El pequeño Elvis en brazos de su madre, Joseline. Foto: Ramón L. Pérez

El caso de Joseline refleja la negligencia que existe en Honduras por la falta de prevención de daños en la salud provocados por las formas de explotación laboral.

En el marco de los 16 días de activismo contra la violencia, una historia resiliente.

Daisy Bonilla – En Alta Voz

Granada, España. – Joseline Pineda forma parte del grupo de pacientes renales que emigraron de Honduras en busca de salvar su vida. “Hace dos años y medio salí de mi querida Honduras porque en el Seguro Social Regional de San Pedro Sula no había una buena diálisis, no había medicación, no había un programa de trasplantes y lo necesitaba urgentemente porque mis riñones no funcionaban. Soy una persona joven de 32 años y anhelo vivir para mi familia”, explicó.

España se ubica como el segundo principal país de destino para emigrantes hondureños. El Instituto Nacional de Estadísticas de España reportó que al 1 de enero de 2023 residían en España 177,616 personas nacidas en Honduras.

¿Por qué resultó con sus riñones dañados?

Joseline Pineda tenía 18 años cuando, el 11 de agosto de 2010, comenzó a trabajar para la empresa maquiladora de prendas de vestir Hanes Brand Inc. en Choloma, departamento de Cortés, en el norte de Honduras. Se le asignó la tarea de unir hombros y cerrar cuellos, con una meta de producción de 3,600 piezas diarias.

A los dos años de laborar para dicha empresa, Joseline quedó embarazada. A los seis meses, comenzó a sentir fuertes dolores de cabeza e inflamación en varias partes del cuerpo, especialmente en brazos, manos y muñecas. Alarmada, acudió a consulta en la clínica de la empresa, parte del Sistema Médico de Empresa (SME) del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).

Las empresas públicas o privadas se adscriben voluntariamente al Sistema Médico de Empresa del IHSS, siendo este el primer eslabón dentro de la Cadena de Servicios del Instituto, priorizando la salud de los derechohabientes y llevando los servicios hasta el propio centro de trabajo.

Después de ser auscultada en varias ocasiones por la doctora Denisse Murillo, Joseline le preguntó si era preeclampsia, de acuerdo con los síntomas. La médica respondió: “No, eso es normal. Es porque la bebé le aprieta el útero y por eso retiene líquidos. Al retener líquidos es lógico que se inflame”. Y agregó: “Puede regresar a su trabajo”. Esta información es parte del expediente médico de Joseline, proporcionado por la Colectiva de Mujeres Hondureñas (CODEMUH) y el experto en Salud en el Trabajo.

La negligencia destruye sus riñones

“Lo que sucedió fue un manejo incorrecto y negligente de la preeclampsia porque el manejo prenatal es una de las causas por las cuales se creó el servicio médico de empresa para que los y las trabajadoras vayan lo menos posible al seguro social”, explica el especialista.

“La preeclampsia le produjo una crisis hipertensiva a Joseline y esta originó insuficiencia renal aguda. Obviamente, no había estado bajo un tratamiento hipertensivo”, apunta el doctor Luis Manuel Pérez H Pantoja de la Universidad Nacional Autónoma Metropolitana de Xochimilco, México.

En Honduras a los pacientes renales solo les espera la fatalidad

Joseline recuerda que estaba muy nerviosa cuando asistió a su primera consulta médica en el Hospital Universitario San Cecilio, ubicado en Granada. El doctor que la atendió ese día la preocupó al principio: “Me dijo que me llegaría una factura de mil euros a donde yo vivía, porque el tratamiento de diálisis era bastante caro”.

El médico le preguntó sobre la razón por la que había salido de Honduras. Ella respondió que estaba allí “en busca de mejorar mi estado de salud, ya que las condiciones en Honduras eran fatales, y en realidad así es. Al final de todo no me cobraron los mil euros porque yo pedí ayuda con asociaciones, Médicos Sin Fronteras, Médicos del Mundo, estos últimos me asesoraron puntualmente”.

Ellos me abrieron la puerta de su casa

En la unidad de diálisis del Seguro Social, Joseline conoció a Luci Mendoza. Recibían las diálisis al mismo tiempo y se hicieron buenas amigas. Conoció a los padres de Luci, Luciana y José Mendoza, quienes decidieron sacar del país a su hija para mejorar su salud y le preguntaron a Joseline si podría unirse a esta travesía. No se iría sin su familia y, si ellos estaban de acuerdo con su decisión, iniciarían los preparativos para partir.

El 10 de junio partieron de Honduras y llegaron a España el 12 de junio de 2022. “Siempre estaré agradecida, porque fueron ellos quienes me abrieron la puerta de su casa o piso como le llaman aquí”, expresó Joseline. En ese país también reside su prima, quien se negó a recibirlos en su casa con la justificación de que una persona enferma no le podría ayudar. En esos casos se confirma el dicho: “El peor enemigo de un migrante es otro migrante de su propio país”.

Sistema sanitario rápido y súper eficiente

“La atención médica en el Hospital Universitario San Cecilio, en comparación con el Hospital del Seguro Social en Honduras, tiene diferencias muy importantes para quienes acudimos a cada centro de salud”, manifestó Joseline.

“Allá, en Honduras, yo no podía ni caminar correctamente porque tengo un problema en una pierna y el pie; aquí, me hicieron estudios de la pierna y el diagnóstico dio como resultado que tengo una fisura en una rodilla y desde entonces estoy en fisioterapia, cosa que nunca me trataron en el seguro social. Además, en cada sesión de diálisis me agregan calcio y también lo tomo de forma oral. En el seguro igual no me lo trataron antes”, recordó.

Algo que Joseline resalta con cierta admiración es el hecho de que no se ven niños ni jóvenes en las unidades de diálisis como en Honduras. Las personas que están en tratamiento en su mayoría son adultos mayores.

Personal médico que atendió a Joseline en el nacimiento de su bebé, lo consideran un milagro. Foto cortesía

Aquí no permiten que se le suba la Paratiroides (PTH)

Ella recuerda con angustia algunas imágenes que permanecen en su mente y que influyeron en su deseo de salir de su tierra natal. “Recuerdo a mucha gente, a la que su cuerpo poco a poco se le encorvaba y se empequeñecía, personas fracturadas, otras en una silla de ruedas, unos usando muletas y algunos más en una camilla, y este era el mayor indicativo de que ya eran sus últimos tiempos”, lamenta la hondureña.

Intrigada por esta realidad, le preguntó a su médica Ana Guardado a qué se debía el deterioro del cuerpo de los pacientes renales. Su respuesta fue que “podría ser por el tratamiento que se hace con la PTH. Porque si se eleva la PTH, los huesos se van deformando, incluso se corre el riesgo de que se desemboque en una osteoporosis”, explicó Guardado a la paciente.

En la unidad de diálisis, ella comparte a diario con ancianos en su mayoría, que caminan como si nada, a veces lo hacen hasta mejor que un joven. Llegó a la conclusión de que en Honduras lo que les importa es el dinero y no la salud de las personas, especialmente la de ellos como pacientes renales.

Un trato solidario con empatía y respeto

Joseline se siente muy cómoda en Granada, donde vive junto a su familia. Manifiesta que siente un trato humano con calidez y que cada vez es más sorprendida por el buen trato que recibe de todo el personal que trabaja en el hospital San Cecilio-Nefrología. Agrega, que, nadie sale enojado ni le responde de mala manera ante una pregunta, y que le informan con claridad sobre el avance o retroceso de su tratamiento e involucran al familiar más cercano, ya que le sirve de apoyo moral cuando siente desfallecer. “Esto nunca ocurre en el seguro social. ¿Por qué nunca llamaron a un familiar mío para conversar sobre mi caso?”, cuestionó.

A los pacientes renales los trasladan en ambulancia, los recogen en su casa y los regresan después de finalizar la diálisis, igual a las personas que andan en rehabilitación o que les dan el alta y no tienen para costear un transporte privado. Joseline destacó que asisten al mismo hospital algunos excompañeros del seguro social, y que todos opinan igual que ella. Algunos de ellos ya han sido trasplantados, “gracias a Dios”, exclamó.

Su fe la mantiene de pie

Su fe la mantiene viva la llama de la esperanza de recibir un trasplante que ansía vehementemente. “En primer lugar, las fuerzas me las da Dios y después mi familia, que me impulsa a levantarme cada nuevo día y seguir luchando contra esta enfermedad, hasta el día que llegue un riñón para mí. Si me llegan a trasplantar, sería como volver a nacer”. Ver crecer a sus hijas y vivir una vida con calidad que no lograba tener en Honduras por la negligencia que sufrió y le provocó daños irreversibles.

En Honduras no existe una Ley de Salud en el Trabajo, en 2023, la Colectiva de Mujeres Hondureñas presentó una iniciativa de Ley en el Congreso Nacional, a través de la diputada Silvia Ayala del partido de gobierno. Hasta la fecha sigue engavetada.

Edición: Lourdes Ramírez – En Alta Voz

Su historia no pasa inadvertida y se encuentra en los muros hospitalarios. Foto cortesía

El milagro del nacimiento en Granada llamó la atención de los medios de comunicación y le llaman “El Bebé Milagro”. https://www.ideal.es/granada/elvis-bebe-milagro-granada-20240319233503-nt.html

Joseline recibe su diálisis los días lunes, miércoles y viernes y su tratamiento es de 4 horas. Se mantienen optimista a la espera de un día ser trasplantada

 Los esposos Martínez Pineda y sus hijos Daniela Lizeth, Geissel Guadalupe, Elvis Mateo.  Foto; Joseline Pineda.

En Choloma, Joseline vivía angustiada por el futuro incierto, compartía momentos felices con sus hijas.

Foto: Héctor Gómez – En Alta Voz

Foto Héctor Gómez – En Alta Voz

A pesar de su condición médica, Joseline siempre estaba cuidando a sus hijas, alimentándolas y estudiando con ellas. Fotos: Héctor Gómez.

Así se miraban sus brazos por la diálisis. Fotos: Héctor Gómez

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