Doctor HORACIO ULISES BARRIOS SOLANO, Premio Nacional de Ciencia “JOSÉ CECILIO DEL VALLE”

Después de La Santa Biblia y mis libros académicos, las obras de Charles Dickens son algunas de mis preferidas; resulta que un día antes de la fecha en se cerrara el Concurso de los Premios Nacionales de Literatura, Arte y Ciencia en el año 2009 una persona que en aquel entonces tenía de conocerme 43 años pero en otros escenarios me dijo ¿Horacio por qué no concursa al premio nacional de ciencia, pues su hoja de vida da para eso y más?, sin embargo, la pregunta obligada es ¿cómo conoció mi CV?, sencillamente esa persona formaba parte de un equipo de personas que aplicamos a unas consultorías y hubo cruce de información entre los que integramos el mismo; entonces concursé acordándome que el NO lo andamos en la bolsa como comentamos con una de mis hijas y fui calificado por  El Jurado como sobresaliente y Honduras me otorgó el Premio Nacional de Ciencia “JOSÉ CECILIO DEL VALLE”.  [1]Palabras Shimon Pérez nos legó lo siguiente: Mira hacia el futuro. No uses tu cerebro para recordar. Úsalo para imaginar” y por eso es una buena liga la “la literatura” con lo “científico”, claro que sí la evidencia es “el literato de la ciencias” y en eso me inspiré la noche de la premiación: [2]“Eran los mejores tiempos, eran los peores tiempos, era el siglo de la locura, era el siglo de la razón, era la edad de la fe, era la edad de la incredulidad, era la época de la luz, era la época de las tinieblas…”

[3]El nombre Charles Dickens no pasa desapercibido por nadie. Al mencionarlo, todos llegamos a recordar clásicos como Cuento de Navidad, Oliver Twist o Grandes Esperanzas y lo asociamos a él con su autoría. Al mismo tiempo, su nombre también nos hace referencia a causas de lucha social y a sus múltiples denuncias a la sociedad victoriana. No obstante, esta no se trata de la única área en la que este hombre polifacético dedicó sus esfuerzos. De hecho, un punto largamente ignorado que también fue de gran interés para este literato fue el del desarrollo científico. Ahora, a más de una centuria de su muerte, su memoria y sus historias aún nos acompañan. Por ello, vale la pena comenzar a adentrarnos en esta usualmente área desconocida de su obra y de su vida.

Destruyendo la creencia: Hasta hace un par de años, la falta de una investigación apropiada y de una exposición de los hechos hacía a muchos pensar que este reconocido escritor y personalidad victoriana tenía una posición reluctante en cuanto a temas de ciencia. Por lo que, muchos consideraban que el mismo las rechazaba.No obstante, la realidad no podría estar más lejos de esta creencia. En verdad, este escritor inglés, poeta y crítico social era muy cercano a la misma y disfrutaba tanto con su descubrimiento como con su difusión. Debido a ello, a lo largo de su vida se rodeó de grandes y reconocidas personalidades del mundo de las ciencias. De forma que, en muchas ocasiones se convirtió en un catalizador desde el que dar a conocer al mundo avances científicos que, hasta esa fecha, se consideraban como una información que solo debía ser compartida por los científicos.

El interés de Dickens por las ciencias: Como bien los sabemos, las historias de Dickens se convirtieron en unos de los retratos más crudos, cercanos y críticos de muchas de las realidades de la sociedad victoriana. Entre ellos, muchas veces Dickens tomaba como puntos de partida problemas científicos y médicos que eran propios de la época, pero que, de todos modos el común denominador de la gente no conocía. Tal como lo hemos mencionado, este hombre era un entusiasta de las ciencias, por lo que disfrutaba mantenerse al día con múltiples descubrimientos en sus diversas áreas. Un detalle que vale la pena resaltar puesto que, su interés puede haber estado muy bien fundado sobre las bases de que, en el tiempo en el que vivió, Dickens pudo presenciar grandes saltos en el conocimiento científico como la aceptación de la Teoría de la Evolución[4] y la creación de la segunda ley de la termodinámica, solo por mencionar algunos de los eventos más importantes.

Un círculo selecto lleno de grandes personalidades científicas: Asimismo, sobra destacar que Dickens no solo presenció estos acontecimientos, sino que también pudo haber sido parte de muchos de ellos. A pesar de que él no era un científico ni un investigador en estas materias, se codeaba con grandes personalidades del área y, por consiguiente, tenía un conocimiento mucho más pulido y detallado de la misma de lo que se habría esperado de cualquier en aquella época.Entre los más reconocidos miembros de su círculo cercano nos podemos encontrar con nombres como el del propio Charles Darwin, el padre de la Teoría de la Evolución. Igualmente, compartió ratos con otros como Michael Faraday, uno de los más conocidos investigadores en electromagnética de la época.Haciendo más grande la lista, nos encontramos con otros nombres como la química Jane Marcet, la botánica Jane Loudon y la considerada primera programadora de computadoras, Ada Lovelace, a quien leyó una de sus historias en su lecho de muerte. Incluso, escribió el obituario de la lastimosamente ignorada paleontóloga Mary Anning, haciendo honor a su memoria y a su legado.

El literato de las ciencias: La gran cantidad de contactos de Dickens hizo que él mismo muchas veces fuera partidario de la difusión de sus descubrimientos. Para ello, en variadas oportunidades hizo uso de su revista de publicación semanal: Household Words. En ella, se trabajaban todo tipo de temas típicos de la sociedad de la época, pero también se aprovechaban los espacios para convertirlos en canales de difusión de los más recientes descubrimientos y teorías científicas. Además, a través de sus artículos, así como también de sus historias literarias, el escritor y poeta buscaba concientizar a la sociedad y educarla con respecto a los varios problemas de salud que se presentaban en su cotidianidad y que eran ignorados por muchos.Gracias a él, muchas investigaciones médicas podría decirse que cobraron impulso y se comenzaron a desarrollar más programas sociales atentos a este tipo de problemas. Algo que, hasta la fecha, se trataba simplemente de algo nunca antes hecho. Podría decirse que, a través de su influencia y alcance, Dickens logró convertirse en uno de los primeros comunicadores de temas científicos y también ser un catalizador de cambios positivos en su sociedad.

Haciendo la diferencia: Sabemos que las novelas de Dickens, además de criticar a la sociedad, también tienen un modo claro y natural de atraparnos dentro de la historia y comenzar a conectar y empatizar con los personajes. Por lo que, su modo de transmitir este tipo de conocimiento científico a través de ellos, muchas veces fue pasado por alto, ya que, se convertía en una parte tan natural de la trama que muchos por décadas tendieron a ignorarlo.No obstante, aunque el común denominador del público no notó estas pistas dejadas por el escritor, ello no significa que sus esfuerzos no hayan dejado una marca. De hecho, como un antiguo ejemplo, podemos mencionar la conocida enfermera Florence Nightingale quien, como admiradora de Dickens, prescribía sus libros a los soldados en recuperación como un “tratamiento a través de la lectura” ya que consideraba que las historias y las palabras de este inglés podían llegar a ser sanadoras.


[1] Shimon Pérez fue un político, parlamentario, estadista, escritor y poeta israelí, dos veces primer ministro de Israel y presidente del Estado de Israel desde 2007 hasta 2014. Fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz, conjuntamente con Isaac Rabin y Yasser Arafat, en 1994. Wikipedia

[2] Segmento de Historia de dos ciudades (título original, A Tale of Two Cities) es una novela del escritor británico Charles Dickens. En esta novela histórica se narra la vida en el siglo XVIII, en la época de la Revolución Francesa. La historia se desarrolla en dos países: Inglaterra y Francia, y en las ciudades de Londres y París en la época de los albores de la Revolución francesa. La primera ciudad simbolizaría de algún modo la paz y la tranquilidad, la vida sencilla y ordenada; mientras la segunda representaría la agitación, el desafío y el caos, el conflicto entre dos mundos en una época en la que se anuncia drásticos cambios sociales.

Las huellas de Dickens: En tan solo ello, puede verse el profundo impacto que podían tener las palabras en la gente. Sin embargo, esta no es ni de cerca la única marca que este hombre dejó en el mundo. Él, creía fervientemente que la ciencia y sus conocimientos debían difundirse ya que esta, para él, solo se vuelve verdaderamente útil si se la usa para ayudar a la sociedad.Una muestra de ello la podemos ver en la creación del que se convirtió en el primer hospital infantil del mundo, tan solo a unas pocas cuadras de distancia de su hogar en Doughty Street. Por si fuera poco, también un cuadro de síntomas como la fatiga, falta de sueño y hambre constante relacionado con la obesidad, representado por Dickens en el “Niño gordo” de su historia “The Pickwick Papers”, hasta el sol de hoy es conocido como el Síndrome Pickwickian[1] por la medicina, debido a la precisión con la que describió una condición que, hasta el momento, no había sido tan estudiada.  Es claro que Charles Dickens ha grabado su nombre en la historia a través de su narrativa y su prosa. Sin embargo, también ahora debemos reconocer que este poeta y escritor igualmente merece un reconocimiento en el mundo de las ciencias. Ya que, como uno de los primeros divulgadores de la misma y activista social, Dickens logró sentar las bases para múltiples cambios sociales. Los cuales, han permitido construir los conceptos que nos dejan conocer importancia de la divulgación científica y concientización de las masas en la actualidad.


[1] Es una enfermedad respiratoria de las personas obesas que causa niveles bajos de oxígeno y demasiado dióxido de carbono en la sangre. El nivel de oxígeno es bajo y el de dióxido de carbono es alto a causa de una afección llamada hipoventilación durante el día (hipoventilación diurna).

[3] https://www.tekcrispy.com/2020/02/08/charles-dickens-literato-ciencias/ By Oriana Linares Feb 8, 2020

[4] Teoría que no comparto, yo soy criatura creada por Dios e Hijo de Dios.

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