está en esta situación, no porque es un delincuente sino, por alzar la voz de alguien (niñas) que no eran escuchadas¨.:
A propósito de la criminalización de sobrevivientes de violencia sexual, también puede leer nuestra investigación Vìctimas borradas, niñas indígenas castigadas luego de sufrir violencia sexual y embarazos no deseados.
Las víctimas silenciadas
Por quienes alzó la voz el periodista eran unas niñas, unas adolescentes y el sacó en su medio periodístico la denuncia de presunto acoso de un profesor hacia ellas, ya había salido en otros medios y hay pruebas de las denuncias por «acoso sexual» en contra de esta persona querellante.
¨La persona que acosaba las alumnas lo que hizo fue decir que Carlos no tenía pruebas y, realmente que, ahí es donde uno se sorprende porque las personas encargadas de impartir justicia se centraron en la querella, no se centraron en las pruebas que había sobre el acoso sexual a las alumnas¨, lamentó.
El acoso sexual y los delitos sexuales son temas que exponen a periodistas y a defensoras de derechos humanos a ser llevadas a la cárcel. La defensora de derechos humanos, pionera del feminismo en Honduras, Gladys Lanza, murió criminalizada por denunciar supuesto acoso sexual de parte de un funcionario privado.
No es casualidad que enerve tanto el tema en un país donde el hecho ilícito más denunciado entre 2014 y 2021, fue la violencia doméstica.
Vea la serie: Violencia Secreta
Entonces que la prensa denuncie supuesta violencia sexual es tocar parte de los cimientos de una violencia que en sí misma no es solo es delictiva sino estructural, eso explica por qué un contenido que en otro país genera investigaciones contra los denunciados, en Honduras, provoca criminalización de quien da voz a las víctimas.
Persecución feroz a Periodista bajo esta figura
Carlos Ávila es un periodista de la zona sur, con 16 años de ser perseguido bajo esta figura de los delitos contra el honor, “herramienta utilizada para perseguir el periodismo en Honduras”, señaló su hermana, Maritza Ávila, en entrevista para Reporteros de Investigación.
El profesional de la comunicación está en la clandestinidad. Ha tenido que salir de su casa, hay una orden de captura, situación que lo tiene “destrozado y muy impotente al saber que los derechos humanos se le han violentado por ser un periodista, debería de haber una protección porque él tiene pruebas de lo que él sacó a luz, mientras que la persona que él denunció por acoso, está libre dando sus clases”. Una persona que no debería estar frente a alumnos y mucho menos frente a adolescentes, dice el testimonio rendido ante la CIDH.
El proceso contra Ávila inicia en 2007, en ese entonces, él trabajaba para un medio de comunicación donde tenía su programa, las mismas alumnas le decían del presunto acoso sexual que estaban pasando por parte de un docente que les daba clase.
La fiscalía emitió una orden al director del centro educativo para que investigara al docente, esta se hizo a nivel administrativo, la mandan a la Dirección Departamental, se le hace un traslado disciplinario, que nunca se llevó a cabo, y el docente siguió en el mismo instituto.
Como hermana de un periodista perseguido, Maritza hizo un llamado a los y a las diputadas que tienen en sus manos este dictamen de despenalización de los delitos contra el honor que procedan ya.
Lamentó que su hermano empezó su proceso penal con un código y ahorita que hay un nuevo Código Penal, le cambian la sentencia porque le favorecía más a la persona que estaba haciendo el daño, que al periodista.
¨Yo le pido a las autoridades a los encargados de emitir las leyes que ya despenalicen esos delitos contra él honor, incluso, lo más viable sería que le aplique la amnistía a mi hermano. (Que) se la puedan aplicar para que él pueda salir ya libremente¨.