Periodistas nacionales fueron recibidos por representantes de la Cámara Nacional de Turismo Capítulo Intibucá y, en el recorrido, fueron acompañados por la licenciada Patricia Cuéllar, en presentación del IHT.

Luisa Agüero

La Esperanza, Yamaranguila e Intibucá son tres destinos mágicos que convergen en una trilogía de sortilegio que seduce a visitantes locales y extranjeros que tienen la dicha de capturar en sus retinas, los idílicos paisajes de tan hermosas ciudades localizadas, entre frondosa vegetación, a más de 1,700 metros sobre el nivel del mar.

Entusiastas periodistas y operadores se reunieron en San Pedro Sula, para ser parte de la Gira de Medios de Prensa y Operadores de Turismo, bajo la dirección de la licenciada Patricia Cuéllar, para promocionar las tres hermosas ciudades que nos cautivaron con su esplendor e historia.

A solamente 30 minutos (65 kilómetros de buena carretera asfaltada) de la ciudad de Siguatepeque, se encuentran las ciudades gemelas de La Esperanza e Intibucá, en el departamento de Intibucá. Ambas ofrecen una gran variedad de atractivos para los turistas nacionales y extranjeros. Tan hermosos municipios hondureños, disfrutan de uno de los climas más fríos del país. Una línea imaginaria separa las dos ciudades, al extremo que, con solo cruzar una calle, usted está en una u otra ciudad. Ambas comparten el parque Central, pero cada una tiene su respectivo templo católico. Intibucá es el poblado más antiguo y su origen es lenca, mientras que La Esperanza fue fundada por ladinos de origen español a finales del siglo XVII.

Las lagunas Madre Vieja y Chiligatoro, los baños y lavaderos públicos, el bosque enano La Esmeralda, el cerro de los hoyos El Cedral, constituyen algunos de los atractivos inolvidables que ofrecen estas ciudades gemelas.

El recorrido, efectuado con el apoyo invaluable del Instituto Hondureño de Turismo (IHT) y de la Cámara Nacional de Turismo Capítulo Intibucá con sus miembros afiliados, inició en ese espacio del paraíso terrenal que fulgura en nuestra bella tierra. Desde el principio, el grupo se deleitó al apreciar el trabajo artesanal de las Mujeres Lencas y sus famosos telares.

Y qué decir del encanto de la Laguna de Chiligatoro y sus espectaculares cultivos de zanahorias y papas, con el atractivo adicional del refrescante clima de 19 grados Celsius que se disfruta en el lugar.

Los intrépidos comunicadores quedaron maravillados de las bellezas de Intibucá.

El acogedor hotel Huella Lenca abrió sus puertas para dar la bienvenida al grupo, en una espectacular jornada donde el disfrute de las deliciosas comidas a base de choro se realizó durante una cena tipo barbacoa en la famosa terraza del inmueble, iluminada con antorchas. 

La noche apenas comenzaba y los viajeros departieron entusiasmados con sus anfitriones y, varias horas después, recargaron fuerzas para continuar su recorrido la madrugada siguiente.  En Yamaranguila la visita del día se realizó a un impresionante Cultivo de Fresas orgánicas libres de pesticidas, y, un tiempo prudencial después, el destino perfecto fue la Cascada de Río Grande para luego descansar cobijados por la naturaleza, en el paradisíaco Hotel Monte Pinar y Cabañas Los Pinos.

La relajación y el descanso pleno fueron parte del buen plan para desconectarnos de las tensiones cotidianas y quienes llegan hasta ese destino nos lo ratifican al compartirnos su entusiasmo ante lo increíble de la naturaleza. “Realmente es mágico”, expresó uno de los visitantes.

La experiencia en el Hotel Monte Pinar y Cabañas Los Pinos fue inolvidable.

Cobijados por el sosiego en Intibucá nuestra experiencia ante el paraje mágico que teníamos ante nuestra vista nos hizo recrearnos en todo momento.  En este sitio único, no resulta difícil mimetizarse con la naturaleza para inspirarnos en un santuario ecológico que logramos disfrutar y vivir al máximo. La representante del IHT y coordinadora de la actividad, Patricia Cuéllar, agradeció la presencia de comunicadores comprometidos con dar a conocer ante el mundo lo maravillosa que es Honduras, su cultura, su gastronomía y su gente.

El tiempo transcurrió sin sentirlo y así continuamos con la gira inolvidable en uno de los entornos más bellos de esta pródiga tierra. En ese paraíso multicolor, todo estaba preparado para dar la bienvenida a un aventurero grupo de visitantes nacionales y extranjeros, que, como nosotros, arribaron ávidos de disfrutar de todo, sin límites de tiempo y en una comunidad muy segura.

Los idílicos paisajes como el de esta espectacular cascada cautivan al visitante.

Para admirar

Si usted llega hasta El Mirador, allí tendrá la oportunidad de apreciar las dos ciudades y todo el paisaje ante las bien protegidas montañas que las rodean. En este mismo sitio, se encuentra la famosa gruta de la Inmaculada Concepción, donde permanece la figura de esa virgen muy venerada. 

Otro de los interesantes destinos para quien llega hasta Intibucá y la Esperanza es el cerro Los Hoyos, en la planicie del valle de Azacualpa. Forma parte de una serie de agujeros cilíndricos, distribuidos a lo largo del bosque nublado, quizá producto de actividades mineras. La profundidad de algunos de ellos, permite el ingreso de personas debidamente capacitadas y con equipo especializado para hacerlo.

La licenciada Patricia Cuéllar trabaja de manera intensa en la promoción de los destinos más bellos de Honduras.

Pero también las aguas frescas de los baños públicos son de interés para los visitantes. Se ubican en medio de un pequeño bosque, que, debido a su adecuada protección, mantiene el vital líquido durante todo el año en un sitio debidamente mantenido y mejorado como un balneario público.

Otro sitio que vale la pena conocer es el bosque La Esmeralda de árboles enanos, ubicado en el caserío de Ajuterique, donde se pueden apreciar plantas, que nacen y crecen en forma natural. Son de inigualable belleza muy parecidas al bonsái de origen japonés. Aquí hay cerca de 500 árboles, la mayor parte de ellos sin exceder el medio metro de altura y cercanos a los 100 años.

Tras estas paredes se esconde uno de los tesoros mejor guardados de Intibucá que nosotros develamos.

La atractiva oferta hotelera se acopla a las necesidades y bolsillo de todo tipo de personas que llegan hasta ese lugar para rememorar historias y regocijarse en un ambiente de paz. En el transcurso del año, también hay diferentes eventos como el Festival del Choro y el Festival de la papa, pero las puertas están abiertas todo el año, lo cual tiene a los empresarios del rubro muy entusiasmados por ser cada vez mejores.

Las atenciones hacia el grupo superaron las expectativas de los visitantes que, con una mano, sintieron alcanzar la montaña y su cascada a plenitud.

Llegó el momento de retornar a la realidad citadina después de pasarla de lo lindo en un Edén en las Alturas, la imagen perfecta de jardines luminosos que nos muestran un paraíso multicolor. Así, les dijimos hasta pronto a estos mágicos destinos de Honduras, donde sus habitantes siempre están listos para atender con excelencia, a todos los visitantes del mundo, deseosos de entrar en contacto con lo natural.

La artesanía local es uno de los patrimonios en ese maravilloso destino.
Este es un paraíso en las alturas.
Este cultivo de fresas orgánicas es una visita placentera para quienes llegan a Intibucá.
Sitios con historia pueden ser visitados durante todo el año.
La tranquilidad y la belleza de uno de los destinos más atractivos de Honduras seduce a los turistas locales e internacionales.

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