Doctor HORACIO ULISES BARRIOS SOLANO, Premio Nacional de Ciencia “JOSÉ CECILIO DEL VALLE”

[1]Este sábado 21 de diciembre del 2019 tendrá lugar el solsticio de diciembre, también llamado solsticio de Capricornio o de invierno. El día, que se caracteriza por ser el más corto del año marca el fin del otoño y el inicio del invierno en el hemisferio norte del planeta, donde el día tendrá una menor duración. Según explica la cadena CNN. “En el hemisferio norte, el solsticio ocurre el 21 o 22 del último mes del año, cuando el Sol aparece en el punto más al sur del firmamento”. De acuerdo con información del sitio web del Observatorio Astronómico de Quito, el solsticio de diciembre ocurrirá a las 23:19:26 del 21 de diciembre. El solsticio de Capricornio recibe ese nombre porque, en el momento en el que ocurre, el Sol se encuentra directamente sobre el Trópico de Capricornio. Estos eventos, que ocurren dos veces al año, se dan porque la Tierra se traslada alrededor de Sol recorriendo la línea elíptica y también porque el planeta gira sobre el eje polar que no es perpendicular al plano de la línea elíptica, sino que tiene una inclinación de 23° 27′. La palabra solsticio proviene del latín solstitium que se puede traducir como sol quieto. En los días en los que estos eventos ocurren, el Sol alcanza su mayor o menor altura aparente en el cielo. Las horas de luz que recibirán distintos lugares del planeta dependerán de qué tan cerca se encuentren del Ecuador Terrestre. Así, personas que viven cerca del círculo polar ártico tendrán pocas horas de luz solar durante el solsticio. En la Tierra hay zonas que durante ese día no reciben luz solar.”

En su traslación, la tierra describe una órbita elíptica alrededor del Sol, la cual tiene una duración de 365 días y un poco más de 6 horas. A su vez, la Tierra presenta una inclinación de su eje de rotación de aproximadamente 23.5 grados con respecto al Sol. Ambas circunstancias provocan la sucesión de estaciones y suponen la razón por la que la cantidad de luz solar que incide sobre los hemisferios norte y sur del planeta sea desigual dependiendo de la época del año en que nos encontremos. Así pues, será verano en el hemisferio que, en un momento dado, se encuentre inclinado hacia el Sol (pues los rayos solares inciden sobre esta zona de manera más directa y aumentan la temperatura), mientras que en el hemisferio opuesto será invierno. La duda de qué son los solsticios es bastante común. La palabra solsticio proviene del latín, concretamente del término “solstitium”, que quiere decir “sol quieto”. Se conocen dos solsticios, el de verano y el de invierno, que se corresponden con el días más largo y el más corto del año en el planeta, respectivamente.

El solsticio de invierno se da cuando uno de los hemisferios terrestres (norte o sur) está inclinado en su ángulo más extremo y alejado respecto del Sol, teniendo lugar en diferentes momentos del año en cada uno de dichos hemisferios. Así pues, en el hemisferio norte el solsticio de invierno tiene lugar en diciembre, cuando el Polo Norte está inclinado lo más alejado posible del Sol, razón por la cual se trata del día con menos horas de luz y con la noche más larga del año. A partir de este día, la duración de los días irá incrementando y la de las noches, disminuyendo, paulatinamente. Por su parte, en el hemisferio sur el solsticio de invierno tiene lugar en el mes de junio.

Como ya se ha comentado la duración de una órbita terrestre completa dura algo más de 365 días, razón por la cual cada cuatro años se produce un año bisiesto. Debido a ese desfase del calendario que usamos, las fechas exactas de los solsticios pueden variar de año a año, tanto en hora como en día. Cabe destacar que, según el hemisferio al que estemos haciendo referencia, las estaciones serán unas u otras en un mismo momento determinado y, por ende, los solsticios de invierno y verano y los equinoccios de primavera y otoño tienen lugar en diferentes fechas en el hemisferio norte y el sur. En el hemisferio norte, el solsticio de verano tiene lugar entre los días 20 y 22 de junio, momento en el cual el Polo Norte está más directamente inclinado hacia el Sol, lo cual implica que es el día con más horas de luz del año. En el hemisferio sur, las estaciones están invertidas y, por ello, se da la situación opuesta. Así pues, el solsticio de invierno tiene lugar en el mes de junio y el de verano en diciembre.

El solsticio de invierno siempre ha tenido un significado muy espiritual. Muchas civilizaciones a lo largo de la historia lo han relacionado con la idea del renacimiento y la renovación. Los monumentos Newgrange en Irlanda y Stonehenge en Inglaterra fueron construidos en honor a este fenómeno. En el Imperio Romano se celebran los festejos de Saturnalia[2]. A día de hoy, la fiesta más extendida y arraigada en Occidente en relación con el solsticio de invierno es la Navidad. Una festividad religiosa que tiene su origen en las antiguas celebraciones paganas. Antes del cambio del calendario juliano al gregoriano estaba concebida para coincidir con el solsticio de invierno, el 25 de diciembre.

¿Por qué hay solsticios? La razón por la que hay solsticios, y por lo tanto diferentes estaciones del año, es que la Tierra está inclinada un promedio de 23,5 grados con respecto al Sol. Esto supone que los hemisferios norte y sur reciben cantidades de luz solar desiguales durante el año, mientras la Tierra gira alrededor del Sol. Cada hemisferio se enfría durante los meses del año en los que se encuentra inclinado más lejos del Sol. Por lo tanto, el solsticio de invierno, que se da en diciembre en el hemisferio norte y en junio en el hemisferio sur, tiene lugar cuando la inclinación está en su ángulo más extremo.  Un fenómeno astronómico que ha sido estudiado durante varios miles de años. Normalmente se identifica el verano con las ideas de luminosidad, alegría, calor y fertilidad; mientras que el invierno se asocia con las de oscuridad, tristeza, frio y esterilidad. Pero en verdad los dos solsticios tienen un carácter simbólico totalmente opuesto a las ideas que evocan en nuestra mente el verano y el invierno porque, en un universo donde todo es cíclico, cuando se llega a su máximo no queda otra alternativa que aquella de disminuir. Por el contrario, aquello que llega a su mínimo, debe por fuerza, recomenzar a crecer. Por este motivo el solsticio de verano señala el momento cumbre en el cual el Sol que ha alcanzado el máximo de su esplendor, comienza a declinar hasta el solsticio de invierno en el cual, llegado al mínimo de luz, comenzará a incrementarla. Cada inicio del año, que en el hemisferio norte coincide con el solsticio de invierno, evoca el inicio de mundo. Es por ello que en muchas tradiciones al inicio del año la sociedad es regenerada mediante ritos de expulsión del mal y de re-creación del orden. La misma palabra rito es por sí misma significativa.

Deriva de la raíz sanscrita rta[3], orden, la ley establecida por la divinidad en el momento de la creación del universo.A través del rito se repite el gesto primordial del dios creador. Es un momento mágico donde el tiempo se detiene en el “eterno presente”, donde aquello que fue, es y será, revive nuevamente. Así en cada rito, en cada celebración de los solsticios, estamos, aunque inconscientemente, repitiendo un acto cosmogónico y representando la eterna lucha entre la luz y la oscuridad, así como han hecho hombres y mujeres desde el origen de los tiempos.

El significado estacional del solsticio de invierno se manifiesta en la reversión de la tendencia al alargamiento de la duración de las noches y al acortamiento de las horas diurnas. Distintas culturas definen esto de diversas maneras, puesto que en algunas ocasiones se considera que, astronómicamente, puede señalar, ya sea el comienzo o la mitad del invierno del hemisferio. El invierno es una palabra de significado subjetivo, puesto que no tiene un principio o mitad que esté científicamente establecido. El significado o interpretación de este evento ha variado en las distintas culturas del mundo, pero la mayoría de ellas lo reconoce como un período de renovación y re-nacimiento, que conlleva festivales, ferias, reuniones, rituales u otras celebraciones. Dado que el solsticio de invierno es visto como la inversión del retroceso de la presencia solar en el cielo, los conceptos de nacimiento o el renacimiento de los dioses solares han sido comunes y, el uso de calendarios cíclicos por las distintas culturas basados en el solsticio de invierno, se ha celebrado el renacimiento del año en lo que se refiere a la vida-muerte-renacimiento de las deidades o a nuevos comienzos.

Quizás la festividad relacionada con el solsticio de invierno más popular en nuestros días sea la Navidad. Históricamente la fecha real del nacimiento de Jesucristo se desconoce. La fecha llegó a celebrarse el 2 de enero, 28 de marzo, 19 de abril, 20 de mayo, 29 de septiembre, hasta quedar fijada el 6 de enero. Posteriormente en el año 354 se trasladó a la festividad solar del solsticio de invierno, el 25 de diciembre, haciéndola coincidir con las Fiestas Saturnales, Al final de las Saturnales, el 25 de diciembre, se celebraba el nacimiento del Sol Natalis Solis Invictus (nacimiento del sol invencible, Día del Sol Invicto) personificado en el dios Mitra. Efectivamente; el día 25 de diciembre se celebraba entre los persas y posteriormente en Roma el nacimiento de Mitra, divinidad que también había nacido en una gruta sobre un pesebre. Del Dios Mitra se dice que “Ascendió a los cielos, donde mora; a su llamada, los muertos se alzarán en la tierra en donde se hallan sepultos y serán juzgados. Aquellos que durante su vida intentaron hacer el bien y vivieron para ello, subirán al Reino de los Cielos, más los malignos y perversos, descenderán a las Tinieblas” (Zend Avesta, cap.XIX).

Entre los asirios se festejaba el nacimiento de Adonis un 25 de diciembre, como el de Tammuz[4] en Babilonia. No sorprende entonces que en tiempos de San Jerónimo se construyese la “Iglesia de la Natividad de Belén” sobre un santuario de Adonis.

También coincide con el día conocido entre los egipcios como el “Nacimiento de Infante Horus”. Se exponía ante las multitudes una imagen sacada del santuario para representar la natividad de le Luz y de la Vida. Se habría gestado en el “Maem Misi”, el Sagrado Lugar, el Argha o Arca, la Matriz del Mundo. Cómo vástago de los dioses y subyugador del mundo, cósmicamente simbolizaba el Sol de Invierno. Esta alegoría fue tomada por los griegos, que también festejaban el nacimiento de Dionisos o Baco un 25 de diciembre, cuando le gestó una Virgen, la Magna Mater. En la misma fecha nace entre los nórdicos el dios Freyr, hijo de Odín y Friga. Freyr es el regente luz celestial en cuyo honor se encendían hogueras y se distribuían coronas de muérdago.

En la Escandinavia antigua, al llegar la noche del día 24 se encendían las hogueras de Jul o Yule. Esta fiesta conocida como Madraneght en lengua sajona, tenía como fundamento el nacimiento de sol, al igual que en las antiquísimas leyendas germanas que rendían culto a Nornagesth y Helgi, también nacidos un 25 de diciembre. A Nornagesth le visitan los Tres Reyes del Destino (Odin, Ohir y Loki) y a Helgi los Tres Hermanos Herreros, de quienes recibe obsequios. El Festival de Solsticio de Invierno o el extremo de Invierno, Festival D?ngZhì o T?ji, es uno de los más importantes festivales celebrados en China y otros países asiáticos alrededor de 21 de diciembre. Este período coincide con el momento en que el sol es más débil y la luz del día más corta. Los orígenes de este festival se remontan al Yin y el Yang, el equilibrio y la armonía en el cosmos. Después de esta celebración, habrá días con más horas de luz natural y, por tanto, un aumento de la energía que fluye.

En el hemisferio sur encontramos al Inti Raymi o Fiesta del Sol. Es una ceremonia religiosa del Imperio Inca en honor del dios sol Inti. También marcó el solsticio de invierno y un nuevo año en los Andes del hemisferio sur. Una ceremonia realizada por los sacerdotes incas fue la vinculación del sol. En Machu Picchu, aún hay una gran columna de piedra llamada Inti Huatana, que significa ‘picota del sol’ o, literalmente, “para atar al sol”. Hacia 1572, la Iglesia Católica logró suprimir todas las fiestas y ceremonias Inti. Desde 1944 una representación teatral del Inti Raymi se lleva a cabo en Sacsayhuamán el 24 de junio de cada año, atrayendo a miles de visitantes locales y turistas. La Noche de San Juan es una festividad de origen muy antiguo que suele ir ligada a encender hogueras o fuegos. Ligada con las celebraciones en la que se festejaba la llegada del solsticio de verano en el hemisferio norte, cuyo rito principal consiste en encender una hoguera. La finalidad de este rito era “dar más fuerza al sol”, que a partir de esos días, iba haciéndose más “débil”, pues los días se van haciendo más cortos hasta el solsticio de invierno. Simbólicamente el fuego también tiene una función “purificadora” en las personas que lo contemplaban. Se celebra en muchos puntos de Europa, aunque está especialmente arraigada en España, Portugal, en las Islas Británicas y en los Países Nórdicos. En muchos lugares no cabe duda de que las celebraciones actuales tienen una conexión directa con las celebraciones de la antigüedad ligadas al solsticio de verano, influidas por ritos pre-cristianos o simplemente vinculados a los ciclos de la naturaleza. La celebración del solsticio, y por ende del Sol, es una forma de recordar la importancia del “Astro-Rey” y de sus ciclos en nuestras vidas. Un sol que, como afirmaba Platón, es de alguna manera la representación más evidente de la idea de la divinidad y de la idea del bien.


[1] https://www.elcomercio.com/tendencias/solsticio-diciembre-dia-corto-2019.html

[2] Eran unas importantes festividades romanas. La fiesta se celebraba con un sacrificio en el Templo de Saturno, en el Foro Romano, y un banquete público, seguido por el intercambio de regalos, continuo festejo, y un ambiente de carnaval en el que se producía una relajación de las normas sociales. Wikipedia

[3] Estado de adaptación entre el kosmos y el individuo.

[4] Era una divinidad babilónica, consorte de Inanna. Es el dios pastor y de la fertilidad. También Talmuz entre los semitas y Adonis para los fenicios y sirios. En el panteón sumerio, recibía el nombre de Dumuzi, y era llamado “El Pastor”.

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