Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.

1 Corintios 1:9

Podríamos decir que hay dos clases de personas en la vida. Algunos se consideran víctimas de la vida. Se dejan llevar por cualquier corriente, pensando que sus decisiones realmente no son muy importantes. Otros toman lo que la vida les da, y lo aprovechan al máximo. En lugar de perder el tiempo lamentando lo que no tienen, toman lo que sí tienen y lo ponen a trabajar.

Esto me recuerda una anécdota que escuche hace un tiempo y estas dos perspectivas se notan en los dos vendedores de zapatos que llegaron a un lugar remoto de África para fomentar la venta de calzado. Ambos vieron la misma situación, pero mandaron reportes muy diferentes a la sede de sus compañías respectivas. El primer vendedor mandó este mensaje: “Aquí no hay ventas. Nadie usa zapatos”.

El segundo vendedor envió un mensaje muy diferente. “Aquí tenemos un enorme mercado”, dijo. “¡Todos andan descalzos!” ¿Te das cuenta? Los dos vieron la misma situación, pero la vieron desde dos perspectivas muy diferentes. Uno pasivamente pensó que no podría cambiar la situación y vender zapatos a personas que no acostumbraban a usarlos, mientras que el otro vio un potencial casi ilimitado.

¿Cómo ves tú la vida? ¿Cómo crees que Dios quiere que la vean sus hijos? Cristo dijo que debemos ser como luz en la oscuridad, como sal en un plato. La luz cambia las cosas. La sal da otro sabor a la comida. Tú y yo no debemos ser como termómetros, que simplemente reflejan el ambiente que los rodea, sino como termostatos, que cambian la temperatura.

Hoy empezamos un viaje de algunos meses que nos llevará a través de la primera carta que escribió Pablo a los miembros de la Iglesia de Corinto. Los corintios vivían en una ciudad diversa, cosmopolita y decadente. De hecho, era tan decadente que la palabra “corintizar”, derivada del nombre de su ciudad, se había convertido en sinónimo de “prostituirse”. En realidad, Corinto se parecía mucho al mundo que nosotros habitamos, un mundo de diversas ideas, de riqueza y oportunidades, pero también de inmoralidad y desenfreno.

Hoy en día vemos cosas en la televisión, en las escuelas, en el trabajo y en el cine que jamás habríamos visto algunos años atrás. Recientemente hizo titulares la próxima apariencia de una pareja lesbiana en un programa de televisión producido por Disney. Esta productora generalmente se ha considerado una fuente de programas inofensivos. El hecho de que incluya una pareja lesbiana como algo normal y aceptable en uno de sus programas infantiles representa un cambio muy grande en la sociedad en general.

Por supuesto, los mismos cambios se han visto en los últimos años en las telenovelas, en la música, en el cine. Son simplemente reflejos de una sociedad que está perdiendo la brújula moral. ¿Cómo debemos responder nosotros como creyentes frente a estas realidades?

Una forma, por supuesto, es la reacción pasiva de la tortuga. Podemos simplemente encogernos en nuestro caparazón mientras nos lamentamos diciendo: ¡Las cosas antes eran mucho mejores! Pero así no logramos nada. La Biblia misma nos dice, en Eclesiastés 7:10: “No digas: ‘¿Por qué fueron los días pasados mejores que éstos?’ Pues no es sabio que preguntes sobre esto.” (NBLH)

Dios no nos llama a ser pasivos, sino a ser activos. Él nos llama a vivir confiadamente en medio de un mundo caótico. Este libro que fue inspirado por el Espíritu Santo para enseñarnos y animarnos tiene mucho que decirnos acerca de vivir para Cristo en medio del caos. Abramos la Biblia en 1 Corintios 1:1-9:

Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.

En estos versículos encontramos tres pistas importantes para vivir confiados en Cristo, en medio del caos de este mundo. En este momento sólo podremos tocarlos brevemente, pero tratare de desarrollarlo más a fondo en otros artículos.

1. La primera clave para vivir confiado en Cristo en un mundo de caos es: saber quién eres en Cristo.

Si no estás seguro de tu identidad, lo más fácil será simplemente acoplarte al mundo que te rodea. ¿Has visto el camaleón? Cambia de color, según el color de su entorno. Así se esconde de los depredadores.

Hay muchos cristianos que son como camaleones. Se parecen a lo que los rodea. Cuando se encuentran en la Iglesia el domingo, parecen muy creyentes. Tienen un aire de piedad. Pero el lunes en el trabajo, ¡son irreconocibles! Ahora se parecen a sus compañeros de trabajo – malhablados, groseros, y no siempre muy honestos. ¡No seas un cristiano camaleón!

Observa quién te dice el versículo 2 que eres. Nosotros, como los creyentes de Corinto, hemos sido santificados en Cristo Jesús, y llamados a ser santos. ¿Te das cuenta de la repetición? Hemos sido santificados para ser santos. La duplicación de palabras es tan notable en el original como lo es en español. No está allí por accidente o equivocación.

Cuando tú y yo nos entregamos a Cristo, llegamos a pertenecerle a Él. Hemos sido separados del mundo, apartados para pertenecer a Cristo. Déjame ponerte un ejemplo. Digamos que te encuentras en la tienda, buscando comprar un reloj. El vendedor saca varios modelos, y te muestra una variedad de estilos. Por fin, de todos los relojes que se encuentran regados en el mostrador, escoges el que más te gusta. “Me llevo éste”, dices, y lo separas de todos los demás.

Ese reloj ahora está separado para ti. De la misma manera, Cristo te escogió a ti, cuando tú lo aceptaste a Él, y te separó de este mundo. Él dijo de ti: “Me llevó éste”, y te apartó de todos los demás. Ahora estás consagrado para El. Eres su posesión especial. Has sido santificado.

Pero ¿para qué has sido santificado? Para ser santo. En otras palabras, Cristo te ha separado para sí mismo, para que tú vivas una vida separada. Te ha escogido para que seas diferente de los que te rodean, viviendo una vida consagrada al Señor. Por supuesto, vas a crecer en esto. No vas a llegar a la madurez de la noche a la mañana.

Pero no te conformes con parecerte a los demás. Más bien, responde al llamado de Cristo a ser santo, a ser diferente del mundo que te rodea.

2. La segunda clave para vivir por Cristo en medio del caos es: saber lo que tienes en Cristo.

Observa lo que dice el verso 5. Por fe, Cristo nos ha llenado con riquezas de palabra y de conocimiento. Los corintios vivían en una ciudad donde se apreciaba la sabiduría. A los griegos les encantaba lucir su conocimiento y su capacidad para hablar con elocuencia.

Quizás algunos de los creyentes de la Iglesia en Corinto veían a sus vecinos que no eran creyentes y se sentían muy pequeños a comparación con el nivel de educación y la labia que ellos tenían. Pablo les dice: En Cristo, ustedes son ricos en conocimiento y también en capacidad para comunicar.

Nosotros estamos en la posición de un pordiosero que, por algún milagro, se casa con una mujer de dinero. Al casarse, las posesiones de su esposa llegan a ser propiedad comunitaria. Ahora son de los dos. De igual manera, cuando tú y yo confiamos en Cristo y nos entregamos a Él, llegamos a compartir la riqueza que Él posee.

No estamos hablando de dinero, aunque es indudable que Dios bendice económicamente a sus hijos. Más bien, estamos hablando de riquezas de conocimiento, de poder para ver las cosas como son y reaccionar con sabiduría. La Biblia dice que nosotros tenemos la mente de Cristo.

La educación es muy buena. Espero que todos nuestros hijos se gradúen de la universidad con alguna carrera provechosa. Pero es mil veces mejor tener sólo un poco de la sabiduría que Dios nos da en su Palabra que toda la educación que las universidades de este mundo pueden proporcionar. Cuando aprendemos a pensar con la sabiduría que Cristo nos da, somos más ricos que Bill Gates o Carlos Slim.

3. La tercera clave para vivir por Cristo en medio del caos es: saber qué nos espera en Cristo.

Esto es lo que nos da esperanza para vivir por Cristo, pase lo que pase. El verso 7 menciona la venida de nuestro Señor Jesucristo. Sabemos que El vendrá para llevarnos a estar con Él. Pase lo que pase en este mundo, sabemos que tenemos una seguridad más allá del presente.

Los versos 8 y 9 nos dan otra seguridad. Nos dicen que Dios nos mantendrá firmes para que alcancemos el futuro que Él tiene preparado para nosotros. Si de veras hemos llegado a confiar en Jesucristo, El mismo está obrando en nosotros para que no perdamos toda la bendición que nos ha preparado.

Cada día, Él nos da ánimo para seguir. Si tropezamos, Él está allí para levantarnos. ¡No tenemos que vivir en constante temor! Podemos confiar en que Dios nos está sosteniendo. Si Él ya empezó una buena obra en nosotros, Él no la dejará a medias. Completará la obra que ha empezado.

De todas estas cosas tendré mucho más que decir en las siguientes semanas. Ahora, Dios te está llamando a decidir. ¿Qué clase de persona serás? ¿Serás de los que pasivamente esperan para ver qué sucederá? ¿O serás de los que agarran las oportunidades que Dios les da y las aprovechan al máximo?

Si entiendes quién eres en Cristo, podrás nadar en contra de la corriente del mundo. Si sabes lo que tienes en Cristo, no tienes por qué avergonzarte frente al mundo. Y si sabes lo que te espera en Cristo, puedes avanzar confiado, porque sabes dónde vas a terminar. Con Cristo, podemos vivr confiado en medio del caos.

Dios les Bendiga

Denis A. Urbina

Lic. Ministerio Pastoral

Email: daurbinar@gmail.com

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