Angie Villanueva
El Foro de Mujeres por la Vida presentó un reciente estudio sobre la violencia sexual que enfrentan las niñas y jóvenes en Honduras. La investigación se llevó a cabo en los departamentos de Atlántida, Cortés y Santa Bárbara y se construyó a partir de entrevistas a profundidad con defensoras de derechos humanos, jóvenes de distintas comunidades y representantes de instituciones como centros educativos y de salud.
Alexandra Kelly, abogada y parte del Observatorio de Seguridad del Foro de Mujeres por la Vida, explicó que este trabajo permitió visibilizar un patrón común en los casos de violencia sexual y que los agresores son, en su mayoría, personas del entorno cercano de las víctimas. “Esta violencia es realizada por tíos, padrastros, padres, abuelos, hombres que están en el seno del hogar y que deberían representar protección para las mujeres, sin embargo, son ellos los agresores.”, advirtió.
El estudio reveló que las principales víctimas son niñas menores entre los 10 y 17 años. Sin embargo, desde el Foro subrayaron que los casos reportados apenas representan una fracción de la realidad. “Las cifras son mucho más altas de las que representa el estudio, porque muchas veces las víctimas no denuncian o denuncian mucho después de que ha sucedido la agresión sexual”, indicó la abogada Alexandra.
Uno de los principales retos identificados en el informe fue la reexposición de las sobrevivientes cuando deciden denunciar. Muchas veces, según el testimonio de Kelly, “las víctimas afrontan una situación de revictimización, en la que se les culpabiliza de la violencia que ellas han afrontado”.

El Foro de Mujeres por la Vida instó a las autoridades correspondientes a ofrecer una atención de calidad, inmediata y con los cuidados necesarios. “Recordemos que la sobreviviente acaba de afrontar una violencia bastante fuerte”, apuntó Kelly, quien añadió que en la mayoría de los casos la violencia sexual es ejercida por personas que deberían ser un pilar de cuidado y protección.
La falta de un trato digno por parte de las instituciones también provoca que muchas sobrevivientes abandonen los procesos judiciales, o bien, que persistan sin lograr justicia. “Muchas veces las víctimas se retiran de los procesos o siguen con el proceso, pero no se les hace justicia”, lamentó la abogada.
El estudio presentado no solo buscó visibilizar los datos ocultos detrás de la violencia sexual, sino también exigir una respuesta estatal efectiva. “Instamos a la institucionalidad que responda de una manera diferente, que se les dé un buen seguimiento a los casos para garantizar justicia, pero además prevención para que ya no haya más víctimas de esta violencia en el país”, añadió.
La investigación presentada, que se realizó con el respaldo de organizaciones locales, pone al descubierto una realidad alarmante, donde la violencia sexual hacia niñas y jóvenes representa un problema poco denunciado y atendido por las autoridades en Honduras.
