Los pobladores en Puerto Lempira esperan que el único hospital de la zona sea renovado y ampliado, además, que sea convertido en Centro de Atención Regional. Foto: doctor Hugo Reyes.

En La Mosquitia, la salud está en “terapia intensiva”

Redacción En AltaVoz

Idílicos paisajes de selva virgen y de reservas forestales que hoy están siendo devastadas por manos criminales nos remontan a La Mosquitia hondureña, en el departamento de Gracias a Dios, pero del otro lado de la moneda y muy lejos de esos bosques, hay una crisis humanitaria de grandes proporciones. 

En este lugar del cual se cuentan tantas historias, la atención en salud está en “terapia intensiva”. Allí, sólo existe un hospital con capacidad para 68 pacientes. El recinto resulta insuficiente para atender los requerimientos de 120 mil habitantes dispersos en remotas comunidades donde sólo es posible movilizarse por aire o por agua.  Stedman Silva y su abuela llegaron desde Krautara y se movilizaron en pipante hasta Raití. Buscaban atención para la señora de 70 años. Las condiciones no se dieron en ese momento.

Lo cierto es que el denominador común en La Mosquitia es la precariedad y el abandono, con índices de pobreza que superan el 90 por ciento, eso devela la negligencia estatal, y muestra la falta de interés del actual régimen por la región.

Esa zona es rica en naturaleza, pero su explotación está concentrada en manos de “pocos”, lo cual ha empobrecido a sus ciudadanos. Un problema latente aparte de la deficiente atención en salud es la problemática sobre los peligros de los misquitos dedicados a sacar langostas del mar, algo que fue advertido desde 2011, fecha en la cual se reportaba la muerte de 400 pescadores.

No obstante, a pesar del clamor del pueblo, el gobierno ha ignorado sus súplicas dejando a niños huérfanos y a esposas viudas. ¿Qué se puede esperar ante la petición de construir el Hospital, y eso que es algo prioritario?

La problemática no se limita a las precarias condiciones laborales en La Mosquitia, donde hay un mínimo desarrollo, sino al total abandono de las autoridades para resolver sus exigencias, entre estas las de programas sociales y empleo.   La crisis económica y social en ese sector del país se refleja en las alarmantes cifras de pobreza, un 95 por ciento de su gente no tiene una fuente de ingresos para sostenerse, aunque la región es una de las más ricas de Honduras.  Niños y adultos viven hacinados en pequeñas chozas ante la falta de recursos para poder construir viviendas más espaciosas.

Líderes comunitarios fueron preparados por el Programa de las Naciones Unidas en Medidas de Bioseguridad y cuidados en sus hogares. Foto: PNUD

¿Y el hospital?

Actualmente, el presupuesto anual para el único Hospital de Puerto Lempira aumentó a 135 millones de lempiras. Hasta febrero de este año el presupuesto destinado a ese centro asistencial era de 106 millones de lempiras, de ese total, 78 millones destinados al pago de salarios del personal.

El doctor Hugo Reyes, director de la entidad, expresó, que están a la espera de fondos de Taiwán por un monto de 15 millones de lempiras, a través de la organización “Ayuda en Acción”, para infraestructura.

Aquí, urge remodelar la sala de emergencia, la sala de quirófano, las aceras, construir ramplas y remodelar el laboratorio. Además, es vital finalizar la construcción de un tanque elevado de agua, construir la caseta para el generador y mejorar el sistema eléctrico, aparte de optimizar el sistema de aguas negras y el techado de todo el hospital.

 “Se debe ampliar y mejorar la sala de pediatría, construir la sala Covid, edificar el muro perimetral y renovar la casa de los médicos en servicio social”, puntualizó el galeno.

Pero también es apremiante adquirir un vehículo 4×4 doble cabina y una ambulancia equipada al 100 por ciento para darle respuesta a las emergencias.

“Hay déficit de personal a nivel médico con especialidades, en el área de enfermería no porque se recibió apoyo en personal y, desde el 1 de octubre ya estas personas, 81 en total tienen una plaza, lo que se requieren son médicos especialistas, tenemos déficit de médicos generales porque ahora ya no vienen profesionales en Servicio Social a Puerto Lempira”, expresó.

Foto: doctor Hugo Reyes

Actualmente sólo cuentan con un Internista para una población de 35 mil pobladores, se requerirían dos más para la zona, dos pediatras más también son necesarios, igual cantidad de ginecólogos, de dos a tres cirujanos más.

A nivel de hospitalización, ese centro asistencial tiene 68 camas, más 10 camas para pacientes Covid que se han ubicado en la consulta externa ante la falta de una sala. “No tenemos una sala propia, hasta ahora vamos a ver si con esos fondos podemos adaptar una bodega que fungirá como sala para atender a las personas afectadas por el Covid-19”, señaló el médico.

A nivel de Consulta Externa, más o menos se pueden ver entre 150 y 200 pobladores diarios. ¿Se cubre esa meta? “Ahora mismo no, por el hecho de que no envían a médicos en Servicio Social, lo cual fue reciente y a los que daban consulta hubo que moverlos para que cubran turnos a salas de hospitalización, entonces sólo contamos con un doctor atendiendo y a mediados de este mes tendríamos a otro, es decir que tendríamos a dos galenos dando consulta general”, manifestó el Doctor Reyes.

“En este lugar, totalmente la atención en salud está en terapia intensiva, tenemos una gran disparidad, hace pocos años se inauguró el edificio de la policía, que tiene hasta aire central, y si usted lo va a ver y luego observa el del hospital es un cambio terrible, esa edificación es propia de las ciudades y nosotros hasta ahora con la inversión de Taiwán vamos a tratar de mejorar lo que tenemos para brindar una asistencia en mejores condiciones a los pobladores”, dijo. Tradicionalmente no ha habido una inversión de fondos, lamentó.

“No se olviden de este departamento donde existe una gran limitante para enviar oxígeno, para el abastecimiento de combustible, o para sacar un paciente, son las distancias, no se olviden de la salud en este departamento”, le pidió al actual gobierno. al señalar que tienen el serio problema de carecer de un sistema eficaz de transporte de pacientes.

Tampoco han tenido una inversión en Covid. “Lastimosamente ha habido fondos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para el hospital y en dos ocasiones no fuimos elegibles por circunstancias ajenas a nuestra voluntad”, expresó.  

“Inviertan en salud en Gracias a Dios, pero con mecanismos de transparencia porque puede haber recursos, pero si no son canalizados de la forma correcta, nunca llegarán a los más necesitados”, pidió el doctor Reyes. 

Los habitantes de la Mosquitia esperan que el gobierno les responda para tener acceso a una atención médica en mejores condiciones. Foto: PNUD

¿Y el Covid19?

La situación se agudizó entre julio y agosto de 2020 con la pandemia de Coronavirus (Covid-19).  Sin embargo, entre el 1 de enero y febrero de este año sólo se notificaron 21 casos de personas afectadas por el virus y ninguna muerte y esa tendencia ha continuado en descenso, según datos de la Secretaría de Salud.

La mayor parte de personas contagiadas en Gracias a Dios están en un rango de edad de 20 a 59 años, son en su mayoría, jóvenes y adultos, pero es fundamental mencionar que muchas familias han optado por consumir bebidas naturales ya que eso les ha permitido a prevenir o a disminuir los efectos del Covid, expresaron algunos pobladores que han vivido esa experiencia de sobrevivir al virus.

Sumido en la apatía del actual gobierno de Juan Orlando Hernández y de gobiernos anteriores, Gracias a Dios constituye el segundo departamento más grande de Honduras, después de Olancho y su ubicación se vuelve complicada por el difícil acceso a otras comunidades.

Aquí, el 14 de junio de 2020 se reportó el primer contagio del virus. Al cierre de ese año se dio cuenta por parte de la Regional de la Secretaría de Salud, de 844 casos, de ellos 620 eran de Puerto Lempira, 21 personas perdieron la vida y 861 se recuperaron. Con esas cifras, la tasa de letalidad fue de 2.4 por ciento.

En La Mosquitia falta de todo y las distancias son extremas. Foto: PNUD

Para el doctor Reyes, el problema con la pandemia es el sub registro. “A la gente no le gusta acudir al hospital entonces los datos que tenemos no reflejan el real impacto porque tenemos conocimiento de mucha gente que ha muerto en casa y sigue muriendo en sus viviendas pues no quieren venir a buscar atención”.

En plena crisis, debilidades como la falta de insumos y de personal reflejaron la vulnerabilidad de la única opción de salud que tienen miles de pobladores en ese sector del país. El médico les comentó a medios nacionales que hace cinco meses hubo un número bajo de casos de Covid.

“Los factores de ese decrecimiento son multi diversos, pero creo que los Misquitos tienen más resistencia con respecto al resto de la población ya que consumen medicina natural, lo cual, de alguna manera, ha elevado sus defensas ante el virus”, dijo en esa oportunidad.

Quienes habitualmente asisten al Hospital de Puerto Lempira, son los residentes de esa comunidad, tomando en consideración las distancias que les llevan de uno a dos días y, al no haber carreteras o tener que moverse por agua, se limita la movilidad desde otros puntos de ese departamento. Por eso los pobladores optan por medicinas naturales, nos contó Carlos Bucardo, originario de la Región del Atlántico Norte, zona misquita de Nicaragua.

Por su parte, el ex secretario de Cultura, Artes y Deportes, Tulio Mariano González, señaló que, desde el inicio de la pandemia, ha sido permanente el diálogo en torno a la marginación de los grupos étnicos cuando buscan atención médica. Ya el acceso a los centros de salud y hospitales en nuestro país no es el mejor, no digamos para las etnias”, deploró.

Típica vivienda en el recóndito departamento de Gracias a Dios. Foto: PNUD

Labor integral

En la Mosquitia conviven cuatro de los nueve pueblos indígenas y afro hondureños (PIAHs) del país: los Miskitu, Pech, Tawahkas y Garífuna. La realidad es que ésta ha sido la última región del país donde ha llegado el Coronavirus, y, junto con el resto del país, se ha venido enfrentando a la mayor crisis de nuestro tiempo, junto con los efectos devastadores que los huracanes Eta e Iota dejaron en 2020.

El acceso a servicios médicos de calidad y a energía eléctrica es una gran barrera para esta región. Lo crítico es que, ante la ausencia de centros médicos para atenciones complejas y por la bastedad de la zona es difícil llegar a la población con personal médico calificado.

En este contexto, para las personas que enfrentan con desventaja estas situaciones, y para las poblaciones indígenas, uno de los grupos más vulnerables en el mundo, especialmente con relación a enfermedades infecciosas esta es una realidad de efectos duraderos.

Otra problemática, es que, el pleno cumplimiento de las medidas de aislamiento impuestas por los gobiernos es difícil, a medida que su forma de vida está intrínsecamente relacionada a la vida comunitaria y al trabajo diario. Medidas como el distanciamiento social, constante lavado de manos y utilización de mascarillas representan un gran desafío para las poblaciones económicamente vulnerables. 

Ante ese panorama, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en alianza con la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), bajo el proyecto “Fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil para el ejercicio pleno de los derechos humanos y la auditoria social en La Mosquitia”, creó una campaña de sensibilización en radio y visitas comunitarias para abordar el tema del coronavirus. También brindó materiales de bioseguridad entre las diferentes comunidades de ese sector.

“Han llegado varias ayudas, pero no alcanzan a las personas porque en la Mosquitia, las comunidades están muy remotas y no hay transporte”, dijo Donaldo Allen, presidente de Concejo Territorial “Rayaka”. “Lo bueno de esta entrega es que va directamente a los concejos territoriales. Eso es importante, porque estamos pendientes de cómo se hacen las distribuciones, y apoyándonos en la radio para dar aviso de qué insumos y hacia qué comunidades se envían.”.

Alrededor de 60 líderes comunitarios conocieron mejores prácticas de prevención y cuidado en el hogar ante el Covid y contra el estigma de la discriminación.

La pesca es una de las formas de subsistencia para la población. Foto: PNUD

Debe cambiar de categoría

Algo que esperan los habitantes de Puerto Lempira es que su Hospital, hoy básico, sea renovado para atender a la población en condiciones adecuadas, como debe ser. Un avance será que cambie de categoría y se convierta en Regional, tal como fue solicitado desde 2009 por la fallecida diputada Carolina Echeverría Haylock. “Lamentablemente, esa petición aún duerme el sueño de los justos, está engavetada, pero si llegara a concretarse sería muy positivo para los habitantes ya que estaría mejor equipado y no tendrían que viajar a La Ceiba o a Tegucigalpa porque los costos son demasiado elevados”, dijo la profesora Maira Nufio.

La posibilidad de movilidad es precaria. El costo de un boleto de avión de Puerto Lempira hacia La Ceiba es de 6,000 lempiras ($242) y hacia Tegucigalpa vale 8,000 lempiras ($323). “Son valores fuera del alcance de los habitantes, en una zona donde de cada 10 personas, ocho no tienen trabajo y por eso prefieren migrar, la verdad es que enfermarse es toda una odisea”, señaló la maestra.

En un contexto como este, resulta complicado evaluar la gestión de hospitales como el de Puerto Lempira, sobre todo cuando la apatía de las autoridades, indiferentes ante tantas carencias, ha tenido un papel protagónico, que hoy se puede revertir con voluntad.  El reto ya se planteó y si éste o el nuevo gobierno así lo quieren, podrán devolverle a la población de la Mosquitia su derecho a un sistema de atención pública con dignidad, como debe ser.

Y así, con más incertidumbres que certezas, Stedman Silva y su abuela partieron de nuevo hacia Krautara, su lejana comunidad, con la esperanza de ser atendidos la próxima vez que puedan regresar a Puerto Lempira.

Los jóvenes misquitos se enfrentan al desempleo. Foto: PNUD

Esta publicación fue realizada con el apoyo del Fondo de Respuesta Rápida para América Latina y el Caribe organizado por Internews, Chicas Poderosas, Consejo de Redacción y Fundamedios. Los contenidos de los trabajos periodísticos que aquí se publican son responsabilidad exclusiva de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de las organizaciones.

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