Elsa de Ramírez

Recientemente recibí un mensajito vía wasap, de un alumno de una universidad privada, en el mismo me invitaba a compartir en dicho centro de estudios sobre nuestra experiencia en cuanto a los artículos que he publicado en la columna Enfoques de este acreditado diario, refiriéndome que se trataba de la clase de periodismo de opinión a cargo del licenciado Freddy Cuevas Bustillo, quien fue mi catedrático en esa universidad. La charla presencial no se pudo llevar a cabo porque en esa semana se impuso el toque de queda para protegernos del tristemente célebre COVID 19.

Enseguida recibí llamada del alumno donde me solicitaba si podía venir a mi casa a entrevistarme personalmente, a lo que respondí de inmediato que lamentaba no poder recibirlo debido a la vulnerabilidad que vivimos los mayores de 60 años. Pero, como para todo en la vida, siempre hay una salida, y si tenemos fe, todavía mejor.

Después, recibí un mensaje donde se me invitaba a responder un cuestionario a través de un video con duración de 15 minutos lo cual para mí fue fácil, lo difícil fue enviarlo, ya que era muy pesado… el dueño de la tarea, requisito para poder pasar la clase de periodismo de opinión, asustado me informó que, si no enviaba ese video al día siguiente, perdería su clase… yo le insistí, tenga FE, la clase no la perderá.

Pues resulta que, se me ocurrió pedirle que trajera una memoria (USB) para grabarle la entrevista, con la condición que disculpara no permitirle entrar a mi casa, por razones de protección para mi esposo y nuestro hijo. El interesado, próximo a ser colega, voló en su motocicleta y en menos de 10 minutos ya estaba aquí. El problema fue cuando el amigo llegó a su casa, contento de haber visto el video, pero molesto porque no lo podía enviar. Yo insistí de nuevo y le expresé TENGA FE, y así fue, luchó hasta que pudo enviarle la tarea al licenciado Cuevas.

Comparto algunas de las respuestas a un alumno interesado en el periodismo:

En escribir una columna me tardo dependiendo de la importancia de la misma, porque existen diferentes temas para exponer nuestro pensamiento y en algunos casos nos vemos obligados a consultar enciclopedias, diccionarios y otros para ilustrarnos, por lo que no puedo especificar el tiempo correctamente, sin embargo, cuando el tema es de actualidad en un término medio de una hora lo desarrollo y después de revisado y corregido lo envío al diario a través de mi correo electrónico.

Los contenidos que abordo los selecciono con anterioridad, después de meditar y reflexionar serenamente algunas veces; otras anoto con la anticipación requerida lo que escucho o se me viene a la mente, para no perder la idea y de ahí le doy forma, siguiendo las indicaciones académicas aprendidas en la alta casa de estudios donde tuve la satisfacción de adquirir mi título de Licenciada en Comunicación Social y Pública.

En otros casos actúo guiada por mi propia experiencia y eso me lleva a escribir sobre diferentes tópicos, generalmente orientados a los problemas básicos que se presentan en la comunidad en la cual me desenvuelvo; otras veces de acuerdo con su importancia enfoco asuntos de carácter internacional que tienen que ver con nuestro diario vivir.

Inicié escribiendo columnas de opinión a partir del 23 de febrero de 2011 a raíz de un trabajo de investigación que nos asignó el catedrático don Manuel Aguilar Flores en la clase de Historia sobre El maíz y sus derivados, __ artículo que guardo para mí como una joya invaluable__, porque, en el mismo descubrí que tenía aptitudes para comunicarme con el resto de la humanidad a través de la prensa escrita, la radio, la televisión y el periodismo digital.

Hasta la fecha ninguno de mis artículos ha sido censurado, más bien mis lectores a menudo me felicitan, cuando por casualidad nos encontramos por esas calles de Dios, en supermercados, tiendas, salones de belleza, hospitales, etc. Lo que me honra mucho porque, definitivamente para quien escribe, como en mi caso sin devengar un salario, el mejor estímulo es precisamente el reconocimiento que la población hace por nuestro trabajo.

“El buen columnista o articulista es un continuo inventor de temas, sacar del mundo, de la vida; del mundo de los hechos y de las ideas.”

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